REFLEXIONES JUICIOSAS
Valladolid,
Querida hija Rocío, gotita de agua, como perla,
evaporada: Voy a ponerte un humildísimo ejemplo de padre a toda madre que
nunca deja sin respuesta una carta: yo mismo, un cornito químicamente puro,
esto es, tipo listo para dar consejos, pero menos practicar con el
ejemplo. Quiero decir que por no ser un modelo ideal para seguir, no hagas lo
que hago, pero no te irá nada mal si haces lo que te digo. Como ser una mala
persona es una tontada como un queso, tú lucha denodadamente por hacer de tu
vida una obra de arte. No es difícil, tan sencillo como procurar ser hoy mejor
ser humano que ayer, pero menos que mañana, engrandeciendo así tu vida y la de
todos los que te rodean. ¿Te parece bien, mal o regular?
Como estoy en racha de hacer reflexiones juiciosas,
entiende bien, enteramente bien esto. Venimos a este valle de lágrima a llorar
lo menos posible, y como bien sabido es que no hay mejor bien que la risa
y la alegría, con motivo o sin ellos muéstrate siempre feliz, aunque realmente
no sé si esa ansiada felicidad existe o sólo existen alguna ilusiones que
nos hacen buscarla y mientras tanto vamos tirando, pero tú, querida hija, entre
tanto, practica lo más posible el famoso y simpático nervio zigomático, que es
el que gestiona la risa, Te sugiero que más que la sonrisa, la risa. Ríe mucho
sincera y noblemente, porque en la sonrisa cabe todo, la astucia, la ironía, la
mentira...En la risa sólo la camaradería, el respeto.
Ninguna manera mejor de hacer honor a la verdad que
la sinceridad. Como tienes motivos más ilusionantes para vivir, las cosas malas que se las coman los gochos.
Siempre me sentiré obligado
a estarte agradecido al máximo por haber sido tú quien me descubrió el mágico
artilugio reproductor de música llamado MP3 ¡Qué maravilla! Todas las tardes,
al menos una hora, me acomodo bien rempanchingado en el sillón, cierro
los ojos, respiro lenta y profundamente, conecto el diminuto ingenio y suena la
música selecta, la más enteramente de mi preferencia, y como el armonioso
ruido llena por entero la cabeza, dejando volar la fantasía me hago la
ilusión de que música y mente se entremezclan formando un todo, y el
batiburrillo de tal fusión, sin duda, serena las células cerebrales, porque,
¡Qué gusto! ¡Qué sensación de relajamiento! ¡Qué bien me siento! Tanto y
tan bien me siento, tan en armonía conmigo mismo, que sin exagerar puedo decir
que estos momentos placenteros dejan mi ánimo lleno de tranquilidad, sosiego y
descanso. Muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido.
El sol y yo actuamos de igual modo, nos
acostamos como las gallinas y nos levantamos con los gallos. Cuando la tarde
languidece se me cierran literalmente las persianas e irremisiblemente he
de ir a planchar oreja.
Como dormir es un formidable sistema de
recuperación, cuando por la mañana, temprano, las seis, me tiro de la cama, es
el momento mas lúcido del día, en el que mejor fluyen las ideas y reflexiono
con más agilidad, dentro, por supuesto, de mi escasa capacidad
razonadora. Bueno, pues eso, que al menos no está mal esté acorde con el sol.
Paso a otro capítulo, me place y me complace que
María, mocita en flor con aires inconfundibles de princesa egipcia, morenita
guapa de verdad, sea además, lista, estudiosa, magnífica hija, y, cómo no, que
haya reanudado sus prácticas de piano.
Adiós, preciosos pimpollos, capullitos de
rosa, si hacéis lo que yo, vivir FELIXmente, vuestros días se os llenarán
de diversión, alegría, humor y vida.
Mil abrazos
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