Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

domingo, 9 de noviembre de 2014

DISCUSIONES IMPRODUCTIVAS



DISCUSIONES IMPRODUCTIVAS
Valladolid 9 Noviembre de 2001
Queridos hijos: Muchas veces, cuando las familias se reúnen, las sobremesas dejan un amargo sabor de boca por los enfrentamientos dialécticos que tienen que acabar siempre en vencedores y vencidos.
Si las personas no fuésemos tan dados a discutir improductivamente el mundo sería menos agitado. La discusión es un acto para intercambiar pareceres y puntos de interés sobre determinado asunto con el fin de resolver el problema. Nada de malo tendría, pues, la discusión si no terminase impepinablemente en trifulca acalorada, donde la cuestión concreta no es otra que derrotar al otro. Osea, que no se busca acuerdo ni aclaración, sino estallidos de diferencias y frustraciones.
 En esas desagradables sobremesas se levanta la voz, se pierde el control y asoma de inmediato la violencia, las recriminaciones, la inquina más profunda, aprovechando la ocasión para el desahogo hiriente, como pretexto para la denominación, para atacar y alzar el conflicto al máximo posible por las más insignificantes pendejadas.
El sacar a airear los trapos sucios del pasado más lejano revela inmadurez en el manejo de las emociones. Esa clase de discusiones no ofrecen ningún efecto positivo, sólo alteran los nervios y los ánimos de quienes las sostienen, máximo que no se discuten cuestiones actuales, sino que aluden a hechos supuestamente tuvieron lugar en épocas remotas.
No entiendo que no sea posible que las discusiones no acaben acaloradamente, sino en disculpas, reconciliaciones o, por lo menos en un pacto sensato y no en gritos y camorra.
Hijos, que no se diga que en nuestra sobremesa las injurias son las razones de quienes no tienen razón.
Besos y abrazos

sábado, 8 de noviembre de 2014

NARCISISMO



NARCISISMO
Valladolid 6  Noviembre de 2001

Queridos hijos: Supongo que sabéis quien es Narciso, ese personaje mitológico que se enamoró locamente de su persona  mirándose en las aguas de una fuente, en el fondo de la cual se precipitó. Fue convertido en la flor que lleva su nombre.
Bien pues, de su nombre deriva narcisismo, amor mórbido y exagerado de sí mismo. El narcisista vive de fuera hacia dentro, subordinándolo todo  a su imagen externa, vive de cara a las apariencias, a lo que piensen y digan los demás, sin tiempo para otro cosa desde que se levanta hasta que se acuesta, olvidando por completo las actitudes y valores que verdaderamente marcan la personalidad.
El narcisismo es, pues,  un trastorno psicológico que necesita tratamiento por su incapacidad para el amor al prójimo, por su ansiedad y constante búsqueda de ocupar el primer plano siempre y en todo lugar, donde él esté no cabe otra persona.
El narcisista necesita imperiosamente ser el alma de la fiesta y para lograrlo habla y habla sin cesar contando sus batallitas, y si no lo logra arma una camorra de no te menees. Palidece con los éxitos ajenos; es manirroto consigo mismo, derrochando cuenta dinero sea necesario para comprar ropa y más ropa, para acicalarse y mimarse y no soporta la mínima crítica a su persona ni a su apariencia. Son teatrales y exageran las expresiones de afecto y las emociones, fingiendo mucho amor a los suyos de boquilla delante de la gente. Se consideran lo más de lo más y de su boca no salen más que autoalabanzas y acusaciones hacia los demás a quienes acusa de sus males y de los propios defectos.
En fin, hijos, para qué seguir, vale con que vosotros viváis de dentro a fuera, atendiendo a los mandatos que os dicte vuestro corazón de paz, amor y humor.
Besos y abrazos

