Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

miércoles, 21 de mayo de 2014

PRIMERA COMUNIÓN DE MARINA


PRIMERA COMUNIÓN DE MARINA 
Valladolid 21 de Mayo de 2007



Adorada nietecita comulgante: Para acercarse al Sacramento de la Eucaristía es condición indispensable tener uso de razón, es decir, gozar del natural discernimiento, y como tú ya eres una jovencita juiciosa que distingue claramente el bien del mal, ha llegado el gran día de tu Primera Comunión, acontecimiento del más alto nivel, puesto que se trata, nada menos, que de recibir el Pan de los Ángeles, o sea, recibir a Dios.

Tan significativa ceremonia,  según yo lo entiendo, te convierte, por tu corazón de oro y tu alma de cristal  limpia y en blanco, donde aún no se ha escrito nada, en un angelito.

Lo diré de otro manera: como bien sabido es, todos, de manera singular los niños, tenemos a nuestro lado un ángel de la guarda, maravillosos seres celestes con grandes alas y un halo luminoso alrededor de la cabeza, que nos cuidan. Pero, Marinita, quiero que sepas que existen, además, otro tipo de ángeles, digamos terrestres, que van por el mundo sembrando el bien. Te pongo por ejemplo, pues sincera y emocionantemente creo que a partir de hoy tú serás el ángel custodio de tus padres y de todos nosotros.

Marina, cielito lindo, en tu joven vida el día de ayer, 20 del festivo y vivificante mes de las flores, resulta una fecha para guardar en lugar preferente y para siempre en la memoria, por lo significativa y emocionante. Por supuesto, el solemne y trascendental acontecimiento fue motivo idóneo para celebrar en tu honor una fiesta familiar por todo lo alto, en la que nada faltó, y menos que nada jovialidad; personas con expresión de alegría en la cara y el cascabeleo de la risa.

Querida Marina, quiero que desde niña sepas que reír es vivir, y que una buena carcajada es oro puro para la salud.

Mariníta, turroncito de azúcar, gracias por ser como eres; además de una especie de terremoto promotor de la alegría, una linda, dulce e inteligente jovencita con unos ojos que son dos estrellas, naricitas de botón de rosa, una boca llena de risas juveniles, mejor aún, de estallidos de jubilosas carcajadas, loquillas a veces, pero en las que bulle tanta alegría que influyen en nuestro estado de ánimo como rayos de luz.

Marina, nieta maravillosa, lo digo como lo siento, contemplarte vestida de punto en blanco, tan elegante y llena de gracia, resultó todo un placer para los ojos, y si a éste le sumamos la limpieza de tu corazón de niña y la inocencia de tu alma, con una imaginación volando desbocada y dada mi fascinación por los ángeles, estoy plenamente convencido de que los querubines y serafines han de tener un aspecto semejante al tuyo.

Besos y abrazos de tu yayo  

Félix

martes, 20 de mayo de 2014

VIBRANTE KIKIRIKÍ





VIBRANTE KIKIRIKÍ
 Melilla 20- 05- 01
Querida y saludable hija: En  el bien poblado gallinero de mi madre, allá en Cornón, descollaban dos gallinas por lo opuesto de  sus temperamentos. Una, formal y muy ponedora, el día que no traía al mundo su cotidiano huevo se sentía tan llena de vergüenza que no levantaba cabeza; la otra, eso de estar todo el día fabricando huevos era su fuerte precisamente, pero si  -muy raro-  en alguna ocasión dejaba caer uno, se desgañitaba cacareando. En el remotísimo caso de que tú alguna vez llegases a ser gallina, ¿qué ejemplo seguirías?
Lo pregunto porque hay gente, mogollón, titipuchal de gente que se desgañitan voceando para no decir nada de sustancia, y, claro, quien grita no escucha, y quien no escucha no entienda a razones y, consecuentemente, no se entera de nada. O sea que quien habla y habla hasta salírsele la fuerza por la boca se empobrece y vacía a medida que habla, porque lleno de sí mismo no deja ni un huequito en su interior para los demás. ¿Entiendes lo que quiero decir?
Ese  frecuente reuniros en casa todas para confraternizar alegremente me parece de perlas, pero ¿qué te parece la sugerencia? En vez de vocear, porque seis gritonas y eso parece un gallinero alborotado, porque el patatín  patatán y que esto y lo otro y que lero, lero...no hacéis que sea un  deslizarse las palabras que salgan de la boca con lenta y envolvente cadencia.
 Es cuestión de probar; quien quita y os guste.
Un vibrante kikiriki del gallito de tu apá

