Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

miércoles, 22 de diciembre de 2010

ABURRIMIENTO EN EL CENTRO DE PERSONAS MAYORES


Precisamente por esta forma de pensar te admiro tanto. Si desde siempre nos decidiéramos a prepararnos para la "vejentud" otro gallo nos cantaría.
Los que aún estamos a tiempo pongámonos a la tarea ¡YA!
Besos.
Marisa Pérez

21-12-2010
Querida Rebeca:

          En el Centro de Personas Mayores al que acudo cada día, desafortunadamente, no escasea el aburrimiento, porque salvo las horas que se dedican al juego de carta y a ver la insufrible televisión, son muchas las horas en las que no se sabe que hacer.

          A mí, la verdad, me sorprende mucho que alguien pueda aburrirse. Lo comprendo, pero me da pena, sobre todo tomando en cuenta la corta que es la vida y la cantidad de cosas que aún hay que ver y que realizar. Lo que corresponde es poner el suficiente entusiasmo que nos arrastre, que nos empuje hacia delante para que no se nos vuelva todo soso, insípido, indiferente. Se dice que el aburrimiento es un estado de ánimo próximo a la depresión, esto es, a la apatía, la desgana, la tristeza. Los viejos no tenemos porqué ser tristes. Nada de desilusionarse y dedicarse al bostezo.

          Existen recetas para llenar los huecos vacíos:
-Recuperar la capacidad de sorpresa y asombro.
-Poner amor en todo lo que hacemos cada día.
-Educar la mirada para que sea capaz de ver lo mejor de la realidad.
-Evitar la mezquindad de la inteligencia y el empequeñecimiento del corazón…

          Rebeca, querida nieta, procuremos todos, jóvenes y mayores, tener siempre bien ocupada la cabeza  y el alma despierta.

                         Adiós y besos.

                                Félix

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