Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

miércoles, 12 de enero de 2011

NO ES FÁCIL SER FELIZ

miércoles 12/01/2011

Querida Rebeca y demás seres queridos:

Para el año que acaba de iniciar su andadura, todos hacemos buenos propósitos, el mío es tener como máxima ilusión ser feliz, que es el verdadero éxito en la vida. Bien, ¿pero es fácil? 
Por supuesto no se trata de coser y cantar, a causa de vivir en una sociedad en la que la felicidad se basa en el bien material y en la que reina la competencia y vivir contento, frecuentemente, implica sacar ventaja, llegar primero, triunfar sobre los demás, es decir, alegrarte del perjuicio del prójimo, muy contrario al lema, “se feliz ayudando a ser felices a los otros”. Por otro lado, ser perdedor, ser derrotado supone frustración, o sea, infelicidad.

En verdad, no todos los días se levanta uno optimista en razón de que por poco observador y sensible que se sea se percibe que algo indefinido flota en el ambiente que nos envuelve y termina por colársenos dentro, motivando que la gente se sienta frustrada y agresiva. El sistema de vida que llevamos genera enfado, resentimiento, cabreo. Sobran motivos: crisis económica y de valores, falta de creencias, record del paro, temor a que los amigos de lo ajeno abran tu casa, el gobierno sube la edad de jubilación, los impuestos y servicios, baja las pensiones…Resultado, insatisfacción y mala leche.

Afortunadamente el desencanto de la inmensa mayoría se limita a acumular pequeñas dosis de bilis hasta que revienta y proyectamos sobre quienes nos rodean sin mayor efecto, pero de vez en cuando salta aquí y allá algún supercabreado, alguien con la tensión emocional a tan alto nivel, con el cabreo de los cabreos, es el caso del joven asesino norteamericano que armado salió a la calle disparando a mansalva  e indiscriminadamente, queriendo matar a todo el mundo. ¡Tremendo!

Queridos seres queridos, vosotros a la hora del cabreo, de ser posible, usar la risa como bálsamo para suavizar la mala uva, evitando que vuestra felicidad os haga la vida imposible.

              Abrazos y besos.

                       Félix   

martes, 11 de enero de 2011

DIETA MEDITERRÁNEA

10/01/2011

Querida Rebeca y demás seres queridos:

Fin a los atracones después de tantas celebraciones en las que por aquello de que un día es un día y el de hoy es especial, sumado a la voluntad de escasa determinación, se come hasta que duelen las mandíbulas, problema para quienes tendentes a gorditines, es mi caso, después, consecuentemente, damos en refunfuñar irritados contra la báscula en vez evitar ganar peso y perder salud.

Incuestionablemente, la mala alimentación trae consigo enfermedades crónicas en las que destacan las cardiovasculares, hipertensión, diabetes, várices…, y por supuesto, la obesidad.
La comida es el combustible necesario para crear nuevas células, para reponer la fatiga muscular, para mantener nuestra calefacción central a nivel correcto y constante, es decir, para mantenernos vivitos y coleando. Y, vamos a ver, a estas alturas nadie ignora ni discute que la dieta mediterránea constituye un modelo de alimentación que premia con muchos beneficios para  el cuerpo y  la mente.
El arte cocineril mediterráneo está de moda en el mundo porque enseña a los ricos a comer a lo pobre, pero inteligentemente en razón de resolver los problemas de colesterol,  tensión arterial, evita el cáncer de estómago y de colon y otras enfermedades modernas.

Seguir esta dieta rica y equilibrada es tan sencillo como consumir una serie de alimentos básico: verdura y fruta en abundancia, legumbres y cereales, pescado, preferentemente, azul, lácteos desnatados, huevos, más carne de ave que roja, sin olvidar el buen vinillo en cantidades moderadas.

En verdad, el problema de la obesidad nos lo tomamos no tanto a las  consecuencias de salud como desde el punto de vista estético. De ahí la idea actual de que la belleza tienda a la delgadez, y el gran interés por las dietas adelgazantes, pero ¡ojo! de seguir algún régimen enflaquecedor ha de ser guiado por el médico, no por  consejo de las vecinas.

Queridos seres queridos, que os vaya bonito y todo os salga okay, sin faltaros mis abrazos y besos.

                              Félix


viernes, 7 de enero de 2011

AMOR MATERNO

Dichoso tú, que pudiste y supiste apreciar el amor vertido en esas tortillas que aun te hacen relamer de gusto con sólo pensar en ellas.

Besos grandes y gordos.

