Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

sábado, 25 de octubre de 2014

VIDA MÁS VIVIBLE



VIDA MÁS VIVIBLE
Valladolid Octubre de 2003

Queridos hijos: Pedaleo en la bici estática por espacio de media hora y  para ahuyentar el tedio doy imaginativamente un salto y caigo en el Cornón de mis años infantiles y veo a mi madre migando  pan y cortando berza con un cuchillo desgastado... ¡Qué tiempos aquellos!
Durante  siglos el mundo vivió con una evolución lentísima en cuanto a adelantos técnicos y modo de vivir, pero en los últimos años todo ha ocurrido de repente, las cosas han cambiado a increíble velocidad, quizá demasiado, y estamos invadidos absolutamente por fantásticos artilugios que hacen la vida más vivible, así que, en fin ¿qué queréis que os diga?
Me parece que comparar los viejos tiempos con la realidad actual es experimentar un espasmo de admiración, porque  verdaderamente media un abismo. O casi dos. Ante todo y antes que nada y a título de ejemplo diré que por aquel entonces no había llegado aún a mi terruño natal la luz eléctrica y la gente se alumbraba con un candil pusilánime atizado con sebo de oveja que más que luminosidad creaba fantasmas por doquier.
Nada que ver la casa de mis padres y la de cualquiera  otro cornito con la actual mía o de cualquiera de vosotros abarrotadas de lujo al alcance de todos: vitrocerámica, microhondas, frigorífico, lavadora, televisión, teléfono, ordenador, el coche que a desplazado a la burrita alegre y vivaracha que era el utilitario de mi madre...
Eran otros tiempos, peores sin el menos resquicio de duda, porque el mendrugo de pan cotidiano había que sembrarlo, segarlo, trillarlo, amasarlo y hornearlo con el sudor de la frente; el agua había que acarrearla  a medio kilómetro de distancia; el combustible con que se guisaba era obligado llegar al monte a por ello y transportarlo, trocearlo, prender el fuego, avivándolo con el fuelle; la carne, la leche, los huevos, se lograban cebando durante todos los días del año al cerdo, las vacas y las gallinas.
La ropa limpia requería especiales trabajos, acudir a la charca incómoda y alejada del pueblo, encima, por si fuera poco, en invierno era hielo; la calefacción era de origen animal, dado que las habitaciones estaban ubicadas exactamente encima del establo, lo que era causa de que los niños fuésemos una tentación para las moscas que se cebaban con nosotros. 
Finalmente, para no resultar cargante, para las necesidades fisiológicas  no existía otra solución que acudir a la cuadra, entre las patas de los animales, expuestos al pisotón, y como papel higiénico, un puñado de paja.
El único éxito en la vida es ser feliz, y no eran nuestros mayores especialmente infelices, pese a carecer de todo, quizá, sólo quizá, no peor que hoy, con más razonable sosiego, más relacionados con las cosas que les rodeaban; los animales, el agua, las plantas... La naturaleza significaba mucho para ellos.
Hijos, que vuestras vidas tengan olor, color y sabor.


Besos y abrazos

viernes, 24 de octubre de 2014

MARAVILLOSA LUCÍA



Gracias siempre Yayo Félix

MARAVILLOSA LUCÍA
Valladolid 25 de Octubre de 2010

Laura, maravillosa nieta: Los nietos y los sobrinos son ángeles que envía Dios para que los cuiden abuelos y tías.
Lo siento, tengo que decirlo, resulta inevitable, Lucía, la nueva  "miembra" de la familia es más guapa que la madre, que las tías y que la abuela. Por lo que muestra la foto parece ser que haya llegado a este mundo a robar para sus carrillos el color rosa a las flores.
Otra impresión me produce: es buena como David, su padre, y como su abuelo Jose.

Mil abrazos y besos, la mitad, por supuesto, para Lucía.

