Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

lunes, 6 de enero de 2014

EL ARTE DEL BUEN COMER



EL ARTE DEL BUEN COMER 05-Enero-2002
            Queridos hijos: Hoy es una fecha un tanto particular en la que me hallo especialmente sensible ante esta cuestión: Nunca seré más joven que hoy, que es el último día de mi existencia.
Que cuento con 79 años, mañana seré octogenario, título que no todos alcanzan; entonces, vamos a ver, lo juicioso no es lanzarme a lamentar  tener fecha de caducidad, como los yogures, o sea, que el mas allá, está cada vez más acá, sino ponerme a considerar  que a los ochenta se puede ser enormemente joven, excusa válida para celebrar una fiesta con el correspondiente auto agasajo, practicando el arte del buen yantar, que es convertir el acto de comer en un placer para los sentidos y para la inteligencia. Para ello nada mejor que preparar de manera rápida y sencilla, pero sabrosa y jugosa unos langostinos con sus buenos bigotes, que son garantía de noble calidad.
Salpimentar el marisco y cocinar en aceite, limón, laurel y picante. Cuando tome color flamear con whisky y vermut; con esta receta los crustáceos destacarán al máximo su olor y su sabor.
Tampoco harán mal papel unos filetes de solomillo de ternera  a la pimienta. Elaboración: Sazonar la carne con sal, cubriéndolos por ambos lados con pimienta triturada, ayudando con los dedos para que quede incrustada. Dejar macerar. Freír en aceite a fuego fuerte y reservar calientes. Verter coñac en la grasa de freír los solomillos, añadir leche ideal y harina de maíz diluida en un poco de agua y ligar; cubrir la carne con la salsa y a saborear tales exquisiteces con calma, que ya se sabe que quien come despacio come dos veces.
Hijos, no me envidiéis y desead que la bendición de Dios todopoderoso caiga sobre estos gustosos manjares para que me den fuerza, salud y alegría… amén, amén, amén.
Besos y abrazos: Félix

domingo, 5 de enero de 2014

EN LA INFANCIA LOS AÑOS ERAN ETERNOS



En la infancia los años eran eternos

  Valladolid, 5 de Enero de 2002

 Queridos hijos: Hoy, porque mañana es mi santo, soy más consciente  de nuestro problema en relación con el tiempo, quiero decir que cuanto más tiempo tengo encima con mayor aceleración discurre. En la infancia los años eran eternos, hoy ocurre justamente lo contrario, corren a un ritmo tan abrumador que la vida se escapa como agua de las manos, sin que exista fórmula para detenerlos, ya que el tiempo nunca pierde el tiempo, siempre está ahí, a lo suyo, ahora bien, de nosotros depende el uso que le demos. Por lo pronto creo que resulta muy saludable zambullirse en el puro presente en razón de que la vida transcurre en el momento actual y hay que saber disfrutarla , saborearla intensamente, degustar el simple hecho de vivir, el enorme placer de estar vivito y coleando.
La mera realidad es que me queda poco de vida y ese poco hay que vivirlo en plenitud, puesto que sería absurdo no disfrutarla porque va a durar poco. No, eso no, en modo alguno, hay que gozar el día de hoy, dado que vivir es estar anclado en el vigente presente, pues la única vida verdadera que tenemos es la que estoy viviendo aquí y ahora. Dicho de otro modo, no dejar para mañana lo que puedas disfrutar hoy, mañana ya disfrutaré lo de mañana. Hay que pedir el goce  cotidiano como pedimos el pan nuestro de cada día dánosle hoy, que viene a decir, danos el pan de hoy, no nos des el pan de ayer, pero tampoco el de mañana. El pan de hoy, que es el único que puedo comer hoy.

        Estoy pensando que no me conviene cavilar mucho, sólo lo necesario, porque los pensamientos no son la realidad, pero si estoy considerando que me irá bien contar con el tiempo como amigo en vez de estar luchando contra él a todas las horas. A ver si me explico: tengo un truco, no para perder el tiempo, sino para ganarlo, disfrutarlo, de llenarlo de sentido al menos un rato cada día, es cuestión de tomarse momentos de sana inactividad física y actividad íntima, por ejemplo, mirar el cielo tranquilamente, escuchar los latidos del corazón sin preocuparme de otra cosa. Dicho mejor aún, volver la vista hacia el interior, vivir dentro de uno mismo sintiéndose cómodo. En Melilla lo resolvía muy bien, madrugaba y sentado en la terraza contemplaba en silencio todo el amanecer.

