Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

martes, 4 de noviembre de 2014

OCTOGENARIO



OCTOGENARIO
Valladolid 3 de Noviembre de 2001
Queridos hijos: Así son las cosas y así hay decirlo y aceptarlo. El promedio de vida de los hombres se sitúa en los 75 años, lo que significa que estoy a punto de convertirme en venerable octogenario, que vivo ya  horas extras, tiempo suplementario, consciente, por supuesto, de que entre los ochenta y los noventa hincan el pico la inmensa mayoría de los mortales que aún se mantienen  vivitos y coleando. O sea, que estoy instalado en una escala y situación de máximo riesgo, al pie mismo del precipicio, cruzando el puente que conduce hacia la otra orilla de la vida, con grave riesgo de asomarme a la barandilla  y caer en cualquier momento. Con todo  no me desasosiego ni me dejo llevar por la emoción apocalíptica del más allá oscuro y misterioso, más bien espero acontecimientos con cierta audacia, lo diré así, aceptando la circunstancia guapamente, con hombría, es, al menos, lo que a mí me parece, esperanzado en que por algún tiempo las cosas sigan igual, y que aún me queden por vivir días que pueden ser largos y dichosos. Amén, amén.
A todo esto, como el día ha sido caluroso, en la atardecida corre una suave brisa que resulta agradable sentarse en el balcón a pensar, ordenando los pensamientos que como veis se me confunden un poco, y dejando correr los recuerdos caigo en la cuenta de que en mi vida ha habido muchos días felices, maravillosamente felices. Soy un humilde hombre del montón y muchas cosas sencillas me han hecho feliz: los hijos, los nietos, los padres y hermanos, los amigos, guisar, pasear, leer, escribir e infinidad de realidades y fantasías me han brindado la oportunidad de ser feliz, he tenido suerte.. También es cierto que a veces, no pocas veces, absurdamente nos empeñamos es ser desgraciados.
Si aún me queda cuerda para algún rato he de pensar que hacer con ese tiempo, porque algo tengo que hacer con él, no me vayan a pedir cuenta, y pienso que nada mejor que dedicarlo a luchar para lograr la felicidad, esa felicidad que todos anhelamos sentir.
A vosotros, hijos, en la flor de la vida, alcanzarla no os resultará difícil, claro que con la exigente necesidad de luchar por ella.
Besos y abrazos de vuestro anciano padre

lunes, 3 de noviembre de 2014

COSAS DE DIOS



COSAS DE DIOS
Valladolid 3 de Noviembre de 2001
Queridos hijos: pues eso, que son días de difuntos propicios para pensar en Dios, en que sus cosas nos quedan lejos. Nuestra vida, hablando religiosamente, no tiene nada que ver con la de los primeros Cristianos que consistía exclusivamente en vérselas con Dios, el hombre sólo vivía de verdad cuando se ocupaba del altísimo, que era quien en realidad existía, puesto que el hombre considerado por sí mismo no tenia realidad. En fin, que Dios lo era todo.
Pero, claro, pasaron los siglos y el hombre ya no tan conectado permanentemente con Dios, no es solamente nada, su vida había cambiado  substanciosamente. Dios  sigue siendo lo que es, su trinidad, su omnipotencia, su ubicuidad, pero el hombre tiene que trabajar con la fe. La fe y la razón se ha roto la armonía entre una y otra son dos cosas diferentes, existe una frontera entre ellas y tiene que utilizar la inteligencia para comprender los misterios divinos, no se trata ya de la anterior fe profunda. Quiere esto decir que el hombre ha levantado la cabeza.
Siguen corriendo los siglos, el hombre se ha modernizado y empieza a tener más fe en sí mismo que en el Dios que ellos mismos va creando a su imagen y semejanza, no aquel que tanto se cuidaba personalmente de los seres humanos. En realidad se interesa más por lo natural que por lo sobrenatural, valora más el más acá que un hipotético más allá, es decir, dinero y en el placer, dos ídolos.
Y así han ido evolucionando las cosas hasta el día de hoy, en que muchos se creen superiores a Dios, sencillamente porque no existe y si alguna vez existió, está muerto, el cielo se clausuro por defunción. Nosotros no es que hayamos dejado de ser católicos, claro que seguimos siéndolo, pero algo desarraigados de Dios, ya no nos apoyamos en Él, nos tomamos sus cosas poco en serio.

