HORARIO OFICIOSO
Valladolid
2 de Agosto de 2001
Queridos hijos: La hora oficial
prolonga las tardes más allá de los límites del día, así ocurre que a las diez,
que debiera ser noche cerrada, aún los
rayos solares iluminan el horizonte.
Hay personas, y no en número
escaso, que nunca han visto nacer un
nuevo día porque cuando se tiran de la cama ya está mediada la mañana, y se
sorprenderían mucho si supieran que el sol sale tan temprano, es por ello que
no llegan a comprender el porqué se establece la hora oficial, sin embargo la
razón es importante: se trata de restringir de modo significativo energía
eléctrica sirviéndose de la luminosa luz solar gratis en vez de la artificial
fuliginosa, nociva y cara.
La explicación es luminosamente
sencilla: cuando la hora oficial señala las ocho de la mañana, momento habitual
de abandonar el lecho, el personal para iniciar su jornada laboral y los
estudiantes de acudir a sus colegios, para los efectos solares son apenas las
seis de la madrugada, justo el momento en que el sol hace su aparición
iluminando el mundo.
Consecuencia lógica: de saltar del
catre de una a otra hora supone un freno al gasto energético de dos horas. Por
la tarde ocurre otro tanto de lo mismo, si no es que más, porque el
trasnochador que se retira a soñar con los angelitos a medianoche porque al
siguiente día ha de madrugar, lo está haciendo en realidad apenas rebasadas las diez, que es cuando hace
mutis el Astro Rey.
Entonces, veamos, sumadas las
horas de ahorro de energía eléctrica tanto matutinas como vespertinas se puede
establecer en cinco las horas diarias por familia. La hora oficial rige durante
seis meses, es decir, ciento ochenta días que multiplicadas por las horas
diarias de economía familiar, en números redondos vienen a resultar unas mil
por temporada en todas y cada una de las familias. Si con esta importante cantidad se efectúa el
sencillo calculo de multiplicar por los doce millones de familias españolas no
es necesario ser Eintein para caer en la cuanta que el significativo producto
señala el enorme ahorro de fluido eléctrico que origina el sistema horario
oficial.
Hijos, conocéis mi raro modo
vivendi, al que no afecta ni poco ni mucho el oficioso horario en razón de que
mi sueño se rige por el sol, acostándome cuando él desaparece y levantándome
cuando hace su aparición, pero no todo el mundo es tan rara avis como yo y el
tema reviste significativa importancia.
Paternales deseos de que vuestro
corazón palpite pletórico de gozo.
Besos y abrazos
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