YORKSHIRE
Valladolid 28 de Agosto de 2001
Querida hija Rocío: Correteando calles frecuentemente
topo con un amigo que pasea orgulloso su yorkshire, Lily se llama, lógicamente
es una damisela, y como tal una bribonzuela a pesar de los lacitos y pasadores
que lleva en la cabeza. Perrucha liliputiense, delgada, ágil, llena de
vitalidad, de gran carácter, chispeante, divertida, alegre, cómica, caprichosa,
lista para salirse con la suya, segura de sí misma...
Doy un salto y caigo en Melilla
callejeando con Bruno que nunca protestaba ante un buen paseo para olisquearlo
todo minuciosamente. Como si lo estuviese viendo tan alocado y encantador,
autoritario, fiel, inteligente, feliz en compañía de las personas a las que
sabe hacer reír. Siempre en primer plano llamando la atención para lograr una
caricia. Tras la pelambrera se esconden
unos ojillos brillantes y expresivos que te miran alegre y
maliciosamente. Ladrador impulsivo, cuando suena el timbre o alguien se
aproxima a la puerta enloquece ladrando, aullando, gruñendo fieramente en
defensa de la casa.
El torbellino de Bruno es tan buen
comediante que resulta imposible aburrirse a su lado. Mimoso y de ternura
desbordante le gusta que le carguen en brazos. Lo único que no me gusta del
minúsculo, pero bravo cancerbero es que María le besa en la boca.
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