Historias de toda una vida

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sábado, 26 de abril de 2014

SAIDA Y LOS CAMELLOS



SAIDA Y LOS CAMELLOS
Melilla 26 de Abril 2001


Querida hija: Saida, la muchacha mahometana que ayuda a Rocío en las labores del hogar, nos ha contado, no se si realidad o fantasía, un suceso familiar que nos ha dejado un tanto perplejos, por mejor decir, alegremente extrañados.
Su padre, un camellero que realizaba transportes a través del desierto, al morir, por alguna razón particular o por ser un hombre con sentido del humor, amigo de bromas y agudezas. Redactó un testamento con más sutil ocurrencia: legaba a sus tres hijos la totalidad de su fortuna, diecisiete camellos, a repartir del siguiente modo y manera: al hijo menor, la mitad; a Saida, la tercera parte y al hijo mayor, un señor ya casado y bien acomodado, la novena parte. La agudeza consistía en la cláusula que prohibía radicalmente el sacrificio de ninguno de los animales.
Había transcurrido ya un año del fallecimiento del progenitor y las cosas seguían como al principio, aplazada la ejecución testamentaria por la imposibilidad de cumplir al pie de la letra la voluntad del difunto, dado que la mitad de 17 son 8 1/2, sin vuelta de hoja.
Así estaban las cosas de claras y de complicadas cuando se dio la circunstancia favorable de pasar por allí, un tío, hermano de su padre, también camellero y transportista a través del Sáhara. Hombre amable y cargado el corazón de generosidad se presto gustoso a echar una mano para solucionar la dificultad.
El estimado apoyo consistió en el obsequio de uno de sus camellos con lo que la suma de animales a repartir alcanzaba 18, y entonces si pudo llevarse a cabo la partición con esmero y resultado optimo.  A ver si me explico:

Hijo menor   18/2 = 9               
Saida             18/3 = 6
Hijo mayor   18/9 = 2   

Aquí es donde salta la sorpresa y la perplejidad:
 9 + 6 + 2 + = 17

Osea, que sobre el camello donado por el dadivoso pariente, a quien le es devuelto, y todos felices, contentos y gratamente sorprendidos:
Tú, mija, a quien siempre se le ha dado estupendamente los entresijos matemáticos, acláranos el truco de esta apariencia engañosa. 
Abrazos de tu progenitor.

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