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miércoles, 6 de agosto de 2014

09 CIENCIA DEL ALMA



CIENCIA DEL ALMA
Valladolid 9  Agosto de 2001
Queridos hijos: Ocupaba con unos amigos un banco de Zorrilla y se nos acercaron dos señoras explicando no sé qué maravillosidad de la curación de uno a sí mismo con  sólo el auxilio mágico de la fe, la fuerza de todas las fuerzas, y aunque claramente manifestamos no estar en absoluto interesados, con fanático entusiasmo, obstinadas y tenaces, casi estúpidamente tercas, su propósito era hacernos prosélitos de su secta, espiritistas, interpretes bíblicos, scentistas o  "ciencia del alma", creo que dijeron, nos largaron la letanía que conocían de memorieta.
A ver si atino a expresar satisfactoriamente sus razonamientos, que tienen tela marinera, porque según afirmaron con rotundidad las alteraciones de la salud son una quimera que sólo puede imaginarse acudiendo a las impresiones de los sentidos que mentirosos nos engañan, porque las enfermedades y la vejez no existen. La explicación es de una sencillez incomparable: Dios es insuperablemente perfecto, un espíritu infinitamente bondadoso que nos hizo a su imagen y semejanza, por consiguiente no somos materia, somos espíritu, esencia divina, y vamos a ver, ¿Dios está alguna vez enfermo? ¡No! Pues nosotros tampoco, porque nuestro cuerpo no existe, sólo soñamos que existe, y dadas estas circunstancias es sencillamente imposible que el dolor sea una realidad; nuestro paso por este valle de lágrimas es un sueño de vida en la materia, lo demás craso error, todo mentira, ante lo cual lo que se impone es enviar al diablo a las farmacias y a los médicos, seres nocivos fabricantes de las enfermedades, malhechores con la pretensión de curar lo que no existe. Médico únicamente Jesucristo que sin drogas no sólo curaba ciegos y leprosos, sino que hasta resucitaba a los muertos.
Seré reiterativo para evitar toda duda, la falta de salud no pasa de ser una falsa idea  muy perjudicial para los seres humanos, y contra esa falsedad  tan altamente  peligrosa lucha la "curación por el espíritu o ciencia del alma" difundidora por el mundo la salvadora doctrina de la "no existencia de la enfermedad" cuya eficacia curativa es de esperanza sin límite porque el milagro se produce porque puede  y debe producirse  con sólo  insuflar en la mente de la gente  la utópica idea de que los alifafes son pura y sencillamente un  embuste sin pies ni cabeza, únicamente los ciegos mentales   limitados de cerebro, los hombres sin fe y con absoluta falta de lógica tienen que soportar arrechuchos y calamidades de salud, expuestos permanentemente a zamarrazos  y patatús por más que usen sinapismos y cataplasmas.
Queridos retoños, claro queda que un falso parecer es la causa de nuestros dolores y quebrantos, o sea, que nos robamos a nosotros mismos la salud, pero, verdaderamente sería fabuloso poderme desprender de mi viejo cuerpo, particularmente de mi raspa espinal que tanta guerra me da, pero ¡tócate las narices! Por mi escasa fe en este tipo de creencias  y carencia de la debida espiritual candidez no soy capaz, ¡Qué pena!
Besos y abrazos 

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