Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

martes, 22 de mayo de 2012

VA DE BOTIJO


Una vez más recordando a tu querida y añorada madre. ¡¡Qué suerte tuviste por haberla conocido y nacer de ella!! 

Ojala  algún día pueda sentarme a su vera y aprender de ella tantísimos valores como atesoró.
Besos querido yayo y queridos lectores.

Marisa Pérez Muñoz

Melilla 29 de Junio de 2001

Querida hija: Hoy, mi ultimo día en Melilla, va de botijo, esa vasija de barro ya en desuso, panzona, con asa, una boquilla en un lado para llenarla de agua y en el opuesto el pitorro para beberla. Pues bien, menudo rifirrafe que en su día se organizó en Cornón en contra de mi madre a costa de su botijo.

Por supuesto, rigurosamente falso, porque ella en todos los días de su vida rompió un botijo. Lo cierto es que en este vidrioso asunto existió una semilla de verdad, efectivamente, se había acercado a la fuente en busca de agua fresca con el botijo, pirulo, pipote o bototo, que con todos estos nombres y muchos más se le conoce, y de regreso, guareciéndose, naturalmente, de un sol bravío que chamuscaba el pelo, se percató de la presencia solapada del Chato, que agatillado tras un carro escudriñaba sus movimientos. Conociéndolo, no hizo caso pero nunca imaginó que estuviera tramando el infundio que tanto iba a excitar a la tribu cornita.

    Los ecos de esta peripecia estrictamente verídica, llegaron a mis oídos, además de através los labios de mi madre, de los de Elena y mi tío Pedro, todos ellos testigos presenciales del episodio. Según ellos, esta es la versión tergiversada que de los hechos dio el mentado Chato al Pinto:
              -"Yo vide con los mis mesmos ojos a la de Vitor apretujada contra la barda de adobe buscando la mirruña de sombrajo, y de cómo el su botijo chocó contra la parés y cascó".
                Misma versión aumentada y corregida que el Pinto pasó a Danielón, éste a la garrula de su costilla, y ella a todas las demás.
   -"¿Sus hais enterao de la fichuriá de la Filumena, la de Vitor, tan espabila la mu mosquita muerta que hasta sabe ler y escrebir y la mu sansirolé ha rompido el su botijo?".
 
Y Cornón se convirtió en un semillero de trolas, disparates y falsedades surtidas. Mi madre no hizo ni poco ni mucho caso, y aconsejaba al autor de mis días que no prestase oídos, que el mejor antídoto era el sentido común. Y, en efecto, en un principio mi padre se desengancho total del asunto, pero como Cornón decidió unánimemente que el bulo, como bola de nieve, rodando, rodando, creciese y creciese, y ver expuesta a la esposa en la picota cornita empezó a mosquearse y a decir que todos somos pacíficos hasta que dejamos de serlo.
    Mira, Víctor, lo mejor es no tomarlo en consideración, tanto barullo por un simple botijo. La situación, si se piensa, da risa.
   Como respuesta, él sonreía, pero la procesión iba por dentro, porque el caso parecía no tener ya remedio, y efectivamente, explotó la bomba el día que con ocasión de haber asistido en Guardo a una renombrada feria de ganado, charlaban en corro con unos amigos y de sopetón cayo en el corrillo la Torcuata, una moza cornita ya no muy manceba, más ancha que larga, a la que le habían salido las nalgas de juicio, bruta como un adobe, y que por residir fuera de Cornón no conocía a mi madre más que de oídas, a boca de jarro le espetó en la cara:
-                  De que venía bajando p'abajo, aquí los mis parientes, me dijón: "mira, esa que p'allá va viniendo es la Filumena, la del botijo. ¿Ansina que tú eres la Filumena de la que to el rato se icen cosas? Ya no me se despista la tu fisunomia, y sin arrodeos querría que sopieras que, uuuuyyy, que juerga, amos lo que yo me haiga podio reír de ti por lo del tu botijo".
-                  Pues nada,  mujer - la alentó mi madre - si te entran ganas de reír, no te prives, que la risa es sana, y hasta engorda.
              Para mi señor padre fue la gota de agua que colmo el vaso, lo que le hizo decidir que había llegado la hora de jugarse el físico, como se solía decir allá, "de aplastar la caspa en el cráneo de alguien que tiene próxima la hora de su entierro".
   Mi progenitora empezó a temblar, y no precisamente de frío con la tremenda decisión del esposo de jugarse el todo por el todo.
-                  Por Dios Santo, Víctor, sujétate, que te conozco, no saques las cosas de quicio y por una valentía ciega te busques la ruina.
   No quiso atender razones, y el domingo al finalizar la misa, apelotonada la gente en el atrio de la iglesia, a la vista de todos alzó el botijo vivito y coleando y lo estrelló a los pies del Chato, y con los ojos soliviantados relampagueando como puntas de bayoneta, enarboló el oncejo, y con un grito como bramido de toro, vociferó:
   -  !Quien crea que la mi mujer ha rompido el su botijo, si es hombre y tiene lo que tiene que tener, que adelante una pisada!
   Afortunadamente nadie se envalentonó, es más, el puñado de mendrías reculó dos pasos, con lo que se evitó que la sangre llegase al río, algo que bien pudo haber sucedido, aunque en Cornón no hay río.  