Marisa Pérez 

Querida Rebeca y demás seres queridos:

El amor materno no es sólo el primero, sino que además  el más desinteresado e incondicional, de ahí la áurea mítica que vemos en nuestras madres, a las que, de verdad, les cuadra el apelativo de santas.

Recuerdo especialmente el día de mi cumpleaños que coincidiendo con la festividad de los Reyes Magos me hacía sentir más querido, mimado y colmado de atenciones y privilegios. Como me chiflan la tortilla de patata, recordando el desayuno con que  me agasajaba ese día,  una tortilla espacial y leche fría,  aún babeo.

La tortilla de patatas de mi progenitora, como la de todas las madres, era la mejor, la mejor, la mejor con diferencia a cuantas he comido en mi vida. Preparar una tortilla parece fácil, y lo es, pero no sé, los ingredientes son los mismos, patatas, huevos, aceite y sal; la receta  igual, pelar, cuajar y freír… pero, vamos a ver, era una tortilla hecha como Dios manda en la que ponía algo más, o a lo mejor algo menos, pero competir contra ella resultaba misión imposible.

Mi esposa llena de cualidades en el arte cocineril las prepara que no están mal, pero no sé, no  llega al toque que las da la autora de mis días y cuando me pregunta: marido, ¿cómo está la tortilla? Puede estar sosa, nadando en sal o incluso quemada; como no se puede cometer el desacierto de ponerle peros,  la pondero con entusiasmo: muy rica, de verdad, riquísima, pero ese riquísimo lo digo con la boca chiquita, porque las tortillas de patata de mi madre eran perfectas, un sueño, inigualables, geniales.

Bien sé que toda comparación es odiosa, pero de ningunísima de las maneras pueden compararse, sencillamente, porque las de la autora de mis días sabían, ni más ni menos que a mi madre, ¿cabe sabor más deleitoso?

Queridos seres queridos, abrazos y besos.

                             Félix

jueves, 6 de enero de 2011

HOY CUMPLO 89 AÑOS


¡¡¡FELICIDADES YAYO FÉLIX!!!

ESTAS SON LAS MAÑANITAS
QUE CANTABA EL REY DAVID
A LOS ABUELOS VALIENTES
TE LAS CANTAMOS  ASÍ.

DESPIERTA FÉLIX DESPIERTA
MIRA QUE YA AMANECIÓ,
YA LOS PAJARITOS CANTAN
LA LUNA YA SE METIÓ.

QUE LINDA ESTÁ LA MAÑANA
EN QUE VENGO A SALUDARTE
VENIMOS TODOS CON GUSTO
Y PLACER A FELICITARTE.

EL DÍA EN QUE TU NACISTE
NACIERON TODAS LAS FLORES
Y EN LA PILA DEL BAUTISMO
CANTARON LOS RUISEÑORES.

YA VIENE AMANECIENDO
YA LA LUZ DEL DÍA NOS DIO
LEVÁNTATE DE MAÑANA
MIRA QUE YA AMANECIÓ.

Imagina que te las hemos cantado los Martín Pérez al completo, Incluida Lucía.


06/01/2011

Querida Rebeca y demás seres queridos:

La vida es una breve cosa y cumplir un año más no es precisamente un acontecimiento para tirar cohetes, máxime si te aproxima a la distancia de un par de cortes de pelo de ser nonagenario, y hoy cumplo 89 años, exactamente los mismos que tenía mi madre cuando dulcemente cerró los ojos y voló al cielo.

Por supuesto, cada quien, porque somos como Dios nos ha hecho, da a la fiesta de su cumpleaños el sentido y la valoración que juzga más adecuada; yo en modo alguno voy a tomar el hecho como grave acaecimiento, más bien lo considero motivo de regocijo, porque, aunque ciertamente no me falta alguna espina clavada en las articulaciones que me ocasiona doloroso malestar, cómo quejarme si con la vida tan cargada de años  aún me funcionan regular, tirando a bien, cabeza, corazón, pulmones, estómago, riñones…Por añadidura cuento con la favorable ocurrencia de practicar meditación que, en verdad, actuando como bálsamo confortador me crea un estado de relajación y bienestar que redunda en mi salud física y mental.

Esto es, recostado cómodamente, dejándome llevar por la música, doy vuelo a la imaginación para que fantaseando a lo grande emprenda, por ejemplo, un viaje de retroceso hacia la época dorada de la infancia donde todo era mejor y más bonito, y con el entusiasmo del crío que fui me sueño envuelto en mágicos rayos de luz cuyos efectos vivificantes y curativos me hacen sentir joven y sano.

Queridos seres queridos, ya lo veis, pese a lo antañón aún estoy en condiciones de lo que sea.

