BUENA SALUD FÍSICA Y
PSÍQUICA
Valladolid 30-9-2003
Queridos
hijos: Con el soplo cardiaco de vuestra progenitora digo que sería estupendo
tomásemos profundamente en serio la advertencia hecha de que para gozar de
buena salud física y psíquica es obligado
vivir con calma, en familiar armonía y perfecta unidad ya que sabemos,
!vaya si sabemos! que irradiar alegría es el mejor tónico y vigorizante, así
como que la risa es un don de Dios que cura, pero no somos lógicos ni
consecuentes y lo olvidamos, viviendo a veces, no pocas veces, como alacranes,
agrios, quisquillosos, excitables y avinagrados, sin tomar en cuenta para nada
que la salud y la belicosidad son cosas incompatibles. Los estallidos de
ira y rencor, la hostilidad, el estrés,
las emociones negativas, los nervios desatados y los gritos hacen estragos, son
funestos, veneno puro que calcifican y taponan peligrosamente las arterias y en
razón de ello se eleva el nivel de colesterol en la sangre, se dispara la
tensión sanguínea...desarrollando afecciones cardiacas y muertes prematuras.
No
vale camuflarse tras los demás acusando
al prójimo de ser culpable de los propios problemas. Nuestro es el corazón y
somos responsables de mantenerlo sano y feliz viviendo en relaciones plenas y
gratificantes con todo el mundo, especialmente con familiares y amigos. La
salud y la longevidad dependen en gran medida de algo tan sencillo y razonable
como vivir y dejar vivir descansados y gozosos. Las buenas relaciones son la
mejor medicina, algo que no ignoramos, con todo, no le damos el relieve que
merece porque somos superlativamente reacios a admitir que el riesgo existe
hasta que las cosas adquieren dimensiones dramáticas, jugándonos entonces nada
más y nada menos que la vida. Claro, pues, como el agua pura que ante todo y
sobre todo merece la pena procurar ser
felices y vivir contentos.
Hijos,
recoger las expresiones de cariño y simpatía de vuestro padre que os abraza y
os besa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se tan educado en tus comentarios como quieres que lo sean contigo