Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

sábado, 5 de enero de 2013

AFECTO ENTRE LAS PERSONAS



Querido yayo Félix: Cuanta razón tienes también en esta carta. Leyéndola hoy, recuerdo que no hace mucho decías que tenías más amigos en el más allá que en el más acá. Reflexionando resulta que ahora estás rodeado de grandes amigos ¡¡Suertudo!!

Besos y abrazos. Dulces sueños.

Marisa Pérez Muñoz

AFECTO ENTRE LAS PERSONAS


         Valladolid 4 Enero de 2002

Queridos hijos: Tener amigos es estupendo y yo soy muy amiguero, tengo muchos. En realidad la mayoría de ellos son conocidos, personas que nos saludamos, nos caemos bien, simpatizamos y estamos a gusto tomando un vino y echando una parrafada, pero no pasa de ser un leve sentimiento amistoso, de una amistad superficial, pero no nos inspiramos confianza profunda como para construir una auténtica amistad. Un amigo verdadero es algo más, un amigo de corazón es aquel a quien agrada hacer el bien al otro, desea hacerlo y considera que sus sentimientos son correspondidos. La amistad con mayúscula es leal y transparente, se demuestra en los hechos y no con palabras, estando presente cuando se le necesita.

Desde siempre la amistad se valora como uno de los sentimientos más nobles. Gracias a los amigos nos conocemos mejor, nos ayudan a vivir mejor, y entendemos mejor el mundo. Dice el refrán, “Cada uno demuestra lo que es en los amigos que tiene”.Un verdadero amigo se interesa sinceramente por los problemas del otro, sabe escuchar, alaba de forma sincera sus virtudes, es generoso y  comparte. Cuida los sentimientos, no juzga para no ser juzgado, quiere a la gente y procura hacerles sentir lo importante que son para él.

Muchos de los problemas se dan por falta de amigos, es mucha la gente que se siente sola, la amistad es un estupendo bálsamo contra la soledad, una fraternal amistad nos carga las pilas de energía positiva, da mayor sentido a la vida y produce la gran alegría de compartir buenos ratos con charlas en las que cada uno puede exponer los problemas que le supone vivir con la seguridad de que mutuamente se ayudaran a resolverlos, o, al menos, a olvidarse de ellos.

Hijos, besos y abrazos

miércoles, 2 de enero de 2013

REFLEXIONES DE INICIO DEL AÑO




Querido Yayo Félix. Ya lo ves, a lo tonto a lo tonto hemos consumido el primer día de 2013 y quiero compartir con nuestros lectores esta carta que escribiste tal día como hoy allá por 2002.
En ella hacías algo que ponías en el título y que además solías hacer prácticamente cada día, porque lo que es verter reflexiones sobre el papel, se te daba de maravilla. Gracias a ese gusto tuyo por la escritura ahora puedo hablarte al oído un ratito y publicar la que toque.
 No me creo lo que dices de arranques de cabreo como los que describes, pero, si tú lo dices tendré que hacerte caso. 
Abrazos y apapachos. Dulces sueños.

Marisa Pérez Muñoz

Reflexiones de inicio del año

Valladolid 2 Enero  de 2002

Queridos hijos: A la vista está que soy un tipo tendente a gorditín, y se dice que los pasados de kilos es gente pacífica, poco amiga de armar camorra ya que normalmente controla la mala uva. Sin embargo confieso, no lo voy a negar, que en lo que a mí toca ese amor a la paz no es del todo exacto, pues cuando algo me (molesta) me cargo de tensión y puedo organizar un zipizape que tirita el diablo. Por lo pronto, lo diré así, suelto sin medida exabruptos de brocha gorda. Después me arrepiento y me insulto tachándome de más bruto que una inundación por los problemas que surgen a nivel familiar y querer cambiar, quiero, pero no acabo de arrancar.

Naturalmente nada sucede por nada, y cuando la cólera hace eclosión algo anteriormente ha tendido lugar que se ha ido acumulando hasta que la pasión se desborda y se produce un arranque tal de cabreo  que saltan chispas. Mi temperamento no es del tipo visceral que se caracteriza por la acción fácil de la ira, por eso a veces, cuando actúo más razonablemente, reprimo la leche agria, evitando la agresividad, reconociendo que las malas maneras no conducen a nada positivo, y menos aún el mal rollo de cargar sobre los demás la culpa de cuanto pasa. Lo correcto para evitar agresividad y tensiones es recurrir a técnicas de relajación, tales como dar un paseo, escribir, escupir sapos y culebras, pero para dentro, respirar profundamente varias veces antes de que estalle la bomba del mal humor, tomando distancia por si acaso, para que no salpique a nadie.