                         Abrazos y besos.

                                  Félix

miércoles, 5 de enero de 2011

FELIZ ATERRIZAJE


 Querido yayo Félix: es de obligado -a la par que placentero- cumplimiento, desearte feliz feliz día y que el rey David te cante sus mañanitas; 89 mañanitas  y otros tantos tirones de orejas te mandamos desde esta casa donde se te quiere  tanto como mereces y un puñadito más.
Para esta ocasión publico tu carta "Feliz aterrizaje"; fechada en 2002, similar, aunque no idéntica a "El día que nací yo", también escrita por tu mismo puño y letra.
La semejanza es lógica puesto que el relato es el acontecido aquel 6 de Enero nevado y frio y el narrador es también el protagonista, junto a Filomena, que tras leer tus cartas referidas a ella, no puedo menos que envidiar su valentía y buen corazón. Digno hijo eres de madre tan magnífica.

Miles y miles de besos, achuchones, parabienes y felicidades... de todo corazón.

Marisa Pérez... Y familia


Feliz aterrizaje


Valladolid 6 de Enero de 2002

Q
ueridos hijos: Justamente un día tal como hoy hace un titipuchal de años, nada más y nada menos que ochenta, aterricé en el globo terráqueo por la tronera del muy noble, leal y humilde pueblo de Cornón de la Peña. Mi llegada no fue cosa de cigüeña llegada de Paris, (fueron los Reyes Magos  quienes a modo de aguinaldo depositaron en casa un regalito especial, un paquete conteniendo nada más y nada menos que a mi humilde persona, un crío precioso a los ojos de mi madre.

        Nací en Cornón por chiripa, en un tris estuvo de no haber ocurrido así, a mi progenitora la idea de que su hijo naciera en un lugarejo tan poca cosa no le seducía en absoluto, su ilusión era que viera la primera luz en Villalba, su lugar de nacimiento, un pueblo rampante, ubicado estratégicamente en una ladera, pero nada que ver con Cornón, más rico, más alegre, abierto al mundo. De mi cornitez tuvo mucho de caprichosa maniobra el meteoro de la nieve. En los últimos días de embarazo, todo dispuesto para emprender viaje hacia su terruña, precisamente el día señalado para la marcha cayó una nevada de las que ya no se dan, nevada de antaño, verdadera nieve y en esas circunstancias emprender un viaje de varias leguas por un páramo y a lomo de un burrote insumiso resultaba misión imposible, y ocurrió lo que la autora de mis días no quería ni a tres tirones que ocurriese, ni como ocurrió, porque en ese preciso momento mi madre no estaba en casa, no es chiste, estaba en la fuente a por agua, menudo trago la hice pasar, pues mi desembarazamiento fue por la vía rápida. Así ocurrieron las cosas: Estaba madre muy quitada de la pena esperando que se llenara el botijo, cuando de pronto sintió el primer calambrazo. Inmediatamente después del primero llegó el segundo, y sin más preámbulos se inició el baile un tira y afloja en serio y definitivo, mi madre empujando todo lo que podía hacia dentro de si misma y yo con todo mi poder por salir al mundo. La lucha iba en serio y tan apurada llegó a verse y tan dolorida que indefensa ya ante lo irremediable que se acurrucó contra el tronco de un árbol dispuesta y resignada a traer al hijo allí mismo. Pero en un momento que las sacudidas dolorosas se amortiguaron, concediéndola un respiro, torpemente, con los dientes apretados y las manos sujetando el vientre corrió hacia casa. Total que deteniéndose en cada esquina, gimiendo ¡ay,ay,ay! Atemorizada de que el crío naciera en plena calle solitaria, en medio de la nieve. Milagrosamente logró llegar a casa, abrir con desesperación la puerta que daba directamente a la cocina y allí mismo se acuclilló y yo caí al suelo de tierra apisonada. No se puede decir que mi aterrizaje en este mundo no fue tan embrollado como emocionante, pues allí estaba yo envuelto en un revoltijo de tripas y chapoteando en un charco de sangre y agua, mordiendo el polvo.

        Con la experiencia que tenía, era su segundo parto, como pudo ató y cortó el cordón umbilical y con el agua caliente que siempre había en la chimenea en un puchero, me aseó lo mejor que pudo. Hecho esto, lo más inmediato, acurrucaditos ambos, se metió en la cama. Cuando llegó mi padre, lleno de sorpresa, nos encontró a los dos dormidos.