   Hija, ¿y ahora que opinas de los cornitos cuando estamos dispuestos a partir en cuatro el alma de más de dos?

Abrazos de tu cornito padre

viernes, 11 de mayo de 2012

ARRITMIA




Hoy leyendo esta añeja carta, he aprendido una cosa nueva: la palabra “valetudinario” que ni idea tenía que significa  Achacoso, enfermo, decrépito y otras tantas acepciones más. Como ves, sigues teniendo mucho que enseñar y yo mucho que aprender. Y como ves también, desde que escribiste esta carta han pasado 11 añazos de vellón, por tanto mi querido yayo, nada cambió bajo la capa del cielo.

Besazos guapísimo yayete.

Marisa Pérez Muñoz

ARRITMIA  22-07-2001

Queridos hijos: Mi valetudinario corazón, en mayor medida en estos días ardientes, pierde fácilmente el ritmo, cuestión de arritmia, que por lo que he entendido de las explicaciones de mi doctor se trata de un trastorno en la instalación eléctrica en mi octogenaria víscera torácica, dando lugar a una anormal generación de los impulsos eléctricos del órgano cardiaco o la transmisión de los mismos a través del músculo del corazón. Las arritmias, me advierte mi médico, constituyen uno de los problemas cardiovasculares más frecuentes. En algunos casos son benignas y no comprometen la esperanza de vida de los que las padecemos, sin embargo, algunos tipos de arritmias son muy peligrosas y pueden llevar al fallecimiento por muerte súbita.
       En tocante a dietas me recomienda seriamente la abundancia de frutas, verduras, legumbre y pescado, por aquello de que contienen ácidos grasos omega 3 que, me asegura, reducen en un 80 % el riesgo de muerte instantánea.
       Con todo, por edad y ley de vida, supongo que me moriré pronto, entre los ochenta y los noventa es la edad  en que Dios da la orden formal de que acudamos a su lado. Moriré, por su puesto, y es mi más ardiente deseo, mucho antes que vosotros, eso es cosa segura. Tal vez mañana o pasado, la semana que viene o el mes próximo. Uno de esos días, a lo mejor en un santiamén y sin que exista médico alguno capaz de evitarlo mi corazón hará una pausa y entonces dejaré de estar en esta casa para vigilarla  desde la distancia. No creo, y además es lo que espero, que os vayáis a morir de pena cuando ya no esté. Lo que sí me gustaría es que, ojalá sepa ser un anciano sabio capaz de aceptar con valentía la llegada de mi apocalipsis, que acepte con resignación y serenidad el hecho de que ha llegado la fecha de caducidad de mi vida y de que el mundo se ha acabado.
       Hijos, sinceramente, por lo pronto, al día de hoy, la idea de saltar la tapia que separa el Más Allá del Más Acá no me infunde excesivo sobresalto ni mieditis, lo que sea será en su momento.

                               Besos y abrazos

MI POBRE CORAZÓN YA GASTADO


Querido yayo Félix: como te comenté esta mañana, aquí está esta carta con título oportuno. Escrita hace 10 añacos.
Haberte cuidado mucho y bien, hace que tu “pobre corazón gastado” siga latiendo a un ritmo suficiente para poder mostrar la enorme sonrisa que hoy te vi.
Te quiero mucho. Sigue tan animoso y guapo. Pronto volveré a visitarte.

Marisa Pérez Muñoz


MI POBRE CORAZÓN YA GASTADO
Valladolid JULIO-2002

Queridos hijos: Mi pobre corazón ya gastado, a veces, sin más ni más, pierde el compás con palpitaciones alocadas; como tal trastorno del ritmo cardiaco puede suponer peligro para la vida, soy cornito y como  en Cornón  no hay tontos me interesa seriamente una ligera idea del porqué ese tic tac desordenado que llaman arritmia y que consiste en una irregular y desigual frecuencia de las contracciones de los músculos del corazón.

