ARRIBA LOS CORAZONES
Valladolid a 13 de Septiembre de 2001
Queridos hijos, arriba los corazones, que estamos en ferias y en estos
días la tónica de la vida es la alegría y salvo estar solo y triste, todos los
placeres están permitidos de día y de noche a ritmo acelerado. Para ello Pucela
es un gran fogón al aire libre, por donde quiera que vayas chocas de frente con
un chiringuito y al lado otro, y otro, y otro más, muchos más, y si cambias de
rumbo es lo mismo, la escena se repite. Por sabido se calla que rodeando la
caseta se riegan las huellas muy visibles de desperdicios de comida, papeles
manchados, cascaras, colillas, botes, vasos y platos de plástico. Es muy
español eso de tirarlo todo al suelo.
Como es obligado moverse y consumir, inevitable desplazarse hasta la
feria folklórica y gastronómica a picotear en plan degustación algo de lo que
allí se ofrece, que es mucho, bueno y caro, cada año las raciones se acortan y
los precios se alargan.
No daré mi particular veredicto sobre la categoría de los guisos,
porque hay gustos, olores y sabores para todos, pero sí puntualizaré a modo de
rápida reseña o guía las pitanzas más selectas celebradas y consumidas en cada
una de las casetas regionales:
- En la casa de Palencia los visitantes se relamen con su tapa
estrella: la cecina de venado.
- En la casa charra el deleite será con el hornazo, elaborado con
jamón, lomo y chorizo, rotundo aniquilador del apetito.
- Los Abulenses ofrecen unas patatas originales revolconas con
pimentón y torreznillos, guiso de pacienzuda elaboración.
- Segovia los judiones de la granja.
- Burgos la renombrada morcilla, para chuparse los dedos.
- En la casa Zamora hay que catar su famoso arroz con costillas y
jamón. Todos estos platos Castellanos Leoneses
bañados con Ribera de Duero.
- Los Cántabros brindan la oportunidad de saborear las anchoas de
Santoña, las tradicionales sardinas a la brasa y las rabas, y si apetece un
chupito, tienen uno sin rival, una autentica delicia, joya cántabra ante la
cual no se podrá frenar una exclamación de sincera admiración: la crema de
orujo de Liébra.
- En la casa Vasca se puede tomar el gusto a un suave y muy elaborada
bacalao noruego, con la buena compañía del txacoli.
- En Navarra la chistorra y el pacharán.
- Para relamerse con los
Asturianos que hacen gozar paladeando el "bollu preñau" y el
cabrales batido con sidra.
- Los Riojanos los pimientos rellenos y los champiñones con salsa de
limón, regados con vino de la tierra.
- Castilla la Mancha los manchitos de lomo y el vino regional.
- La más celebrada
exquisitez Gallega es el pulpo
"a feria", con el albariño, que va como anillo al dedo.
- Extremadura deleita a la concurrencia con migas y el sabroso
"Beso Extremeño" o chupito de bellota
- La pionera casa Andalucía,
repleta siempre por la alegría de las Sevillanas y el tirón de los chopitos y los calamares, naturalmente, con
fino y manzanilla.
Como hay para dar, tomar y satisfacer todos los
paladares, hasta los más sibaritas, la concurrencia es la autentica riada
humana, llenando todo hasta la bandera, y como si se tratara de glotonear y
golosinear, el despilfarro resulta escandaloso. !Con el hambre que sufre el
mundo!
Sobradamente se que
para Pili nada como el memorable arroz con liebre.
Abrazos
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