        Este anecdótico nacimiento os parecerá de haceros cruces, y no me extraña dado que los tiempos han cambiado una barbaridad. Hoy tener un hijo, aunque la gente no quiera tenerlos, es una gloria, todo se da resuelto y bien resuelto. Nadie dio nada resuelto a mi madre, solos ella y yo, asistidos por la mejor partera, la madre naturaleza.

                            Besos y abrazos

lunes, 3 de enero de 2011

REMORDIMIENTOS DE CONCIENCIA

   Lunes 03/01/2011

Querida Rebeca y demás seres queridos: La conciencia es el cascabel  o campanilla que suena cuando no estamos satisfechos con lo que hemos hecho, y los banquetes navideños, el derroche de comida en buenas condiciones que van a parar al bote de la basura es un gran escándalo considerando que el hambre es el signo más cruel de la pobreza y es colosal el número de personas en el mundo que están en situación de extrema pobreza, que se les juntan el hambre y las ganas de comer, digamos que no les falta su ración diaria de hambruna y se acuestan cada noche con hambre, se levantan con más gazuza y viven permanentemente sin saber cuando podrán llevarse algo a la boca para matar el hambre que los mata.

La opulencia en que vivimos, el despilfarro, el estómago recargado motivan que el gusanillo de la conciencia me mordisquee allá por mi fuero interno,  espantando el sueño, sin dejarme dormir a gusto por la noche, y bien sabido es, el insomnio y la conciencia poco limpia son malas consejeros para la salud.

Queridos seres queridos, vamos a ver, la mancha en la conciencia es fácilmente explicable a poco que nos detengamos a considerar que el mundo está cuajado de personas que pasan hambre crónica y son decenas de miles los niños que mueren diariamente por hambre y causas sencillamente evitables, en tanto que hay perros  y gatos  mimados y exquisitamente alimentados. Inaudito, ¿NO?

Besos y abrazos

Félix

viernes, 31 de diciembre de 2010

FELIZ AÑO NUEVO


FELIZ AÑO NUEVO TAMBIÉN PARA TI, YAYO GUAPO, Y PARA TODOS LOS QUE TE QUEREMOS Y APRECIAMOS TU VALÍA.

Marisa Pérez Muñoz


31 de diciembre de 2010



Querida Rebeca y demás seres queridos:

             Estamos ante los últimos suspiros del complicado año que agoniza. Dentro de un rato, apenas unas horas, el Nuevo inicia su andadura partiendo de cero, y con los primeros pasos, como es de rigor y fieles a la tradición, nos atragantaremos logrando con éxito zambullir las doce uvas de la suerte al ritmo acelerado de las doce campanadas, y con los brindis, entrelazarnos en entrañables abrazos, acompañados de los deseos de que todos y cada uno de los  365 días de 2011 estén llenos en cascada de ilusiones y emociones.

             Año nuevo y flamante, nuevos propósitos más creativos y constructivos, por poner un ejemplo, avanzar por el nuevo año llevando en alto la bandera de la alegría por la felicidad de los demás.

              De corazón os deseo todo lo bueno que merecéis, especialmente capacidad para perdonar, para soñar, para reír, para gozar de la vida que hay antes de la muerte, la otra, la de después, puede esperar.


                                Adiós, besos.


                       Félix


                                     

ESPIRITU ALEGRE

Antonio, mi padre, soldando
Una vez más tienes mucha razón, yayo Félix, aunque en este caso, permíteme que disienta un poco contigo.
Cierto que reír es vivir, pero la risa no es sinónimo de salud y como desafortunadamente tengo un claro ejemplo, ahí voy con él.
No hablaré en general, ni en hipótesis; tú eres mi yayo Félix y quiero hablar como claro contrapunto de mi padre, el yayo Antonio de mis hijas. Los dos vejetes a los que adoro.

Mi padre; hombre alegre, trabajador rudo e incansable en el difícil arte de moldear el hierro a su antojo y a golpe de brazo.
Él manejaba el martillo, “el macho”, se llamaba aquella herramienta que yo no acertaba a levantar un palmo, él, lo hacía como si de una pluma se tratase para dejarlo caer sobre el hierro al rojo vivo; en una mano las tenazas sujetando el hierro, y en la otra “El Macho” y el brazo de mi padre golpeando al compás sobre el metal y la bigornia que hacía  saltar chispas candentes y dejando el material informe convertido en la hermosísima reja de una casa… un precioso balcón o el enrejado de ventanas señoriales que él jamás pudo poseer, porque su duro oficio no hacía rico al forjador, sino al que encargaba los trabajos.
Nos sacó adelante con ese sudor negro que le corría por la frente para terminar en un chorro que caía desde su barbilla al suelo.
Las mejores caricias que recibí de niña, eran de sus manos encallecidas y fuertes… ¡¡ojala pudiera volver a tener entre mis manos aquellas!!