                                                                           Besos y abrazos,

viernes, 3 de enero de 2014

LIBRE ALBEDRÍO



LIBRE ALBEDRIO Valladolid, 2 Enero de 2002

Queridos hijos: Anoche apenas eran las 9,30 cuando borracho de sueño me quedé profundamente roque y, lógicamente, a las 3 de la madrugada ya estaba por entero espabilado y meditabundo, enfrascado con la idea de Dios. En un programa de radio se ha suscitado una discusión entre creyentes y ateos; Yo, por mi cuenta, me pongo a considerar que se pueden presentar dudas respecto al planteamiento que las distintas religiones hacen del ser supremo, pero puestos a razonar despacio, no sé si se trata de ser corto o muy largo de visión para argumentar que la supercarga de estrellas que adornan el cielo del muy leal, viejo y noble pueblo de Cornón y el sinfín de maravillas que nos rodean por todas las partes se hicieron solas, existe por pura chiripa, una casualidad más. Me resultan la mar de graciosos los listillos, que en posesión de la pura verdad, aseguran que toda esa grandiosidad y perfección es obra del azar y los azares, de la “nada absoluta”.La idea me parece de perlas considerando que ese azar, que esa nada posee una inteligencia y una sabiduría infinita que pone en marcha el gran tinglado. O sea, Dios, se llame como se llame.

        Hijos, mi opinión, respetando la de los demás, por ejemplo la de Mari cruz que dice tener motivos personales para no creer en nada, es que el mundo y el universo entero nos muestran al creador de mil maneras, por supuesto, para unos ojos que quieren ver: En la enormidad incalculable de puntos luminosos, en la profundidad de la noche, en un paisaje florido, en la sonrisa de un niño, en el canto de un pájaro…Metiéndonos más profundamente en nosotros mismos para escuchar atentos oiríamos una voz interior que nos dice que hay que tener fe en nosotros mismos, en nuestros semejantes, en la bondad, en el amor, en la justicia, en la vida, en Dios. Sentiríamos satisfacción obrando correctamente, así como zozobra y desazón con la mala conducta.

        Bueno, vamos a ver, porque en verdad, esto no es tan simple en razón de que el hombre es una enorme complejidad, se evidencia haciéndonos la eterna pregunta: ¿El hombre es por naturaleza bueno o malo? ¿Un lobo para el hombre o un cordero?

        Los partidarios de la teoría del libre albedrío sostiene que el hombre goza de plena libertad para elegir lo bueno contra lo malo; pero no son pocos los que piensan que el libre albedrío es sólo una ilusión porque está claro que la voluntad es movida por extraños instintos o por fuerzas que en parte son inconscientes y obran bajo cuerda y por la espalda, aunque eso sí, con truco, porque nos dejan la feliz convicción de que nuestra elección es libre y soberana, lo que quiere decir que conocemos  nuestros deseos pero no el motivo de nuestros deseos.
        Para aclarar algo las cosas o complicarlas aún más, pondré como ejemplo los dos casos extremos actuales: el hijo que acabó con la vida de sus padres a hachazo limpio y la madre que por celos estranguló a sus tres jovencísimos hijos ¿actuaron con plena libertad, poseían la facultad del libre albedrío o alguna maligna fuerza en su mente o en su subconsciente les empujó a cometer tales atrocidades?

        Hijos, ante tan peliaguda cuestión no sé qué pensar, pero de lo que no tengo el más leve resquicio de duda es que Dios no toma en cuenta nuestro currículo y en razón de ello el infierno está vacío.

                                        Besos y abrazos
Félix

lunes, 23 de diciembre de 2013

ENTRAÑABLES AMIGUÍSIMOS



Así de cariñoso y lleno de buenos deseos nos felicitabas en el año 2001 y otros muchos más; sin olvidar jamás a tu México lindo y querido empleabas palabras de aquella hermosa tierra que quedó tan llena de ti como tú de ella.
Ahora además de enviar esos deseos renovados a todos tus seres queridos en los que sin lugar a dudas nos incluimos mi familia y yo; quiero desearos a mi padre y a ti una eternidad maravillosa al lado de aquellos que como vosotros nos dejaron y que como vosotros siguen velándonos hasta el momento del dulce reencuentro.
Estos días echamos de menos vuestra presencia, vuestras risas y abrazos; echamos de menos poder veros y tocaron aunque sólo fuera una rozadita.
Bien sabéis que la melancolía y la Navidad van muy unidas y mucho más cuando quienes nos faltan durante los 365 días del año y para siempre sois los padres y abuelos más maravillosos que hubo sobre la tierra.
Os envío a los dos todo mi cariño de hija… a mi querido padre todo el amor que sentí y siento por él.

