Querido Yayo Félix: Muchas veces tus hijos te reñían porque te gustaba
repetirte y repetir frases muy parecidas en tus escritos casi diarios. Ahora
todas tus cartas cobran –si cabe- mucho más valor y te perdonamos las posibles “repeticiones”
de frases que finalmente no querían decir lo mismo, aunque gustabas de hacer
notar tu edad y empeñarte en decir que eras viejo, para después demostrar que
de viejo nada de nada.Si acaso un poco añoso (con cara de oso).
Te quiero. Dulces sueños. ¡Ah! Y Feliz Año nuevo.
Marisa Pérez Muñoz
EL LIBRO, EL MEJOR
AMIGO DEL HOMBRE.
Valladolid,
Diciembre de 2001
Queridos
hijos: Cuando se alcanza la vetustez, cuando se tiene a la vista la fecha de
caducidad, es decir, cuando empieza a resucitar milagroso hallarte cada mañana
vivito y coleando, en gran medida se modifica el modo de ver y entender las
cosas.
Ejemplo
clarificador: el tiempo, será, -es lo más probable- porque ya las emociones apenas
hacen vibrar el corazón, se empieza a considerar que se vive demasiado deprisa,
que constituye delito no sacarle el
máximo provecho al tiempo, porque todo él es oro.
En
la carrera contra reloj que es el vivir hoy, se olvida que muchos ingredientes
maravillosos de la vida necesitan paz y lentitud para fraguarse. Esto lo
percibo con mayor evidencia paseando por el Campo Grande, más en contacto con
la naturaleza que se mueve en otra dimensión en la que no cabe la prisa, me
ayuda a conectar con mi interior y
detenerme a pensar que cada instante es único y sólo la calma permite
vivirlo plenamente.
No es lo mismo cruzar
el parque corriendo; que es imposible ver ni apreciar nada, que gozar momentos
sumamente placenteros caminando reposada y alegremente, admirando los
bulliciosos juegos de los niños, la elegancia de cisnes y pavos reales, las
vistosas flores; escuchando bien el murmullo del fluir del agua de la fuente o
el misterio del silencio. Si la temperatura es propicia, sentarse a la
acogedora sombra de un árbol a disfrutar de la lectura de un libro, el mejor
amigo del hombre.
Pero, hijos,
perfectamente entiendo que estas son cosas de viejos, la juventud ha de
intentar cada segundo cumplir un objetivo, alcanzar una meta, progresar.
Besos y abrazos
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