Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

lunes, 7 de julio de 2014

PRODIGIOSO ARTILUGIO



PRODIGIOSO ARTILUGIO
Melilla 27 de Junio de 2.001

Querida hija: Viva la fiesta, chinchín, rataplán, suenen cornetas, clarinetes, tambores, platillos y tambores, pumpurrumpún, toda una explosión de alegría con música y cohetes.
¿Qué a qué viene esto? ¡A casi nada! Bueno, la cosa es compleja, difícil de entender y más difícil de explicar, pero los tiros van, más o menos, por aquí: Según el último hallazgo científico la felicidad no es otro cosa que un estado de ánimo, y el placer un estímulo de los sentidos, hecho o circunstancia que brinda la posibilidad de hacer feliz a la gente electrónicamente. 
Según noticias fiables que corren por ahí, está a punto de salir al mercado un maravilloso artilugio, una especie de marcapasos que llevaremos encima y que emite ciertas ondas estimulantes fáciles de dirigir hacia la zona del cerebro donde se generan  el placer y las emociones, produciendo amplia gama de gozosas sensaciones, tales como estar enamorado, ser amigo de todo el mundo,  tener el corazón rebosante de entusiasmo y optimismo, es decir, ser feliz a más alto nivel...
Esto significa que en lo sucesivo tendremos el paraíso dentro de nosotros mismos sin necesidad de recurrir a las drogas tan en boga: éxtasis, dinero, tabaco, alcohol...
Como mi más ferviente anhelo es verte radiante de felicidad, el primer prodigioso ingenio que se ponga en venta será para ti. Prometido. ¿Estás contenta?
Paternales besos y abrazos

LA CIUDAD LUZ



LA CIUDAD LUZ
Valladolid 27 de Junio de 2001

Querida hija: Recuerdo que tú visitando Disney Land conociste París; yo, sin quererme dar un baño de vanagloria, también puedo decir que he pisado el suelo del París de la Francia. Empezaré contando una anécdota: por una peripecia de papeleo en el aeropuerto parisino quedé retenido en la ciudad durante un par de días, lo que hubiera supuesto todo un disgustazo de no contar con la inestimable ayuda de un español amigo de México y de los mexicanos, el cuatísimo Tudela, un productor de películas hispano-mexicanas, que de turista en la ciudad y dominando el idioma francés, que como un ángel caído del cielo se prestó no sólo a servirme de guía, sino de amigo fabuloso, atento y generoso como nadie, puesto que, salvo el hotel, que imposible consentirlo, los demás gastos corrieron por su cuenta: comida, espectáculos, taxis... esplendidez que me vino de perlas, porque de regreso ya de las vacaciones, venía corto de parné.   
De su mano conocí el gran París, techo de la humanidad, y gocé de la gloria de ver la Ciudad Luz desparramada a mis pies desde la cúspide de la Torre Eiffel, que por aquel entonces, corrían los primeros años de la década de los sesenta, no ofrecía buen aspecto, hierros despintados y oxidados; en el elevador con cables y engranajes chirriante me sentí nervioso y con vértigo, pero mereció la pana contemplar a vista de pájaro el estupendo panorama. Era primavera y con tanto árbol verde y florido causaba la impresión de que París está construido en medio de un bosque o inmenso jardín, por el que, en medio de una neblina de plata discurría el Sena, en el cual se ven amarradas en sus muelles de piedra los diversos tipos de embarcaciones. Notre Dame Iluminada por rayos solares que escapaban entre las nubes parecía flotar.
Por supuesto, la ciudad ofrece un sin fin de cosas interesantes, no en vano es el núcleo de la civilización europea, pero no contaba con tiempo para verlo todo, sin embargo, eso sí, cruzamos el puente que lleva a la plaza de la Concordia, corazón de la ciudad, con la perspectiva de los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo, la Torre Eiffel...y desde donde arrancan montón de direcciones diferentes, todas ellas llenas de interés. Visitamos Montparasse, el barrio de los artistas y Montmarte, el de los estudiantes latinos. Quedé goloso de echar un ojazo al Louvre, pero sin tiempo suficiente renuncie a la visita considerando que resultaría un aturullado observador que saldría abrumado.
Me divertí bastante alternando por los clubs nocturnos, tales como el Molino Rojo, Lido y Carrusel, este último un cabaret o sala de fiestas de gays que en sus actuaciones mostraban al aire libre descomunales himalayas pectorales. Para un español aquello y por entonces resultaba un espectáculo increíble.

En otro orden de cosas, varias me llamaron la atención:   
a) La propina era obligatoria en todo tipo de establecimientos comprases libros, periódicos, perfumes, regalos, ropa, zapatos... propina al canto.
  b) Ver a los varones franchutes con larguísimas barras de pan sin envoltura cual ninguna bajo las axilas.
  c) El dinero. Precisamente por aquella época existía en Francia un revuelo con el franco en razón de una  revalorización del  mismo, e igual que pronto ocurrirá en España con el euro y la peseta, cada franco nuevo valía, creo que eran cien de los viejos.
   d) Los automovilistas. Tomabas un taxi que arrancaba frenéticamente en medio del bullicioso tráfico, obsequiando a los demás conductores con insultos que en México podían provocar una riña sangrienta. La policía hacía señas impacientes para que el tráfico resultase más fluido, y aquel desquiciando correr esquivando ciclistas y peatones daba la impresión de tratarse de un deporte de atropellar gente. Y, efectivamente, porque me explicaba mi amigo que según las estadísticas no menos de 15% de los conductores parisinos han atropellado con resultados trágicos a un ser humano, lo que no está nada mal.
No logro entender bien a bien como yo tan enemigo de las aventuras viajeras y teniéndolo tan fácil como México-Madrid directo, me lance valentón a hazaña tan azarosa México-Nueva York en un avión, Nueva York-París en otro diferente y un tercero París-Madrid, con idéntica odisea de regreso, porque de vuelta a casa, en el trayecto Nueva York-México también resultó accidentado; de noche, con el avión lleno a tope, me quedó la impresión de que éramos más los viajeros que el número de asientos; en medio de una asustadiza tormenta de rayos y centellas, rodeado de un nutrido grupo de jóvenes de color, bailarinas de un conjunto tan alegres y simpáticas como gritonas y miedosas que con sus estridentes chillidos a cada fogonazo de los relámpagos nos tenían a todo en pasaje con el corazón en un puño. Cuando, por fin, salimos de la chamusquina todo marchó sobre ruedas, llegando a México venturosamente, esto es, feliz, contento y con un buen número de jugosas anécdotas.

