Querido Yayo Félix: Personalmente creo en el
mismo Dios que tú, aunque quizás con un prisma diferente.
Creo que estás muy cerca de Él porque te lo has ganado y por eso espero que estés
feliz a su lado, aunque la sensación de no verte no es pérdida, sigue
pareciendo que en cualquier momento abrirás la puerta y gritarás: “¡¡Ya llegó
el Yayo!!”.
Recuérdale a mi padre que espero urgentemente
lo que él sabe y repartíos miles de besos y abrazos de mi parte. Dulces sueños.
Marisa Pérez Muñoz
Ver las cosas con ojos
humanos
Valladolid, 29 de Diciembre de
2001
Queridos hijos: Oigo en la radio a una persona dudar de
Dios, dice que si existiese evitaría sufrimientos a las personas de bien en vez
de proteger a seres malvados y canallas
que viven felices y triunfantes.
Admito que se puede tener crisis de fe, pero no dudar de
Dios por ese camino. O sea, que, por ejemplo, en una situación catastrófica les
tocase la china únicamente a las malas personas. Pues no; tampoco es eso.
Viendo las cosas desde nuestra humilde óptica, lo que tal vez quedase estupendo
es que de vez en cuando el Creador diese
un tirón de orejas a esos malandrines problemáticos para que supiesen “lo que
vale un peine”. Pero, claro, este sería el modo y la manera de ver las cosas desde el
punto de vista de los humanos, que no acertamos a comprender las tomas de
decisiones de un ser tan cercano, pero también tan lejano, al igual que un
microbio no entiende lo que hacemos los hombres.
Bien sé que es éste un argumento simple y pueril, pero que a
muchos nos sirve, pues no hay más cera que la que arde: vivir con fe o sin
ella. Esto es, tomar el tema de Dios como un cuento chino, todo un montaje de
la mente humana y no creer en nada ni en nadie, u optar por creer que existe
algo más después de esta vida, aunque a veces podamos sentirnos como
microbios, incapaces de entender los designios de quien todo lo ha creado y lo mueve..
Hijos, personalmente pido a Dios que me comprenda, que me
entienda y disimule mis dudas y crisis en tanto yo trato de descubrir su
presencia en todo y en modo especial en las personas maravillosas, -que las hay-
y hacen posible que la vida siga adelante.
Resumiendo: Dios sabrá, es problema suyo, y como es bondadoso
y sabio, hace que me sienta lleno de una grata sensación de esperanza en que el
final sea a su manera, que será la mejor.
Besos
y abrazos,
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