lunes, 19 de mayo de 2014

ERASE UNA VEZ... EN EL PAÍS DE LAS LETRAS



ERASE UNA VEZ... EN EL PAÍS DE LAS LETRAS

Melilla 19  de  Mayo de 2001
La mi hija muy querida: He asistido toda una mañana a la clase de Rocío y demás está decir que he quedado fascinado. En la prehistoria han quedado los bárbaros métodos  de “las letras con sangre entran”, “quien bien te quiere te hará llorar” y “la vara de avellano”.
En la actualidad las horas de clase son gozosas y divertidas donde los niños aprenden fácil, natural y alegremente. Sentados los jovencísimos  alumnos en la alfombra al estilo indio rodean a Rocío que les cuenta una fabulosa aventura con la que les mantiene cautiva la atención  del País de las Letras: El buen rey “U” vivía feliz con su familia, la reina “A”, el príncipe “E”... existían gigantes, magos, duendes, hadas; los personajes son fabulosas letras que hablan y juegan: la señorita “Z”, la señora “M”, las gemelas “N” y “Ñ”, el peluquero “P”... Ay, pobre señor peluquero “P”, que mal lo está pasando, ¿le ayudamos? La representación personificada de las letras, acompañadas de su correspondiente canción  ilusiona a los niños que piden más y escuchan todo ojos y oídos.
Tiene Rocío auténtica vocación para desempeñar la labor que lleva a cabo, trabajo duro pero gratificante y placentero, un pasatiempo altamente positivo; lo más, la cumbre  de lo que puede hacer un ser humano: desarrollar y aprovechar al máximo y desde el primer momento las capacidades de los niños, atención, observación, memoria... Somos, sin lugar a duda, producto de nuestra niñez.
Lo afirmo, Rocío es una profesora mejor imposible; exigente, pero cariñosa y alegre, sabe crear en su clase un ambiente de lo más adecuado para los niños: cálido, acogedor y seguro; Profesora y alumnos se llegan directamente al corazón, y en razón de ello a los críos se le ve felices y entusiasmados por aprender cosas nuevas. Lógicamente, con tan numerosa chiquillería y durante tanto tiempo, de continuo y simultáneamente ocurren muchas cosillas diferentes, emociones distintas, pero eso, dicho al modo mexicano, “es lo que le  da sabor al mole”.
Hay diversidad de personalidades, cada criatura en un mundo, así como diferente su ritmo de aprendizaje; que respeta por un lado, por el otro sabe premiar el esfuerzo.
Entiendo que por ser una labor arrebatadora sea una adicta al trabajo, porque no sé de donde saca tanta fuerza y tanto entusiasmo.

Entusiasmados besos y abrazos de tu apá

domingo, 18 de mayo de 2014

EXCURSIÓN PINARES DE ROSTROGORDO



EXCURSIÓN PINARES DE ROSTROGORDO
Melilla  18 Mayo 2001

Mi muy querida hija: He dicho, y no me cansaré de repetirlo, que me encanta Melilla, una ciudad con una personalidad cautivadora, llena de luz, color y paseos bordeados de palmeras de fábula, para soñar a doble fantasía, algo que te hacer notarte como embriagado de entusiasmo, de sentir que te hayas en un lugar distinto y especial, pero cuando intimas más y conoces sus interioridades sufres una baja en el entusiasmo, “acongojona” bastante el que no falten las emociones negativas, dado que vayas donde vayas, las calles, el puerto, la playa, los pinos...  en un alarde de sinceridad has de exclamar: mecagüen en el agujero de la O, que espectáculo tan denigrante ver acumulada tanta basura: bolsas de plástico, latas de conserva, envases desechables, manchas de grasa, excrementos de perro, las cáscaras de pipas son inundación. Además, y para colmo, si te asomas al pretil del río y dejas deslizarse la vista por el cauce seco, forzoso es decir entonces: - Disculpar, pero tengo que ir a vomitar.

Hoy, precisamente, el colegio ha organizado una excursión a los pinares de Rostrogordo, el pulmón de Melilla, y llama poderosamente  la atención que  esta única zona verde de la ciudad que debiera ser mimada como a un jardín, va camino de convertirse en páramo. Hay sobre sus superficies  más leña muerta que verdes ramas sobre los pinos.

Triste es decirlo, pero así están las cosas. Pues eso, que Valladolid brilla como una patena. Y es que, colega, el mundo es así, y en tanto cambia o no cambia, recibe un millón de besos paternales.