EL VIENTO
DE LA FELICIDAD
Valladolid
13 de Mayo de 2007
Estimado amigo José Luis: Las cosas hay que decirlas como son y darlas la
importancia que tienen y en razón de ello te lo voy a decir todo de una vez.
Tú, bien pertrechado de optimismo, practicas mucho el mejor de los ejercicios:
reír, y bien sabido es que quienes ríen mucho están manifestando abiertamente
ser de esas magníficas personas que saben tomarse las cosas con filosofía y
humor, lo que da como lógico resultado ser un hombre razonable, tratable y conciliador, de los que
viven practicando el bien para ganarse el corazón de los hombre y del mismo
Dios.
No recuerdas la pregunta de si
asisto a la iglesia, pero seguramente sí mi respuesta: somos tres
hermanos, uno sacerdote, otra monjita y yo, la oveja negra de la familia, que a
veces pienso que Dios se esconde mucho. Claro que si no se escondiese la fe no
sería necesaria y sin fe como que la cosa pierde mérito. Bien, pero lo que yo
quiero decir es que me resulta infinitamente más problemático creer que el
Universo se ha hecho a sí mismo que ser obra de un ser superior.
Consecuentemente, yo, aunque con fe más tibia que la de mis hermanos, creo que
allá arriba hay un gran tipo y que la vida de este mundo es una etapa, una
etapa que posteriormente continuará a otro nivel y circunstancia, creencia que
no deja de proporcionar cierta tranquilidad de espíritu.
Arrivederchi, bambino, que el viento de la felicidad siga soplando a tu
favor para que nunca te falten buenos motivos para reír mucho, porque reír es
vivir.
Abrazos
Félix
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