SUEÑOS AGRADABLES
Valladolid 27-01-2005
Queridos
hijos: Anoche, contra mi costumbre, vi una película desagradable y violenta que
me afectó y no dormí bien, desperté varias veces sobresaltado, con pesadillas
provocadas por no recuerdo que situaciones de peligro y acusaciones injustas.
Total que después de varios intentos de pretender soñar con los angelitos
recurriendo al eficaz incitador recurso de contar ovejas sin éxito,
completamente desvelado, me senté en la cama, encendí la luz y di en cavilar en
lo esencial que es el sueño para la vida, tanto como la manducatoria, tanto es
así que hemos de dedicar un tercio de la vida a planchar oreja, con sueños cada
noche, unos agradables y otros no tanto, por lo que importa extraordinariamente
procurar los primeros y alejar los segundos.
Bueno
será, pues, incluso muy bueno, seguir al pie de la letra las reglas del arte
del buen dormir: conciencia tranquila, pensamientos limpios, estomago contento
con buenas digestiones, humor alegre, ambiente grato, o sea, con el cuerpo y la
mente sanos los sueños tranquilos y lisonjeros están asegurados.
No
es pues, preciso mucho “talento en el celebro” para tratar de evitar todo aquello que trastorne el sueño y los
sueños, tal como la ansiedad, angustia, nervios, estrés, situaciones ingratas,
salud deteriorada, cenas excesivas, porque ya lo dice el refrán, “Días
tormentosos, noches agitadas”, y referido a las cenalitonas el refranero aún va
más lejos, “De grandes cenas están las sepulturas llenas”. Seguro que después
de oír esto nadie se permitirá el lujo de discrepar de que si un hartazgo antes
de meter los pies en la cama puede quitar la vida, como no quitará el sueño.
Hijos, total y resumiendo, con la salud
y las buenas costumbres alteradas la imaginación se alborota igualmente
llevando a uno donde no quiere para encontrar lo que no quiere.
Besos y abrazos
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