Nuestra fe es triste, creemos más con los ojos, con las manos y con las orejas, hemos perdido la cabeza respecto a Dios y en vez  de aspirar al cielo, nos resulta más atrayente una fiesta perpetua en la tierra, la buena vida, comer, beber y despreocuparnos.
Hijos, se ha frivolizado la vida de tal forma que no tenemos tiempo para Dios, el que nuestros ancestros dedicaban a Él, nosotros se lo dedicamos a la tele.
Besos y abrazos.

domingo, 2 de noviembre de 2014

CIRUGÍA BARIÁTICA



CIRUGÍA BARIÁTICA
Valladolid 2 de Noviembre de 2001
Querida hija ex gordis: Hoy, seguro que lo recuerdas, se cumplen los siete meses de haberte practicado la cirugía de obesidad. Pues bien, el doctor Carbajo que la llevó a cabo anda en boca de la gente. Te cuento lo que me han contado: ser, como él, pionero en la cirugía Laparoscópica con éxito despierta muchas envidias, y dice un viejo refrán que la envidia es flaca porque muerde y no come, es decir, que le han llovido las críticas y, lo que es peor, le han suspendido las intervenciones de cirugía bariática para personas de obesidad mórbida que practicaba en el hospital de Medina del Campo, generando un conflicto que lo más probable es que le haya afectado moralmente, pero en absoluto en el terreno económico, más bien le ha beneficiado, puesto que cirujano de enorme experiencia y destreza está operando más obesos que nunca en las magníficas instalaciones del Campo Grande que cuenta con las últimas técnicas en el quirófano y unidad de cuidados intensivos. Toda una garantía.
Por lo que tengo entendido no opera únicamente en Valladolid, también fuera,  en Málaga, Valencia, etc. Incluso creo que le están reclamando en los Estados Unidos, pues el problema está tan generalizado que casi puede considerarse  situación de epidemia.
Las estadísticas hablan de un 36%  de gordinflas y, de ellos, el 5% son mórbidos.
En fin, hija, si cada una habla de la feria según le va en ella, tú puedes decir alto y claro que con en notable cirujano te ha ido de cine, porque al arrojarte fuera del cuerpo el titipuchal de kilos de lastre  que  tanto te pesaba te ha convertido en una mujer nueva, más alegre y feliz.
Besos y abrazos

sábado, 1 de noviembre de 2014

IRONÍAS DE GRUÑONCETE



Querido Yayo Félix: La primera carta tuya que leí fue la que escribiste a Rebeca en 1978 (aunque yo la leí años después, cuando mi amistad con Pili se hizo eterna).
Esta que nos ocupa fue la segunda  y me encandiló la forma irónica, burlesca y puntillosa de quejarte sin motivo real de queja.
Esta carta tuvo la culpa de que yo te diera un título que añadir a esa larga lista que tus hijos y nietos te otorgaron. Para mi desde entonces fuiste mi adorable “Gruñoncete”. Me enamoró tu forma de escribir y quise leer todo lo que habías escrito. Como ves lo conseguí.
Ahora puedo decirte que cuanto más te leo más te quiero…
Dulces sueños gruñoncete.