viernes, 7 de noviembre de 2014

EPITAFIOS



EPITAFIOS
Valladolid 6 de noviembre de 2001
Queridos hijos: Soy muy de visitar cementerios y en estos días que los vivos acuden a honrar a sus muertos, no suelo faltar para descubrir rincones que invitan a la reflexión, sin faltar la visita al panteón de los personajes interesantes de Valladolid: Zorrilla, Ferrari, Río Ortega, Alonso Cortes, Rosa Chacel...
Resulta  interesante leer epitafios, las inscripciones sobre las tumbas. En la actualidad la mayoría sólo informan la filiación del difunto, incluyendo a lo sumo “no te olvidamos”.
No ocurría así antañamente, tengo algunos anotados que son autenticas perlas. Un refrán dice, “mentiroso como un epitafio”; que será probablemente por aquello que también se dice: “si quieres elogio, muérete”, pero, sin embargo, las inscripciones sepulcrales suelen ser ciertas: “Estoy hecho polvo”, “Polvo somos y en polvo revertimos”. Otro más socarrón  escribe: “Paz, a mis cenizas; por favor, no estornudar”. R.I.P.  “Descanse en Paz”, es el epitafio estándar. Otro más escueto dice: “Fue”, y otro más esperanzador: “Resucitaré”.
Son muchos los epitafios lucidos, graciosos, llamativos, citaré algunos de los mas clásicos: “Lo que fui, eres, lo que soy, serás”; “La vida es un relámpago entre dos eternidades”.
Una viuda anotó sobre la tumba de su esposo: “Aquí yace mi marido y hace bien, el descansa y yo también”; otra le despidió: “Tengas tanta gloria como paz me dejas”. Un mordaz caballero escribió, “Paseantes, hasta pronto”, un general sudamericano, “Aquí yace el general Ferreira, pasead tranquilos, ¡estoy muerto!
Un escritor bebedor: “Estuve borracho muchos años, después me morí”. Un actor: “Estoy haciendo de muerto, y de verdad que lo estoy haciendo bien”. Un socarrón anónimo fue más lejos,”Acudí a una cena, pero no a cenar, sino a ser cenado”. Y uno que al parecer no se resignaba a morir:” ¿Qué tenía Lázaro que no tenga yo?”
Muy conocidos son también estas breves historias: “Siempre estuve sano porque nunca visite a un médico, pero un día la familia insistió en llamar a un galeno, me dio un bebedizo y al día siguiente me morí”
Parecido epitafio es el de aquel que también desconfiaba de los facultativos, “Fallecido por la voluntad de Dios y de un médico imbecil”.
De lo más gracioso resulta el de la tumba de Groucho Marx, “Señora, perdone que no me levante” Woody Allen tiene pedido que escriban: “No merecí terminar así”; El sabio padre Feijoo dijo este epitafio: “Aquí yace un estudiante de medicina pluma y labio, que quiso ser sabio y al fin murió ignorante”, y Unamuno dejo éste: “Sólo pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo”.
Queridos hijos, sobre mis cenizas no pongáis ni flores, ni epitafio alguno. Bueno, si acaso, una recomendación: “Mientras sea posible, reír mucho”.
Besos y abrazos

jueves, 6 de noviembre de 2014

SERVICIO A DOMICILIO



SERVICIO A DOMICILIO
Valladolid 5 Noviembre de 2001
Queridos Hijos: Primero fue "Telepizza", pero hoy está a la orden del día y todo el mundo se ha lanzado al mercado a domicilio, ya no es únicamente la famosa pizza, son los más insospechados servicios los que te atienden en el hogar: comida china, paellas...y los más vagos piden incluso tortilla. O sea, para estos días que no te apetece freír ni un huevo, la sociedad comodona en que vivimos lo tiene todo resuelto.

