martes 28/12/2010 22:53
Querida Rebeca:
Cuidadín, cuidadín que hoy es el día que tradicionalmente se gastan bromas o “inocentadas” entre parientes y amigos y no vayas a resultar tú la incauta inocentilla que te dejes sorprender dejándote colgar un monigote de papel en la espalda en plan de burla, o prestes dinero, o seas la ingenua que cree la insólita falsedad de los medios de comunicación anunciando que no subirá el recibo de la luz, ni el gas, ni los transportes, ni la edad de jubilación, ni bajaran las pensiones…, será una broma de mal gusto, porque todo subirá o bajará, ya lo creo, no faltaba más.
Hoy día la fiesta ha perdido popularidad, antes, no hace tanto, era un día loco, jovial, de algaraza, se gastaban a porfía bromas de toda índole, generalmente, prudentes y respetuosas, sin faltar a nadie, aunque tampoco es que escaseasen los amigos de las bufonadas del peor gusto.
No resulta fácil equiparar la celebración de bromas y engaños con la conmemoración de la histórica e increíble masacre de inocentes niños menores de dos años nacidos en Belén. Sangriento edicto del cruel Herodes, rey de pésima reputación ganada a pulso. Personaje ambicioso y vida desordenada, organizador de bacanales, que lleno de intrigas y temores, sintiéndose terriblemente amenazado de perder su poder por el recién nacido Mesías, futuro rey de los judíos, ordenó la terrible degollina con objeto de asesinar al Niño Jesús, pero avisados por un ángel, José, María y el Niño, a lomos de su borriquillo se encaminaban hacia Egipto, alejándose del peligroso y perverso Herodes.
Pues si, si, así ocurrieron los hechos, pero vamos a ver, Rebeca, cariño, inocente palomita, ¿Me prestas diez euros?
Adiós, besos.
Félix
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