Félix

jueves, 23 de octubre de 2014

GORGIAS, O DE LA RETÓRICA



GORGIAS, O DE LA RETÓRICA
Valladolid Octubre de 2001.

Queridos hijos: Continúo divertido e interesado con los Diálogos, ahora Gorgias, o de la Retórica, en el que mantienen un coloquio Sócrates y Gorgias sobre lo que es y lo que debe ser la Retórica. ¿Cuál es el objeto de la Retórica? Enseñar las reglas del buen decir, explicar los principios que gobiernan y dominan la persuasión. Pero ¿qué clase de persuasión?, porque todas las ciencias quieren persuadir de algo. La Retórica de lo que persuade es de lo justo y de lo injusto. Pero saber eso, replica, Sócrates, no es saber bastante, es necesario más: cómo y de qué persuade y si es para bien o para mal. La pregunta no rinde a Gorgias que aclara que la Retórica es por excelencia el arte de persuadir en el sentido que da los medios de hacer prevalecer su opinión en todo y contra todo. Puede usarse para bien o para mal, pero quien haga mal uso de ella, no es la Retórica a la que hay que culpar, sino a él.
Platón, hablando por boca de Sócrates, sigue poniendo objeciones, señalando como punto decisivo no escoger la extraña Retórica, la sofistería, que se limita a hacer a la gente lo que es bueno o malo, justo o injusto, guapo o feo según la necesidad del momento, que sería un arte pérfido e inmoral, no verdadera Retórica que se inspira en la verdad, la propaga y persuade con ella.
En su turno Gorgias puntualiza que el retórico que ejerza su arte con profunda moral le resultará imposible hacer mal empleo de ella, si conoce la justicia y la verdad será incapaz de persuadir a nadie de la injusticia y de la falsedad, porque en el mundo sólo es auténticamente feliz el hombre honrado, y el más desgraciado el que comete  impunemente injusticia, puesto que es peor y más denigrante cometer injusticia que ser víctima de ella.
Las ingeniosas preguntas de Sócrates van aclarando las cosas, pero Chairefo manifiesta que la fuerza de la Retórica radica en lograr hacer lo que se quiera. Más, ¿qué es hacer lo que se quiera? Es querer lo aparentemente ventajoso, porque no hay nadie que no prefiera su conveniencia a todo lo demás. Bien, para un hombre despojado del sentido de discernir el bien el mal, no supone mucho hacer lo que le venga en ganas, pero si está dotado del buen sentido no es seguro que haga siempre lo que quiere haciendo lo que ordinariamente hace, que no es lo que quiere, sino aquello en vista de lo cual hace lo que hace, es decir, que somos nosotros y nuestra circunstancias, y pone el ejemplo del enfermo que toma una poción amarga, no porque la quiera tomar, sino porque quiere curarse. Si alguien quiere su bien  haciendo lo que hace todos los días , hace lo que quiere, si no, no.
En fin, como en el cruce y entrecruce de preguntas y respuestas se tocan todos los pitos referidos al tema, y como el arte de la palabra tiene su oponente en sofismas y galimatías, oscuras y confusas artimañas  para hacer sentir indiferencia  hacia la verdad, falsos razonamientos para inducir al error, Sócrates hace objeciones jocosas, pero cargadas de razón cuando se asegura que una cosa es mejor cuando procura más placer satisfacerla, es decir,  que la felicidad consiste en la satisfacción  de los deseos, cuanto más y mayores sean estos más feliz se será, de lo que se deduce que la dicha mayor de la vida es estar permanentemente con hambre, sed y picazón para poder estar comiendo, bebiendo y rascándose a todas las horas. Por supuesto, nada más falso.
Hijos, no sé si mi desordenado y poco retórico resumen os animará a pasar un buen rato con unos razonamientos capaces de satisfacer la inteligencias más exigentes; yo, por si acaso, pongo a vuestra disposición los famosísimos diálogos platónicos.
Besos y abrazos