Tú llamas y una amplia red de servicios  te entregan en bandeja y sin moverte del sofá de la casa, no sólo una gran variedad de manjares, sino los más sorprendentes encargos. Estos son los más típicos: "Telemexicanos", "Telebaguete", "Telé cocido", "Telepaella", "Telepollo"... Pero eso no es todo, los servicios de atención al cliente llega más lejos, "Telé madre", que te sirven una comida casera recién hecha, como preparada por la propia progenitora.
Otra ocurrencia curiosa  es "Telé plancha";  esto es, tú llamas y te lavan y planchan la ropa en un tiempo record.   Aún hay más novedades: ¿Un dolorcito aquí o allá? Una Llamada  a Telemasaje", y de inmediato te envían un experto fisioterapeuta y en un abrir y cerrar de ojos como nuevo.

Y por si esto fuera poco, aún hay más.   Quieres montar una fiesta sorpresa a un amigo y no tienes tiempo para montarla, no tienes excusa, "Telefiesta" te resuelve el problema. Esta empresa organiza todo tipo de festejos y espectáculos: cumpleaños para  los pequeños, con payasos incluidos; despedidas de soltero, si deseas una fiesta diferente, con estriptis. Está también la singular "Tele-Ya", que por poco dinero te soluciona todas esa tediosas tareas para las que no tenemos tiempo; la enojosa labor de la compra, llevar y recoger los niños del colé...Otra novedad más,"Teleperro-Exprés" que a tu llamada acuden con la comida favorita de tu can, el peluquero, un paseador y, por supuesto, servicio de guardería.
HIJOS, ¡Qué Inventos!
Besos y abrazos

miércoles, 5 de noviembre de 2014

EL FERVOR POR LO MÁGICO Y MARAVILLOSO



EL FERVOR POR LO MÁGICO Y MARAVILLOSO
Valladolid 5 de Noviembre de 2001
Queridos hijos: En nuestro México lindo y querido el día de los difuntos se celebra en mezcla de ritos católicos y mitos indios de muy diferente y sorprendente manera que, por ejemplo, en España, que el tema de la muerte se toma más en serio.
Allá el “día de los muertos” las almas de los difuntos regresan al mundo de los vivos, y para facilitarles las cosas y que se sientan contentos y agradecidos les señalan el camino con pétalos de rosas, velas y ofrendas de lo más variadas. O sea, que en vuestra tierra la celebración del día consagrado a los fieles difuntos lo hacen por todo lo alto, sin reparar en gastos, con ofrendas, ritos, liturgias y celebraciones de lo más variadas, todo con tal colorido, tal riqueza folklórica y costumbrista que desde luego, no existe otro país en donde el culto a los muertos esté tan arraigado y con tantas manifestaciones como en México, ya que, verdaderamente, a extraños, incluso a los propios mexicanos asombra el modo de honrar a los muertos.
A esta celebración acuden muchos visitantes y lo que más les llama la atención son los cementerios iluminados y llenos de multitud de ofrendas. Lo que sin duda no faltan son flores a porfía, candelarias y alimentos preparados, platos típicos, atole, tamales, chocolate, calabaza dulce, pan de muertos, calaveras de azúcar de todos los tamaños que suelen tener el nombre del difunto, sin que por su puesto falte el alcohol, cerveza, pulque. Hay difuntos de distintas categorías según la causa de la muerte, natural, accidente o asesinado.
No sólo se manifiestan en los camposantos, también lo hacen en las casa particulares en las que se improvisan altares con imágenes de santos, se cubren los espejos, se coloca la foto del difunto sobre un mantel blanco en el cual se deshojan flores llamadas cempasúchil. También se colocan sombreros, rebozos y otros objetos que usaron los difuntos, tales como utensilios y herramientas de trabajo. Por supuesto, no pueden faltar los alimentos y bebidas preferidas de los muertos. De los alimentos los difuntos sólo toman la esencia de lo sólido da buena cuenta los vivos. Si el fallecido es un infante en las ofrendas se incluyen juguetes de barro o madera, arroz con leche, pan dulce gelatinas...
En tales ofrendas manifiestan gran riqueza espiritual y artística, puesto que hay ofrendas que son verdaderas obras de arte popular que expresan el fervor del pueblo mexicano a lo mágico y maravilloso.
Besos y abrazos