PATRIA CHICA
Valladolid 12 de Julio de 2001
Queridos hijos: Hoy se
trata de la patria chica y voy a ir de frente, llamando a las cosas por su
nombre, sin rodeos. Anida en mi corazón una justificada mezcla de amor odio
hacia Cornón. En ese terrón pobre y duro
de tierra vi la primera luz y le debo el
amor que todo hijo ha de profesar a su suelo natal, pero en el otro plato de la
balanza pesa el mal trato que los
cornitos dispensasteis a la autora de mis días, ¿y por qué? ¿Qué hizo? Dadas
estas inicuas circunstancias ¡que me importan a mí todos los cornones del
mundo!
Impopular y mal considerada, famosa
por su mala fama ganada a pulso por no saber arar, y más bochornoso aún, por
saber leer y escribir, lo que, en
opinión cornita tanto
desprestigiaba al pueblo, que se vió poco menos que orillada a seguir un
cursillo acelerado por correspondencia de desaprendizaje del abecedario para
daros gusto. Como dijo machisticamente el chato lo`qués la mi costilla no sabe
ler ni escrebir, ni falta, que en sabiendo saber bien a hembra, sobrao
sabe". Otra cosa opinaba la autora de mis días: "Cornón es pobre
porque no hay ningún pueblo analfabeto rico".
Claro que conociéndolos tampoco es
que cause extrañeza la aversión a
la fuereña, si entre ellos, autóctonos, movidos por la cochina envidia,
ese sufrimiento que produce en algunas personas lo que otros tienen o
disfrutan, algo tan verdaderamente mezquino que tan bien se da en el poblachín, pues naciendo
prácticamente en la misma cuna, si han crecido y vivido pisándose mutua y
continuamente los callos, y cuando al fin llega la hora de desaparecer,
ser enterrados codo con codo para seguir dándose la espalda.
Cornón, si los pueblos van al cielo,
no sé, no sé que tal te irá, porque no es muy católico cargar a alguien con bulos
y medias verdades, que son mentiras enteras, todos los sambenitos: el del
botijo, el estercolero... estos y otros
que de momento callo, pero que algún día contaré.
En fin mi pequeño terrón natal,
perdón por sacar a la intemperie estos trapos sucios. Otro día se me ira la
boca, glorificando las loables cualidades naturales que te adornan.
Hijos, cornitos de segunda división,
vuestro padre os abraza.
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