Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

viernes, 11 de julio de 2014

ESPERO NO SER UN LADRILLO



ESPERO NO SER UN LADRILLO
Valladolid 24 de abril de 2010

Querida Tere, muchachita maravillosa: Te quiero  mucho, no tanto como mereces, pero muchísimo. Lo tienes ganado con creces, porque tu corazón de oro, colmado de bondad y de generosidad, da muestras claras de las más sentidas expresiones de gratitud por algo que es lógico, natural y obligado hacer entre amigos que se profesan cariño hondo y sincero.

Tu atenta y original carta me ha llevado a echar la vista atrás y revivir el pasado, las mutuas visitas y vuestra presencia en todas nuestras celebraciones familiares.

Se me ha quedado grabado indeleblemente en la mente y en corazón la figura de Jesús, perfecto hombre de bien, persona que gozaba del beneficio de ser un excelente ser humano. Me arde la imaginación inclinándome a creer en profundidad que existe otra vida posterior para gozar de la inaudita “maravillosidad” de volvernos a reunir todos allá arriba.

Espero no ser un ladrillo con mis frecuentes correos electrónicos.

Me produce plena satisfacción contar con tan estupenda familia mexicana, a la que deseo acompañen siempre la salud, la suerte y la alegría.

Besos y abrazos con todo nuestro cariño

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