Os cuento lo que conozco del tema. El corazón digamos que tiene un marcapasos natural que los médicos llaman “Nodo sinusal”, su impulso genera la contracción de la aurícula, que se transmite hacia los ventrículos.  Estos se contraen a continuación cuando se llenan de la sangre que llega de las aurículas. Digamos que de esta forma late con un ritmo regular y permite primero el llenado de sangre de las aurículas, que la impulsan hacia los ventrículos, de donde se va hacia la aorta o a la arteria pulmonar según provenga del izquierdo o del derecho. El proceso es más sencillo de cómo lo explico, pero espero lo entendáis.

El mecanismo más importante que influye en la frecuencia cardiaca es el sistema nervioso. O sea, si no entiendo mal, cuando las cosas están en estado normal el cerebro envía impulsos eléctricos al sistema encargado de mover el corazón y organizar el tema del bombeo de la sangre y todo sobre ruedas; pero ahí están las arritmias trastornándolo todo, porque las palpitaciones  resultan un problema complejo tras los cuales se esconden muy diversas motivaciones: estrés, drogas, tabaco, tensión arterial, colesterol y ciertos fármacos que bien pudiera ser mi caso.
Retengo líquidos controlados con diuréticos que producen cambios en el nivel del potasio o el magnesio lo que quizá sean la causa de que el corazón reciba estímulos erráticos que provocan que el marcapasos natural del corazón funcione a un ritmo totalmente irregular.

Yo noto preferentemente cuando sufro el trastorno, el pulso se acelera y de pronto el corazón se detiene para a continuación empezar de nuevo a latir a todo gas y a rachas, para nuevo parón y acelerón, lo que logra ponerte nervioso.

Las palpitaciones son gran motivo para acudir a la consulta del cardiólogo; aunque la mayoría resultan benignas, pero si los impulsos eléctricos se vuelven erráticos y dan lugar a los bombeos de sangre desordenados arrastrando un trombo que tapone alguna arteria, organizando un problemón que pone en serio peligro la vida. Para evitar tomo sintrón que deja la sangre limpia y fluida.

Besos y abrazos

lunes, 30 de abril de 2012

EL MUNDO AL REVÉS


EL MUNDO AL REVÉS 27 de abril de 2012 19:32 

Queridos seres queridos:


Si os digo que creo que el mundo camina al revés, que se está volviendo loco, imagino que me creéis, empezando porque las noticias de la tele, los comentarios de las tertulias radiofónicas, los artículos de la prensa, todo lo que nos venden a través de los medios de comunicación son críticas negativas, violencia verbal, descalificaciones, tragedias, catástrofes, cuanto más dramáticas, rocambolescas, extrañas, dolorosas e injustas mayor éxito. Bien sabido es que las cosas sencillas, naturales y nobles carecen de interés y no se venden.
En estos tiempos de crisis, no únicamente económica, también de desconcierto, confusión y materialismo, proliferan quienes, vamos a ver, creyendo no creer o sin creer creen que no hay más vida que esta vida, que el otro mundo está en éste, con lo cual bien parece que todo esté permitido, la ambición de dinero, dinero, dinero con su poder absoluto, el afán de poder y placer. Disfrutar del presente al máximo, lo que venga después es lo de menos.
No quiero ser pesimista ni derrotista, afortunadamente estoy convencido de que todo esto es una percepción negativa no por entero verdad, pues no todo es violencia, ingratitud, inconsciencia; abundan las personas felices que abrigan en su pecho una verdadera buena fe y esperanza, en paz con Dios, cualquiera que sea la idea que tengan de Él, y se esfuerzan por alcanzar nobles ideales. El mundo funciona precisamente gracias a tantas personas valiosas, sacrificadas, generosas, solidarias…
La vida es un maravilloso regalo que no hay que desaprovechar, y ser conscientes de que hemos de humanizarnos y aspirar con tesón a ser excelentes personas, repitiéndonoslo a nosotros mismos hasta creerlo, porque si no lo creemos nadie lo creerá tampoco.
Bien, amablemente y sobrado de razón hay quien me señala como reiterativo, siempre machacando sobre lo mismo: la risa es una medicina de maravillosa eficacia; que el verdadero éxito de la vida es llenar el corazón de entusiasmo y alegría… Por supuesto, quienes prefieran permanecer cabreados y ver todo negro, sembrando derrotismo, es muy libre de hacerlo; por mi parte, prefiero animaros a cultivar el sentido cómico de la vida, a no ver las cosas demasiado en serio y vivir en paz y contentos, queriendo, haciendo amigos, cantando, bailando, riendo mucho. En definitiva, siendo felices. ¿Vale?

                  Besos y abrazos
                                                  Félix