EL
MATRIMONIO ES UN BONITO INVENTO
Valladolid 26 de Julio de 2001
Queridos hijos: Paseando por el
Paseo de Zorrilla me encuentro con un matrimonio, nueva y buena amistad, que
extrañados de verme siempre solo me preguntan si soy casado, viudo o soltero.
Casadísimo, les aclaro, aunque
no es habitual pasear con mi “santa”.
El matrimonio cuando todo va
bien es un bonito invento, aunque sabemos que a veces las cosas no resultan tan
maravillosas; se enmarañan de obstáculos y empieza a funcionar mal lo que tenía
que funcionar bien y por un rato se acabó la paz y la felicidad.
El mundo sigue girando y de
alguna manera hay que darle cuerda a la vida para seguir pedaleando. Ojala la
vida fuera tan hermosa como la planeamos.
En mi caso, todos los días de
mi vida, recurro a la imaginación y en alas de la fantasía vuelo lejos, hasta
el confín del país de las maravillas y de un cuento de hadas saco por un ratito
una vida tan perfecta como todos quisiéramos.
O sea, que Dios que da la
llaga, da el bálsamo, pues sentado en un banco del Campo Grande, bajo un fresno
en flor donde llega ligera frisa aromatizada, el rumor del agua y los trinos a
todo pulmón de un mirlo loco de alegría he pasado una tarde sosegada y
suavemente regocijada contándome a mí mismo la historia que os acabo de contar.
Hijos, vuestro padre os
aprieta contra su corazón y os recuerda que os quiere mucho, muchísimo.
Besos y abrazos
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