Historias de toda una vida

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sábado, 7 de junio de 2014

TRECE FLORIDOS AÑOS



TRECE FLORIDOS AÑOS
Melilla 7 de Junio de 2001

Querido Raúl: Trece  floridos años, nada más y nada menos que casi todo un hombre. Bueno, pues, que sea este día y el resto de  los días de tu vida especialmente felices, y que todo lo que te pase hoy y siempre puedas calificarlo de agradable, provechoso y extraordinariamente divertido. Y, por supuesto, aunque el dinero no hace la felicidad, pero ayuda a lograrla, cuenta con una propinilla.

Deportivamente ya sé que eres todo un campeón, ¡estupendo! Ahora  sólo falta que lo seas también en todo lo demás: un buen estudiante y que vayas poco a poco preparándote para que en un futuro ya no lejano seas una estupenda persona. Es fabuloso ser joven y tener por delante toda la vida y todo un mundo para ver, oír y hacer cosas.

Has llegado al final de una etapa y estás  cruzando el umbral de otra: la adolescencia, con lo que has empezado a crecer y ya eres más alto que yo, me ganas también en vozarrón, no así en barbudo, pero estas dejando de ser un imberbe, con las puntas del bigote empezando a brotar, pero, Raúl, todo eso, con ser mucho, no es todavía bastante para ser todo un hombre; ser un hombre consiste ante todo y sobre todo en la cultura y la educación. Cultivar el espíritu y aprender a ser un ciudadano de decoroso comportamiento, respetuoso del  parecer de los demás. Esto es, poseer una educación emocional, cuya regla de oro es: “trata a la gente como quieres que te traten a ti”.
Pon, muchacho, mucho interés en todo lo que hagas, que te interesen a fondo todas las cosas que merezcan la pena, porque hay que estar muy atentos dado que el caballo blanco de la juventud y de  las oportunidades no pasan con mucha frecuencia por delante. No dejes nunca que se te haga añicos la voluntad, que aplastado el pompis hora tras horas ante la tele no lleva a ninguna parte positiva.
Trázate  un buen camino y adelante, tratando cada día de desarrollar tu sensibilidad  y la manera de hacer las cosas, que ya se sabe que “hacerlas  bien importa más que el hacerlas”, sin olvidar que lo que se desea de verdad triunfa solo.
La idea, tan de hoy, que todo vale. Obrando en consecuencia, no es correcta, vale lo que redonda en tu beneficio y en el de  los demás. Es importante que grabes bien en la memoria: “el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Mira, Raúl, ¿qué más quieres? Eres joven y estás en el camino en el cual todo te  impulsa a correr y ser feliz, no te detengas pues, ¡corre y se feliz!
No eches en saco roto estas amistosas recomendaciones del abuelo Félix que  te envía un mil de apretados abrazos.

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