Bueno, Félix, me digo a veces, cuando estoy sereno y soy más dueño de la situación, vamos a ver, medita usando todo el “Talento que tienes en el celebro”, si como dice el viejo refrán “Un pensamiento de cólera es una tormenta de rayos y truenos” ¿No será preferible estar feliz y contento por estar vivo, y por otros muchos motivos, procurando lograr un ambiente favorable para la familia que tener el corazón bombeando zumo de mala uva con lo que lo único que se logra es que cada día de nuestra vida sea un tormento?

Besos y abrazos,

lunes, 31 de diciembre de 2012

EL LIBRO, EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE



Querido Yayo Félix: Muchas veces tus hijos te reñían porque te gustaba repetirte y repetir frases muy parecidas en tus escritos casi diarios. Ahora todas tus cartas cobran –si cabe- mucho más valor y te perdonamos las posibles “repeticiones” de frases que finalmente no querían decir lo mismo, aunque gustabas de hacer notar tu edad y empeñarte en decir que eras viejo, para después demostrar que de viejo nada de nada.Si acaso un poco añoso (con cara de oso).
Te quiero. Dulces sueños. ¡Ah! Y Feliz Año nuevo.

Marisa Pérez Muñoz


EL LIBRO, EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE.

Valladolid, Diciembre de 2001

Queridos hijos: Cuando se alcanza la vetustez, cuando se tiene a la vista la fecha de caducidad, es decir, cuando empieza a resucitar milagroso hallarte cada mañana vivito y coleando, en gran medida se modifica el modo de ver y entender las cosas.
Ejemplo clarificador: el tiempo, será, -es lo más probable- porque ya las emociones apenas hacen vibrar el corazón, se empieza a considerar que se vive demasiado deprisa, que  constituye delito no sacarle el máximo provecho al tiempo, porque todo él es oro.
En la carrera contra reloj que es el vivir hoy, se olvida que muchos ingredientes maravillosos de la vida necesitan paz y lentitud para fraguarse. Esto lo percibo con mayor evidencia paseando por el Campo Grande, más en contacto con la naturaleza que se mueve en otra dimensión en la que no cabe la prisa, me ayuda a conectar con mi interior y  detenerme a pensar que cada instante es único y sólo la calma permite vivirlo plenamente.

No es lo mismo cruzar el parque corriendo; que es imposible ver ni apreciar nada, que gozar momentos sumamente placenteros caminando reposada y alegremente, admirando los bulliciosos juegos de los niños, la elegancia de cisnes y pavos reales, las vistosas flores; escuchando bien el murmullo del fluir del agua de la fuente o el misterio del silencio. Si la temperatura es propicia, sentarse a la acogedora sombra de un árbol a disfrutar de la lectura de un libro, el mejor amigo del hombre.

Pero, hijos, perfectamente entiendo que estas son cosas de viejos, la juventud ha de intentar cada segundo cumplir un objetivo, alcanzar una meta, progresar.

Besos y abrazos

domingo, 30 de diciembre de 2012

CREER EN DIOS AYUDA A VIVIR Y A MORIR



Este año no ha sido fácil. Ya termina y dará paso a otro con idénticas luchas, temores y esperanzas. Siempre es así y tú lo has comprobado durante casi, casi 91. Ahora el cronómetro de tu vida no ha hecho más que empezar. Me gustaría saber si fue como esperabas; como te preguntabas en esta preciosa carta que hoy publico.
2011 siempre lo recordaré como el año que se fue mi padre.  2012 No te quepa duda que será "El año que nos dejaste".

Besos y abrazos. Dulces sueños.

Marisa Pérez Muñoz

CREER EN DIOS AYUDA A VIVIR Y A MORIR

Valladolid,  30 de Diciembre  de 2001

Queridos hijos Mañana muere el año. Todo y todos morimos; nacer y morir son los límites del camino de la vida, los topes entre los que cada uno de nosotros transita durante más o menos tiempo y de manera diferente, por supuesto sin el menor resquicio de duda de que tenemos fecha de caducidad y por consiguiente todos un día u otro hincaremos el pico. No obstante esta certeza con frecuencia la olvidamos y vivimos de espaldas a esta realidad, confiando en que al cronómetro de nuestra vida aún le faltan muchas horas por marcar, sin tomar en consideración que está dentro de lo posible que cualquier día en un chico rato un tijeretazo puede cortar el hilo de nuestra existencia.