IRONÍAS DE GRUÑONCETE
Valladolid 1 de noviembre de 2007
Queridísima hija Pily, base, pilar, columna de mármol de Carrara, sobre la que se sustenta el equilibrio de la familia Corrales-Alonso: Pues eso, a Rocío le debo favores de importancia tal que, así sólo en razón de ello, he de mostrarme siempre muy, muy, muy agradecido; pero ¡ojo! A ti, un abuelo tan nietero como yo, mi agradecimiento se eleva a la categoría de merecer gratitud para el más parasiempre de los parasiempres por haberme concedido carta blanca para practicar con tus retoños durante su infancia y adolescencia  mis dos únicas virtudes: la cocineril y el cangurismo, en cuya práctica me hice merecedor de dos honrosísimos títulos: Mejor cocinero y mejor abuelo del mundo.
No cabe mayor recompensa, pero aún tengo que dejar meridianamente claro una circunstancia de significación suma. A tus hijos les di  todo cuanto estuvo en mi mano: escuché feliz sus primeros balbuceos, les ayudé en sus primeros pasos, les llevé y recogí del colegio, les compré la primera bicicleta y les enseñé a montar en ella, fui su profesor de natación, contesté un ciclón de preguntas de difícil respuesta: ¿Cómo se sostiene Dios? ¿Cómo es el cielo por dentro? ¿Dios tiene elicóptiro con múmeros? Si Adán no tuvo madre, ¿a qué edad le hizo Dios?... Juntos organizamos excursiones por doquier, por ejemplo, las inolvidables caminatas por la montaña palentina para ver, oler, tocar y sentir muy directamente la naturaleza. Pues bien, todo eso, quizá no siendo poco, no es nada comparado con lo que ellos me dieron, días y más días, años de alegría, de buen humor y felicidad sin pega alguna.
Te voy a hablar con la puerta del alma abierta de par en par: sobradamente sé que soy famoso por mi mala fama  ganada a pulso de criticón y buscafaltas. Critiquez, es la pura verdad, practicada con espíritu positivo, impulsar la voluntad a la superación: ser cada día más culto, más generoso, mejor hija, esposa, madre y persona, pero con resultados más negativos imposible, por ello de continuo me digo a mí mismo: chaval, eres bastante pendejo. Un gran gilipollas, tanto que me dan ganas de odiarme, porque sabiendo como sé que las alabanzas os hacen brincar de júbilo y la más leve crítica os cabrea en todas las direcciones, tipo más raro que un canario negro, sigo erre que erre incordiando.
Sin embargo mi actitud en modo alguno debiera causar excitación nerviosa dado que está impulsada por razonamientos de importante  peso específico, por razones perfectamente lógicas: bien sabido es la valía de las personas se mide por su capacidad para saber no saber nada y cuanto más se sabe con mayor claridad percibe que nada sabe, y por otro motivo muy significativo: su actitud ante la crítica, a mayor valer, más tolerancia. Por poner un caso muy debatido, tus sopas de ajo, manjar exquisito, pero mejorables, un buen caldo y un leve toque de cominos las irían de mimo. Pero, por supuesto, antes morir que dar a torcer el brazo.
¿Otro tema de mi mala fama? Cuando separados por corta distancia unos de otros habláis desgañitándoos, con la correspondiente  taladrada de mis pobres orejas y, claro, en arrebatos emocionales, lo diré así, a veces, no pocas, te tacho, te tildo de bruja.
 Pero vamos a ver, existen tres categorías de brujas: con escoba, sin ella y con varita mágica, ¿en qué nivel brujeril te sitúas?
Cuando se es joven no existe el miedo al tiempo, porque no te das cuenta de que existe, pero ahora, particularmente yo que tengo todos los años del mundo, percibes con toda evidencia que el tiempo no pasa, que pasamos nosotros, y nos aplasta, por lo que resulta de importancia vital mantener activa la mente, en movimiento continuo para no perder el tesoro de la memoria, dando esquinazo en todo lo posible al Alzheimer, ese agujero negro de la mente.
En resumen: hija, tu progenitor, aunque no es un padre ideal, te quiere a rabiar, y para que te enteres realmente quién eres y lo que significas para el autor de tus días, he aquí el ejemplo próximo, vivo y modélico que eres tú misma: mujer diligente, fiable como la estrella polar, buena hija donde las haya, madre inmejorable, de las que por ver felices a los suyos no existe sacrificio que no sea capaz de hacer, generosa, hospitalaria... ¿Voy bien?
Querida retoña, atenta a mi recomendación: vive con tu corazón de oro tranquilo y con tu alma de mariposa en paz, para que pase lo que pase nunca te falten ni motivos ni ganas de reír, que la risa es la verdadera chispa de la vida. Riendo mucho sana y noblemente tu existencia se llenará de amor, alegría y felicidad.
Besos y abrazos

jueves, 30 de octubre de 2014

TRASPLANTE DE LENGUA



TRASPLANTE DE LENGUA
Valladolid Octubre de 2001
Queridos hijos: Al ritmo que avanza la cirugía pronto se dirá del cadáver de un hombre lo que se dice del  cerdo, que no tiene desperdicio. Viene esto a que ya parece posible hasta lo más difícil todavía: el trasplante de lengua a quien por la circunstancia que sea haya perdido la suya.

La desconcertante hazaña me trae a la memoria una vieja película de la que no recuerdo el título, pero sí que el argumento  narraba la peripecia de un joven pianista que perdió las manos en un accidente  y le fueron implantadas las de un difunto que en vida había sido caco, más bien un cleptómano con tendencia impulsiva a apoderarse de lo ajeno. Lo peor no era eso, la cosa iba más allá de lo peor, de lo pésimo, porque las manos intrusas cosidas a sus muñecas cobraron vida propia, negándose a aceptar servidumbre alguna, rehusando estar todo el rato aporreando teclas y se lanzaron a cometer todo tipo de fechorías, abochornando  de tal modo al nuevo dueño que a la postre se vió obligado a regresar al quirófano para que le amputaran el espinoso incordio adosado a sus muñones, clamando que, por favor, le dejasen como estaba.
Por supuesto, para un deslenguado que recupera el órgano de la palabra lo ha de considerar como un auténtico milagro de la medicina, y lo es, efectivamente, suponiendo que todo salga a la perfección, dependiendo del miembro parlante que le toque en suerte, porque uno, puesto en lo peor, piensa que cabe y puede ser que surjan dificultades, quiero decir efectos secundarios, tales como que corresponda una lengua rebelde que se insurreccione reclamando el derecho a su vida anterior, o, simplemente, que le resulte insoportable verse presa en boca  ajena; incluso es posible que no le vaya el nuevo destino por ser obligada a expresarse en un lenguaje que no es el suyo, o a decir cosas que no van con su modo y manera de ser, y en señal de desacato se lanza a proferir a gritos  y a diestro y siniestro blasfemias, palabrotas impronunciables y cuentos verdes, ¿qué pasará entonces?
En fin, hijos, por si acaso, porque nunca se sabe, vosotros educad vuestras lenguas, enseñándolas a hablar bajito y con fundamento, que eso siempre queda bien.
Besos y abrazos