Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

viernes, 21 de diciembre de 2012

SÚBITA E HIPOTÉTICA RIQUEZA



Querido Yayo Félix: Otra de tus cartas que podría haber estado escrita hoy mismo porque poco o nada ha cambiado al respecto de la tradicional lotería de Navidad.
Siempre me gustó escuchar la musiquilla monótona de los niños al cantar los números y las cifras que salen de los bombos.
Nunca tuve suerte de que los números que juego fueran premiados y si te digo la verdad, me encantaría resultar agraciada, aunque nada más sea para saber qué se siente cuando toca un buen pellizco.
¡¡En fin!! Sueños absurdos.

Besos y abrazos gordísimos yayo guapo.

Marisa Pérez Muñoz

SÚBITA E HIPOTÉTICA RIQUEZA
Valladolid, 21 Diciembre de 2001


Queridos hijos:
La lotería reparte ilusiones y millones entre los ilusos que tienen la ilusión de hacerse millonarios en un abrir y cerrar de ojos. Pues bien, la suerte está echada, dentro de unas horas se sortean los premios del extraordinario de Navidad. Las manos magas de los niños de San Ildefonso, como varitas mágicas extraerán los números de la suerte repartiendo dinero a montones, y cambiando la vida de muchos.

Porque poderoso caballero es don dinero, todo el mundo se rasca los bolsillos para invertir en lotería, dado que es poco el valor del décimo si a cambio ponemos al alcance de la mano toda una fortuna que nos puede alegrar las fiestas y quien sabe si la vida entera, sólo es cuestión de que la caprichosa diosa Fortuna se digne visitarnos.

        Esa posibilidad de súbita e hipotética riqueza acarrea muchas rarezas y supersticiones, como es el caso de los clientes que entran en la expendeduría con el pie derecho, santiguándose y rezando a San Pancracio pidiendo les dé suerte. Son numerosos los jugadores que se les antoja un número determinado, coincidiendo con una fecha concreta: cumpleaños, aniversario, incluso hay quien compra sistemáticamente el mismo número, o simplemente porque han soñado con el número que les solucionará todos los problemas. Como no hay números guapos ni feos, todos entran en el bombo, el 00001, al que anteriormente estaba abonado el Rey, y el cero que también entra en sorteo, son muy solicitados. Y no digamos el 15 “pelao”. Son  titipuchal los españoles que les hace tan felices la lotería y se juegan hasta las pestañas, que la suerte les acompañe, y si no toca, otra vez será, sólo queda seguir soñando.

        Hijos, en lo que a mí respecta, la lotería repartirá ilusiones y millones como se dice y más, pero yo ni la siento ni la vivo, no me emociona en absoluto.

                                                                            Besos y abrazos

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