Lógicamente esta actitud resulta mas propia de la gente joven; cuando la vida se va saturando de años se tiene más presente el tema de la muerte, aunque ello no debe significar que la vida haya de tener un  sabor amargo, más bien, lo contrario, ya que al tener más clara conciencia de que estamos aquí de paso y por tiempo limitado ha de servir de acicate para gozar en plenitud de lo que aún ofrece la vida, sin olvidar, claro está, que tenemos una cita a la que no podemos faltar y que lo razonable es prepararse para el encuentro.
Encuentro que de algún modo es encontrarse uno consigo mismo y con la propia realidad, lo que produce cambios significativos en el modo de ver y entender las cosas. Por ejemplo, ante los momentos tan decisivos de la vida, próximos a abandonar territorio conocido para aventurarse en lo más desconocido que existe, es justo y razonable sentir especial mieditis; o también preguntarse uno que si en  proceso de morir hará falta hacer algo.
 Seguramente no hará falta hacer nada, dejarse llevar por el momento, soltar las riendas del control a las que estamos tan aferrados y desprendernos de lo que ya no necesitamos, o sea, decir adiós a todo , incluso a nuestras huellas de identidad: el cuerpo y la sensación de individualidad.

En la experiencia de la muerte existirá tal vez alguna diferencia entre ser cada uno todo lo ateo que le apetezca y pensar que llegar a la última es zambullirse en la nada para convertirse en excelente abono mineral o tener conciencia religiosa dando a la muerte el significado de tránsito hacia otra realidad. Sin duda creer en Dios ayuda a vivir y a morir, al menos ocurrió en el caso de mi madre, mujer de fe maravillosa que morir fue quedarse dulcemente dormida en el regazo de Dios.

Yo, con la gran carga de años a la espalda, empiezo a preguntarme lo más sinceramente posible que si me muriese hoy, o el día que me muera, ¿Me sentiré satisfecho de mi vida? No lo sé, me hubiera gustado ser un padre a toda madre, pero nací cornito y cornito moriré. Dicho de otro modo, que soy más bruto que una granizada, y no digo más. Vosotros sois lo único meritorio que dejo tras de mí, no me dejéis en mal lugar.

Hijos, que Dios no os suelte de su mano.

Besos y abrazos,

sábado, 29 de diciembre de 2012

VER LAS COSAS CON OJOS HUMANOS



Querido Yayo Félix: Personalmente creo en el mismo Dios que tú, aunque quizás con un prisma diferente.
Creo que estás muy cerca de Él  porque te lo has ganado y por eso espero que estés feliz a su lado, aunque la sensación de no verte no es pérdida, sigue pareciendo que en cualquier momento abrirás la puerta y gritarás: “¡¡Ya llegó el Yayo!!”.

Recuérdale a mi padre que espero urgentemente lo que él sabe y repartíos miles de besos y abrazos de mi parte. Dulces sueños.

Marisa Pérez Muñoz

 Ver las cosas con ojos humanos

Valladolid, 29 de Diciembre de 2001


Queridos hijos: Oigo en la radio a una persona dudar de Dios, dice que si existiese evitaría sufrimientos a las personas de bien en vez de proteger a seres malvados  y canallas que viven felices y triunfantes.
Admito que se puede tener crisis de fe, pero no dudar de Dios por ese camino. O sea, que, por ejemplo, en una situación catastrófica les tocase la china únicamente a las malas personas. Pues no; tampoco es eso. Viendo las cosas desde nuestra humilde óptica, lo que tal vez quedase estupendo es que de vez en cuando el Creador  diese un tirón de orejas a esos malandrines problemáticos para que supiesen “lo que vale un peine”. Pero, claro, este sería  el modo y la manera de ver las cosas desde el punto de vista de los humanos, que no acertamos a comprender las tomas de decisiones de un ser tan cercano, pero también tan lejano, al igual que un microbio no entiende lo que hacemos los hombres.

Bien sé que es éste un argumento simple y pueril, pero que a muchos nos sirve, pues no hay más cera que la que arde: vivir con fe o sin ella. Esto es, tomar el tema de Dios como un cuento chino, todo un montaje de la mente humana y no creer en nada ni en nadie, u optar por creer que existe algo más después de esta vida, aunque a veces podamos sentirnos  como  microbios, incapaces de entender los designios de quien  todo lo ha creado y lo mueve..

Hijos, personalmente pido a Dios que me comprenda, que me entienda y disimule mis dudas y crisis en tanto yo trato de descubrir su presencia en todo y en modo especial en las personas maravillosas, -que las hay- y hacen posible que la vida siga adelante.
Resumiendo: Dios sabrá, es problema suyo, y como es bondadoso y sabio, hace que me sienta lleno de una grata sensación de esperanza en que el final sea a su manera, que será la mejor.

Besos y abrazos,