Abrazos de tu padre

viernes, 27 de junio de 2014

SOIS EL REFLEJO



SOIS EL REFLEJO
VALLADOLID 26-6-2002
Queridos hijos: Me place celebrar las Bodas de Oro porque es rememorar y conmemorar el arranque del ramo de nuestra familia de la que me siento orgulloso. Fue una meritoria faena la de daros la fabulosa oportunidad de existir, peripecia que de no haberla llevado a cabo nosotros nunca jamás nadie hubiera podido realizar, algo que a la vez justifica plenamente lo que nosotros vinimos a hacer en este mundo.

Porque sois el reflejo de mi paso por el mundo, mil paternales besos y abrazos

jueves, 26 de junio de 2014

VINCULO MATRIMONIAL (BODAS DE ORO)


VINCULO MATRIMONIAL (BODAS DE ORO)

Melilla 26 de Junio de 2001
Querida hija: Hoy se cumplen  49 años de nuestro vinculo matrimonial, o sea, que el próximo, si es que duramos tanto, que la gente no es eterna, las Bodas de Oro. Sería estupendo que la fecha resultase motivo especial para reunión familiar y celebrarlo por todo lo alto. Merecería la pena por el notable significado que supone ser el inicio del proyecto de vuestra venida al mundo.
Tenemos muchos años metidos en el cuerpo, bastantes y suficientes para entender que hay que tirar por la borda los sentimientos que no valen para nada y quedarse con aquellos que ayudan a vivir y a dejar vivir. Esto es, que no se debe mirar para atrás  si no es para recordar los buenos momentos, que los hay, y muchísimos.
Hemos nacido para vivir  y hay que hacerlo llenando el espíritu de pensamientos alegres, sacándole  partido antes que ella nos deje inservibles, y aún no somos los difuntos Félix y Peque, porque cuando estemos muertos quisiéramos estar vivos para rectificar  y ser felices y hacer felices a los demás.
Qué maravilla vivir con la conciencia en paz y agradeciendo lo mucho que la vida nos ha dado, porque verdaderamente somos seres privilegiados por los muchos dones recibidos, destacando especialmente vernos rodeados de seis buenos hijos y su prole. A todos os deseo que nunca os falte amor y humor.
Besos y abrazos

miércoles, 25 de junio de 2014

RIO CARRIÓN



RIO CARRIÓN
Melilla 25 de Junio de 2001

Querida hija: María por la mañana nada en el mar y por la tarde en la piscina, o sea, mejor imposible, pero siempre bajo la mirada atentísima de su madre que no la pierde de vista ni un instante; yo fui un niño libre como el viento. Voy a que no me lo crees, pero siendo apenas un crío de ocho o diez años salía de casa después del desayuno y no regresaba hasta la hora de cenar, por supuesto, sin causar alarma ni angustia familiar.

Pues eso, que iba al río y allí pasaba horas sin fin, el día completo. Era un adicto al líquido elemento, no era una simple afición, era autentica fascinación, pura pasión. Reconozco culpable que me dejaba arrastrar por un exceso de atracción,  pero es que así eran entonces las  cosas.
- Paulino, hijo, -preguntaba mi madre- ¿has visto a tu hermano?
- Sí, madre, está en el río.
- Hay, este hijo mío, que no sale del río, se va a convertir en trucha.
Y eso era todo, pero no porque fuese la autora de mis días una mujer despreocupada que se desinteresaba por la suerte de sus retoños, qué va, todo lo contrarío, era una madre amantísima muy pendiente de su prole, pero es que entonces el mundo así funcionaba.

En las muy cristalinas aguas del Carrión, tanto que por grande que fuese la profundidad siempre se alcanzaba a ver nítidamente el fondo, pasé muchas horas de  mi vida lleno de entusiasmo, divertido y feliz.
Yo era incansable  y el río segurísimo, que recuerde nunca un niño se ahogó en sus aguas. Recuerdo vivamente aquellos años de infancia y adolescencia, pobres, eso sí, que todo hay que decirlo, fueron años de vacas flacas, hoy lo son de vacas supergordas, pero que los niños disfrutamos con alegría y en plena libertad.

Viene esto a cuento porque yo también tengo ahí en frente a mi entera disposición el ancho mar, y dentro de la casa una hermosa piscina, que uso y disfruto, pero si seré  cornitoide, teniendo el mar tan a mano aún no he metido un dedo.
Cierto que el mar para mí es tabú, veneno puro, pero ¿porque no después de que el Astro Rey se retira no chapuceo en él a placer?  El contacto con el agua, y más aún la salada que por salada es más fuerte y beneficiosa, me resulta agradable, y disfruto de lo lindo practicando natación con la única contradicción que sólo me es posible al estilo “ranita” el menos agresivo, relajante, suavemente,  aún así resulta un deporte completo.

Tú este año con la nueva figura y nadando como un delfín, lo disfrutarás  a placer.  Abrazos de tu papi