La dureza de su trabajo no le impedía sacar un rato de tiempo para jugar por las noches con mi hermano y conmigo antes de irnos a dormir.
Dentro de sus posibilidades económicas, hacíamos cortas excursiones; los domingos de verano en un carro tirado por una mula, íbamos la familia al río a pescar cangrejos… casi nunca los cuatro a solas, solíamos ir con sus amigos, los hijos de sus amigos… formábamos una buena “camarilla” de niños juguetones, padres valientes y aguerridos, madres hacendosas y vehículos cuyo “motor” era de caballería, no de caballos; mi padre siempre fue el alma de la fiesta, el que hacía reír con sus chistes y gracejos tan oportunos como espontáneos y ocurrentes; pasó el tiempo, “emigramos” a la capital para que mi hermano y yo tuviéramos un buen porvenir, crecimos, me casé y poco después, un cáncer en la cuerda vocal izquierda, se llevó toda esa fuerza, alegría, gracejo y felicidad de mi padre. El sonido de su voz con una sola cuerda lo acomplejó mucho más allá de lo que nos hacía creer, dejó de contar chistes, porque –según él- con aquella voz no hacían gracia.
Nunca a los que le queremos –muchos, porque repito que mi padre es muy querido por muchísimas personas- a ninguno nos importó cómo sonara su voz, lo importante es que había logrado vencer al cáncer del que fue operado hace 33 años.
Debido a esa enfermedad, su garganta  le impedía seguir siendo forjador y poco después su corazón también comenzó a estar mal, por ello a los 54 años lo jubilaron y tuvo mucho tiempo para disfrutar de sus nietas y ser el mejor yayo del mundo para ellas.

En lo que realmente te doy la razón, es en que quizás parte de ese tiempo libre que tan joven tuvo, pudo haberlo empleado en prepararse para la vejez que más pronto que tarde le llegaba.
Nunca tuvo  tiempo de leer y el  hábito de la lectura o se adquiere desde temprano o después ya es muy difícil, hacerle caso a la fuerza de voluntad.
Esa fuerza de voluntad, ese ánimo de no dejarse vencer y preparar el camino a la vejez es una de las cosas que más admiro y valoro de ti y tantas veces te lo digo y alabo.
Has logrado lo que has luchado y hoy recuerdas todo y a todos y además escribes cada día una preciosa carta que yo recibo y ahora publico en este tu Blog, para que todos puedan conocer  esos recuerdos, aprender de tu experiencia y valorar las vivencias que nos cuentas.

Mi padre, quizás por genética, herencia, mala suerte o destino, padece esa maldita enfermedad que le está haciendo olvidar poco a poco toda su vida y a los que le rodean. Pronto se olvidará que ha sido el mejor padre del mundo y yo, la niña de sus ojos.

Abrazos:

Marisa Pérez Muñoz

ESPÍRITU ALEGRE   jueves 30/12/2010

Querida Rebeca:

Diría que a los viejos, pero no, sin excepción, para jóvenes y vetustos, leer, escribir, jugar, pasear…son actividades que salvaguardan la salud física y mental. No existe mejor manera de conservar el corazón joven y la mente sana, evitando el tan temido deterioro de la memoria que mover el esqueleto y el cerebro. “Memoria no ejercitada, pronto mermada”.

Se dice que la memoria es la inteligencia de los tontos, ¡qué tontería! A mí que me den memoria, que lo demás es lo de menos, porque sin capacidad para acumular recuerdos no somos nada,  no somos nadie sin esos imágenes del pasado archivadas en el disco duro de la computadora de la cabeza.

Pero, mira, Rebeca, verás, la memoria a corto plazo de los abuelotes, es limitada, se vacía fácilmente, resulta toda una batalla, por ejemplo, recordar los nombres de las personas. No suele ocurrir igual con la memoria a largo plazo en la que los recuerdos de remotos sucesos son tan intensos que de la lejana época de la niñez se recuerdan hasta los pequeños detalles.

El deterioro de la salud y de la memoria no se deben únicamente al paso de los años, sino también al estilo de vida. Los estímulos, por el esfuerzo que requiere leer, escribir, pensar, moverse, y por supuesto, mantener el buen talante y la alegría tienen efectos terapéuticos, las personas divertidas tienen mejor salud que las tristes y aburridas. Lo estupendo es que tales efectos son acumulativos, a mayor regocijo, mejor salud.

Querida Rebeca, mantén alegre el espíritu y gozarás de magnífica salud.

Adiós, besos.

Félix