Dulces sueños Papás queridos. Dulces Sueños…



Valladolid Navidad 2001

     Entrañables  amiguísimos: Se aproxima la gran fiesta de la Navidad, la fiesta máxima, la más luminosa, la más familiar y completa, y lo hace como un fenómeno atmosférico, como una precipitación cósmica, toda una exaltación de los sentidos, porque nos meten por los ojos y hasta por los poros; luces, colores,  olores, villancicos,  nacimientos, abetos, mariscos, lechazo, cava (espumoso), caviar, Reyes Magos y papás Noel...
     Por supuesto, son asimismo, fechas especialmente propicias para dejar traslucir lo mejor de nosotros mismos, y teniendo, a gala y orgullo contaros entre mis más cordiales amigos voy a desearos que el arco iris de la felicidad se os meta  muy dentro y tiña vuestros corazones con los colores de la alegría y el buen humor.
     O sea, mis meros cuatitos, que os vaya rebonito, que vuestras vidas estén ahora y siempre  empapadas del mágico flujo de la alegría y el optimismo, llenas de emoción y risas, porque el mejor amigo del hombre es la risa, la risa que hace milagros, milagros que podemos realizar nosotros mismos.        
      El  amigo 2001 ha muerto, ¡adiós! Viva el capicúa 2002, año del Euro, que quiera el Niño Jesús se muestre propicio y favorable para todos.

Abrazos    navideños

domingo, 8 de diciembre de 2013

EL SECRETO DE LA FELICIDAD



Hoy sólo quiero desearte dulces sueños.

Marisa Pérez Muñoz

EL SECRETO DE LA FELICIDAD
Valladolid-13-12-2001

Queridos hijos: ¿Por qué escribo cartas? La pregunta me la hago muchas veces, y la respuesta a voz de pronto es que escribo contra el olvido y el aburrimiento. Contra el olvido porque si me falla la memoria no quedaría ni la sombra de mi recuerdo; Contra el aburrimiento, porque soy un madrugador compulsivo y a las cinco de la mañana ya me tiro de la cama, si no leyera y escribiese, ¿cómo llenaría todas esas horas?
       Eso es lo que me digo, pero realmente hay más. Para mí escribirlas me resulta de algún modo, en cierta medida apreciar las satisfacciones que ofrece la vida. Me explico: el “taliento de mi celebro” es más bien escaso, pero escribiendo cartas y más cartas le pongo todo el entusiasmo de que soy capaz, le pongo pasión al grado de que a veces tengo la sensación de pasar horas olvidándome de todo, incluso de mí mismo. Y ya que piso este terreno diré que el secretillo de la felicidad es vivir con apasionado entusiasmo. Para decirlo pronto y sin adornos, el entusiasmo es a la vida lo que el apetito a la comida. Sin apetito malamente se disfrutara de una buena comida, con falta de  entusiasmo imposible encontrar placer en lo que se hace, en lo que se vive. Es decir, que vivir con pasión es sinónimo de alegría de vivir.
       Los niños sanos, a la vista tenemos a Marina, rebosan entusiasmo, gritan, ríen y se mueven porque cualquier cosa los fascina y les despierta la curiosidad. Los niños son un milagro, pienso que el milagro mayor del universo, y son tan maravillosos porque son creativos al estar abiertos a todo cuanto se les pone por delante, y todo les produce alegría y risa, tanta risa que según los que lo saben, ríen no menos de trescientas veces al día, en tanto los adultos no lo hacemos más que docena o docena y media de veces, una pena, porque está dicho y redicho que la risa es salud y vida.
       Pero a lo que iba, a cada persona nos fascinan cosas diferentes, y lo que nos fascina nos define. Es más, saber lo que nos entusiasma nos ayuda a conocernos mejor, algo interesante, porque conocerse uno a sí mismo no resulta cosa sencilla.
       Así pues, hijos, a vivir con pasión, a cuanto hagáis ponerle entusiasmo, y que el animo no decaiga, contrariamente, renovarlo cada día. Pienso que tal vez viene al caso decir que Melilla me trae gratos recuerdos, porque, por ejemplo, el mismo acontecimiento, el nacimiento del nuevo día me resultaba un espectáculo emocionante todas las mañanas, desde la primera hasta la última. Lo que en realidad quiero deciros que ser capaces de vivir con jubiloso entusiasmo es algo así como poder llegar a tocar el cielo con la punta de los dedos estando en la tierra.

                                                                Besos y abrazos.