LA ODISEA
Valladolid
14 de Diciembre de 2001
Queridos
hijos: Estoy de lo más interesado y divertido leyendo a Homero, legendario
escritor griego, padre de todos los poetas, un ciego por más señas que se
supone que vivió seis o siete siglos a de Jesucristo. Lo que tengo entre manos es la Odisea, una
fascinante novela llena de poesía y emoción que narra todas las peripecias del
viaje de regreso de la guerra de Troya de Ulises, en griego Odiseo, Rey
legendario de Itaca, padre de Telémaco, un mozo gallardo e intrépido de elevada
estatura, esposo de Penélope, modelo de fidelidad que le esperó en el palacio
durante veinte años con el ánimo afligido pasando los días y las noches
tristemente, llorando sin cesar, tejiendo una tela sutil e interminable porque
lo que tejía por el día, lo deshacía por la noche para dar largas a los muchos
pretendientes que llenaban el palacio, hombres malévolos que se comportaban con
gran insolencia, cometiendo la inicua acción de matar y comer bueyes y ovejas.
Al regreso del héroe a su casa los mató a todos.
Ulises
figura también en la Iliada, fue uno de los más importantes personajes heroicos
de la guerra de Troya, penetró en la ciudad en el caballo de madera con el que
vencieron a los troyanos. En la larga y accidentada odisea sufrió gran número
de males. Relataré algunas de sus andanzas: el naufragio de su nave por un rayo
que envió Zeus; el encuentro con el hijo
de Poseidón, Polifemo, el más famoso de los cíclopes, un hombre gigantesco, un
monstruo terrible que le encerró en su cueva cerca del Etna donde se fabricaban
los mortíferos rayos de Zeus, se cenó un par de compañeros vivos con intestinos
y huesos, desayunando otros varios. Se libraron de él reventando su único ojo
en mitad de la frente, incándole una gran estaca de olivo aguzada, ardiendo.
Este fue el motivo por lo que Poseidón se mostrara siempre tan irritado con
Ulises. Muy diferente era la actitud de Palas Atenea, los deleidad de los ojos
de lechuza que quería y protegía a Ulises y a Telémaco.
Otros
episodios notables de su accidentado peregrinaje fue su descenso a los
infiernos donde habló con las sombras de su madre y de Aquiles; la huida del
melodioso canto de las sirenas, taponando los oídos a sus hombres y él amarrado
con fuertes lazos al mástil de su nave: el delicioso encuentro con la princesa
Náusia y con la Dolosa ninfa Calipso, deidad poderosa que quería a Ulises sin
que él la quisiera, pero anhelando tenerle de esposo, le retuvo en su cueva
siete años, prometiéndole hacerle inmortal, libre de la vejez.
Hijos,
os sugiero con mucho interés su lectura, con la seguridad de que lo pasaréis
pipa, particularmente Rebeca que ha estudiado mitología y los griegos vivían
codo con codo con sus dioses.
Besos
y abrazos
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se tan educado en tus comentarios como quieres que lo sean contigo