Historias de toda una vida

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viernes, 22 de agosto de 2014

21 CAMPO GRANDE



CAMPO GRANDE

Valladolid  24 de Septiembre de 2001
Queridos hijos: El verano ayer tocó a su fin, pero la tarde es aún larga y alegre, la temperatura benigna, propicia para sentarse al pie de un gallardo y frondoso cedro del Campo Grande, jardín romántico admiración de propios y extraños por lo que tiene de oasis verde, pulmón, fábrica de oxígeno en el centro de la ciudad.
Desde infantes a ancianos todos buscan allí diversión y descanso, y tratando de extraer todo el sabor pasean entre árboles, agua, flores y animales, destacando como aves favoritas pavos reales y cisnes, criaturas aristocráticas, puramente decorativas, paisaje en sí mismas. Es una fiesta para los ojos y la imaginación contemplar a los pavos, esa joya alada de elegante figura y noble porte, desplegar la singular belleza de su abanico de plumaje verde con visos de oro y azul, y a los cisnes deslizando su belleza por el lago, a quienes sus cuellos en forma de misteriosa interrogación les da aspecto de  extraña y enigmática ave.
El Campo Grande y yo hemos llegado como a la compenetración, él me proporciona amenísimas horas y le correspondo, a más de con profundo respeto, conociendo hasta su último rincón, así como el nombre y la ubicación de todos y cada uno de sus árboles. Y no es eso todo, sino que en diversas ocasiones he acudido al vivero para adquirir de mi bolsillo ejemplares de árboles que no figuraban en su plantío, y allí los hemos plantado para señalar acontecimientos importantes en la vida de los nietos, tales como nacimientos, comuniones... Rebeca, por ejemplo, un roble americano; Cristina un sauce piramidal; Raquel, tilo; Jorge, sauce llorón; Javi, secuoya; Raúl y Rodrigo sendos alisos; María un gallardo ciprés y Marina una jovencísima sabina, a más de capalcas, abedules, aliantus... Suman docena y media de ejemplares con los que hemos acrecentado su arboleda, circunstancias que bien conocéis y en razón de ello, para vosotros y para mí visitar el Campo Grande constituye un muy especial placer.
Hijos,  besos, abrazos y que os vaya bonito

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