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lunes, 7 de julio de 2014

EL TIEMPO ES LO QUE ES…ADIÓS, MELILLA



EL TIEMPO ES LO QUE ES…ADIÓS, MELILLA

VALLADOLID, 30 DE Junio de 2001

Querida hija: Como el tiempo es lo que es, todo llega y ha sonado la hora de emprender graciosa huida, abandonando Melilla  tras un pequeño incidente con un policía que hizo gala de una arrogancia y unas ínfulas fuera de lugar. Esgrimiendo unos argumentos raros y desconcertantes sobre mi documentación pretendió dejarme en tierra y casi lo logra, pero al fin tuvo que reconocer culpablemente  que había perdido el sentido de la lógica, organizando  sin razón de ser una tormenta en un vaso de agua, y dejarme paso libre, pero no antes de haber sido causante de que el avión retrasase la salida en mi espera.
Levantado el vuelo hacia Madrid, una preciosa azafata repite suS monótonas y desganadas instrucciones para salvar la vida en caso de que el avión se incendie o se precipite desde el cielo al mar o al fondo de algún abismo terrestre.
Como el panorama no ofrece mayor atractivo, el mar envuelto en una niebla lechosa y la tierra árida y sin colorido, dejo libre la imaginación que me lleva hasta el anhelo que desde siempre ha sentido el hombre por volar con sus propios medios, dando lugar a que gente que se puede calificar de dementes, delirantes, soñadores ilusos y disparatados  con un paraguas abierto o unas alas rígidas o movible  prendidas en los omoplatos se lanzaran al vacío desde lo alto de una montaña  o la cornisa de un edificio, no pocas veces con consecuencias fatales.
Pero la hora de los inventos había sonado, logrando la prodigiosa consecuencia de que en un abrir y cerrar de ojos sobrevolamos Madrid. La azafata anuncia el aterrizaje, haciendo volver a sus asientos a los que no estaban en él, y ordenó que se dejara de fumar y abrocharnos los cinturones. Cuando las ruedas del aparato tocaron tierra di el clásico suspiro de alivio que prácticamente da todo el mundo.
Rocío en iguales circunstancias recurre a lo fácil, el taxi, yo prefiero el metro, más emocionante. Si sabes mirar, siempre te sorprenderá algo.
Por poner un ejemplo: entró en el vagón una persona visiblemente pobretona, poco aseada, mal oliente y por añadidura feucha. De manera poco elocuente relata una situación bastante trágica y demanda ayuda. La gente se hace la distraída  y mira para otro lado sin soltar prenda. Pasea de arriba abajo y con apenas alguna calderilla; sin pena ni gloria abandona el tren.
En la siguiente estación invade el vagón otro pedigüeño,  cuenta parecida situación angustiosa, pero en esta ocasión todo es algo diferente: mejor facha, más limpio, mejor vestido, más locuaz, convence mejor y el personal se rasca los bolsillos, lloviendo las monedas y hasta las sonrisas. La situación no deja de producir cierto impacto significativo. Por favor, antes de obrar tan  discriminadamente debiéramos pensarlo mejor y ser más juntos, tener algo más de espíritu de solidaridad.
Como se inicia el periodo de vacaciones  la estación esta a tope de viajeros, tomo el autobús que sale en el lugar número 12 hacia Valladolid. Todo va sobre ruedas y ya estoy en casa feliz y contento.
Besos y abrazos

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