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domingo, 22 de junio de 2014

MELILLA TIENE UN ENCANTO ESPECIAL



MELILLA TIENE UN ENCANTO ESPECIAL

Melilla 10 de Junio de 2001

Querido amigo: ¿qué tal tus dichosos mareos? ¿Te sigue dando vueltas el mundo? Supongo que todo irá bien, porque para un chico como tú joven, guapo y valiente ¿quién dijo miedo?
Tú siempre adelante, y como hago yo, a vivir descansando y disfrutando de las pequeñas cosas de la que la vida está llena, que lo demás es lo de  menos.
Melilla, por eso me retiene, tiene un encanto especial, la gente es amable, el clima, los ficus, el mar..., para qué más que la puritita verdad, te hace sentir que estás en un lugar distinto y muy especial. Pero es curioso observar la diferencia de  opiniones entre los políticos y el pueblo llano.
Los primeros tratan de lavar el cerebro de los segundo haciéndoles creer que  lo blanco es negro, disimulando lo malo y pretendiendo convertirlo en bueno. Lo digo porque las playas situadas entre dos puertos importantes que arrojan al mar todo tipo de porquerías no están demasiado limpias, en absoluto para la bandera azul. Cierto que cada día veo pasear muy ufana una máquina paseando por la arena, pero más removiéndola que limpiándola, y eso es poco. En fin, qué eso, ¿qué quieres que te diga?
Las mujeres mahometanas visten fatal, todas iguales, exactamente igual, chilaba, que cambia de color pero no de hechura, pañolón en la cabeza y chanclas sin madias  ni calcetines. Estos faldumentos son todo su atuendo durante todo el año, festivo o no, haga frío o calor.
Tampoco es que falte alguna mocita asombrosamente bien hecha, cara bonita, pestañas como abanicos, portentosos ojos grandes, brillantes y negros como un charco de tinta china. Estas son las jóvenes que hablan español y visten a la europea.
Soy, te cuento, el cocinero oficial de la casa, compro y cuando llegan tienen la mesa puesta y la comida lista. La cocina, hablo por mí, es relajante y divertida, con lo cual, si juntas relax con diversión, una copita de vino, y por añadidura preparas el rico, rico, la combinación es perfecta.
Ser un cocinero ducho es fácil y posible, consiste simplemente en conocer el truco de que los condimentos posibles son cariño, tiempo y un poco de  imaginación.
Con las vacas como regaderas, la carne la hemos dejado para cuando encontremos alguna cuerda. Contamos, por supuesto, con el pescado y el marisco fresco, sabroso y a buen precio, detalles indudables por  la proximidad al mar.
Cuando me sobra tiempo, entonces me siento en el paseo Marítimo de espaldas al mar a ver pasar las chicas de apariencia deleitosa, jóvenes avaladas por unas medidas, a ojo de buen cubero, perfectas, que haberlas, hailas, y el entretenimiento es grato y barato.
También suelo hacer: darme la vuelta y quedar cara a cara con el mar y paso largos y suaves ratos viendo las olas saltar, revolviéndose sobre sí mismas y romper en volutas cambiantes y espumantes con obstinación ciega...El mar para la gente de tierra a dentro, irradia un infinito misterio. Creo, a mí me pasa.
Y por ahí ¿qué? ¿El mismo ritmo? No he vuelto a jugar al mus, así que lo poco que sabía...
Imagino que mi primo el de “Zumo Sol” por su anatomía de impacto, un cuerpazo como la torre Eiffel, una obra de ingeniería, nacido, al igual que la gran persona que es nuestro común amigo, para disfrutar del bailoteo. ¡Felices ellos!
Además de abrazos para ti y para todos, toda mi simpatía y estima, junto con los deseos nunca os falten a ninguno salud, alegría y emociones.

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