miércoles, 22 de octubre de 2014

FEDÓN, O LA INMORTALIDAD DEL ALMA



FEDÓN, O  LA INMORTALIDAD DEL ALMA
Valladolid 22 octubre de 2001

Queridos hijos:  Un buen libro es una compañía maravillosa y con los Diálogos de Platón estoy de lo más divertido, pese a que Fedón, que estoy leyendo está lleno de interés dramático al narrar el último día y la muerte de Sócrates.  Un fin, tan sereno y tan noble que produce admiración emocional.
En el momento en que se abren las puertas de la prisión, aparece Sócrates sentado al borde de la cama rodeado de sus discípulos ansiosos de escuchar sus últimas palabras.  Su aspecto, pese a estar a punto de morir es sonriente y de tranquilidad, ni una sombra de tristeza altera su rostro animado por pensamientos serenos y valerosos  a pesar de lo  injusto de su muerte, que sospechoso por sus ideas filosóficas de atacar a los dioses y de corromper a la juventud fue procesado y condenado a beber la cicuta. No le infundía ningún temor la muerte porque no rendía culto al cuerpo que es perecedero, daba capital importancia al alma que es inmutable e indisoluble, su esencia escapa a todas las condiciones de la muerte. Le animaba la sublime esperanza de una vida inmortal, de una feliz eternidad.
En este dialogo Platón habla por boca de Sócrates mediante una serie de preguntas y respuestas establecidas entre el maestro y sus discípulos a fin e poner en práctica la sabia máxima "conócete a ti mismo". La narración termina con los conmovedores detalles de los últimos momentos, cuando a la puesta del sol, la hora señalada por la ley, acercó la copa a los labios y la apuró, no cómo quien se toma un  carajillo, pero sí con gran valor, mansedumbre y resignación. Sus amigos no se separaron de él sino hasta después de haber cerrado piadosamente sus ojos y su boca.
Hijos, éste fue el fin del hombre del que se puede decir que fue el mejor de los mortales que se conoce, a más del más sabio y más justo.

Besos y abrazos

martes, 21 de octubre de 2014

VIVAN LOS OTROS



VIVAN LOS OTROS

Valladolid Octubre  de 2001
Queridos hijos: Quisiera cambiar y que cambiaseis conmigo para mejor y  modificando  nuestra   manera de pensar aprendiéramos a reírnos de nosotros mismos, pues quienes gozan de un sentido del humor capaz de tomarse a broma y reírse de sus fallos y lunares disfrutan de la vida. Pasándoselo realmente bien.
Es bueno y bonito ver el lado positivo de las cosas que nos pasan y festejarlo, porque nos sacarán los malos humores del cuerpo y no cabe imaginar nada mejor que ser capaces de sacar alegría hasta de la tristeza y ser felices viendo a los demás alegres y amigos, y estar dispuestos a gritar "vivan los otros".
Pocos son de fiar los malhumorados que ríen poco, y ese poco bajo sospecha, y nada de fiar quienes practican el humor basura, que se ríen de los más débiles. El propietario de un humor limpio y noble y de su compañera la risa, son sin duda buenas personas que les gusta la vida y son felices viviendo y dejando vivir. Además por añadidura son personas sanas, porque el humor y la risa son de  los mejores conservantes de la salud física y mental.
Es difícil exagerar la importancia que tiene tomarse un poco el pelo a sí mismo, significa que  uno se estima sin ser prepotente ni engreído, porque no es que escaseen los narcisistas hasta el absurdo, que consideran una insigne pendejada mofarse de su persona, equivocándose de medio a medio, puesto que no tomarse  uno a si mismo demasiado en serio es signo de inteligencia emocional y de gozar la mejor medicina contra el estrés. Los médicos listos empiezan a curar a sus enfermos con humor y risas.

Hijos, Groucho, el bigotón de los hermanos Marx, dejó en su epitafio el ejemplo más ingenioso de reírse de si mismo: "jamás pertenecería a un club que me admitiese como socio"

Besos y abrazos