Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

miércoles, 12 de febrero de 2014

EL MUY NOBLE Y LEAL CORNÓN



EL MUY NOBLE Y LEAL CORNÓN (Boceto sin fecha)


En fugaz escapada a mi pueblo, el muy noble y leal Cornón de la Peña, con obligada visita a la vieja fuente, el alma se me cayó a los pies, porque, más claro agua, los cornitos residentes se han mostrado por completo ingratos con quien  durante siglos les dio la vida, o sea, el agua. Imposible vivir sin ella y allí no había otra. No cabe, pues  resquicio de duda que al chorro alegre y cantarín,  abundante y fiable, con temperatura siempre adecuada, cálida en invierno  y deliciosamente fresca en verano, debe Cornón su existencia.
La verdad pura y llana es que  en tanto en cuanto mis paisanos se modernizaron un poco y consiguieron el gran logro  de obtener agua en la propia casa directamente del grifo, volvieron la espalda a la benefactora fuentecilla, abandonándola a su suerte, con lo que se vino abajo, y allí yace arrinconada, invadida por algas, musgo y malas hierbas. No me  agrada sacar a relucir los trapos sucios de mis coterráneos, pero pienso que con su deslealtad han dejado evidente que han perdido el sentido del gusto al cambiar el agua fácil de beber, digestiva y exquisita por otra corriente y vulgar traída de una charca.
Bueno, vamos a ver, los químicos dicen que el agua, elemento vital,  es un líquido incoloro, inodoro e insípido. Con perdón, eso será el agua de su pueblo, la del mío, clara como la que más, huele a finas hierba y sabe a miel, como la exquisita que elaboran las abejas  de mi  terruño a base de  tomillo, espliego y romero.
No es preciso poseer mucho “taliento en el celebro” para caer en la cuenta que existen  gran diversidad de aguas muy diferentes entre sí. De ahí que haya aguas maravillosas, así como de pésima calidad, turbias, gordas, sosas, salobres, con sabor a calcio, a sodio, a lejía, a azufre, a tierra, es decir,  que son sin fin  las aguas potabilizadas que se consiguen  a través del grifo, pero que resultan un maltrato para el olfato  y el paladar porque huelen y  saben a cloro.
Estimados amigos, si a alguien se le presenta la oportunidad de visitar Cornón y beber agua de su fuente no la desechen, comprobarán que efectivamente, de  aquel humilde y desasistido manantial fluyen dos chorros de un  líquido ligero y fino,  además, que   huele y sabe que alimenta...

martes, 11 de febrero de 2014

EL SECRETO OCULTO DEL HUEVO



EL SECRETO OCULTO DEL HUEVO


            Queridos hijos: ya se sabe que rectificar es de sabios, y precisamente los sabios son quienes han dado el cambiazo en gran número de pareceres, por ejemplo: de veneno puro que eran el aceite de oliva y el pescado azul, hoy son considerados alimentos salutíferos por excelencia; el vino tinto es anti cancerígeno y hasta ayer mismo tomar cinco huevos semanales suponía nadar en colesterol, pero hoy tomarse un par de huevos fritos diariamente es un placer permitido a todos al haberse descubierto el secreto oculto dl huevo.
Os cuento la historia como me la han contado.
En un poblachín que no es Cornón -pero que pudiera haber sido- un muchacho listo de la localidad que llegó a médico, descubrió con sorpresa que sus padres y los demás habitantes de la aldea, grandes comedores de huevos, --no menos de dos diarios-  los niveles de colesterol y el riesgo de problemas cardiovasculares, eran muy inferiores a la media.
Corrió la voz que llegó lejos, hasta los laboratorios, quienes tras largos estudios han descubierto que aunque efectivamente, el huevo es rico en colesterol, su absorción se reduce notablemente por otro compuesto también presente también en su majestad el huevo; llamado según tengo oído “fosfolípido de no se qué”, o sea, que los blanquillos –llamados así en México y que dicho sea de paso se venden por kilos- poseen su propio “antídoto” para su propio colesterol.
Estupendo ¿no? Porque quiere decir que a la vez que envenena, cura, al no llegar el dañino colesterol a la sangre.
Lo mejor de la noticia es la lógica conclusión final: las personas normalitas, con nivel de colesterol en su punto y sano le corazón, pueden tranquilamente tomar un par de huevos diarios en todas sus modalidades: fritos, cocidos, estofados, pasados por agua, en tortilla… alimento, por añadidura, exquisito y barato, con excelentes proteínas, incluso mejores que las de la carne, la leche o el pescado.
Además se asegura que son gran fuente de vitaminas, a la vez que gozan de la virtud de reducir notablemente los riesgos de problemas cardiacos.
Hijos, con esta noticia se reduce al máximo el problema diario del rompecabezas de preparar la cena de hijos y marido: huevos fritos con patatas ídem, que como recuerdo decía mi madre: “El huevo es un alimento redondo”.


Beso y abrazos:

Félix

lunes, 10 de febrero de 2014

PAREJAS CONFLICTIVAS

PAREJAS CONFLICTIVAS

             Queridos hijos: ojo al dato: “Las mujeres mal casadas, es decir, las que viven matrimonios conflictivos  -por supuesto están incluidas las separadas- corren doble riesgo de morir del corazón que las que son felices en sus relaciones matrimoniales”.

             Esta es la conclusión a la que han llegado los expertos en problemas de pareja. O sea, que los conflictos elevan el estrés que acaba afectando a la salud física y psíquica. Lo siempre dicho: la alegría cura, el cabreo mata.

            Según los que lo saben la esperanza de vida de las mujeres es mayor que la de los hombres y su corazón más resistente y menos enfermizo, pero en el caso de matrimonios mal avenidos, la de los varones  aguantan mucho mejor que el de las damas, con lo que queda claro que por propio beneficio y bienestar la mujer debe luchar por vivir relaciones satisfactorias, de preocupar la paz matrimonial, evitando por todos los medios andar todo el rato buscando tres pies al gato, porque las relaciones afectivas son fuente inagotable de problemas que amplían los factores de riesgo cardiovasculares: hipertensión, diabetes, los niveles de azúcar y del colesterol, depresiones, ansiedad, nerviosismo, estado de ánimo por los suelos.

            O sea, de nuevo en consecuencia, la mujer que no  luche por ser dichosa en su matrimonio, que no busca soluciones, su corazón es triste y enfermo.

            La mujer ideal es la que es feliz haciendo felices a los demás, las que viven para hacer de su hogar un rinconcito del paraíso.

            Vamos a ver, si lo más valioso que tenemos es la vida, ¿Merece la pena vivir en perpetuo cabreo, en continuo malestar emocional haciendo méritos para el final morir prematuramente, de golpe, de un ataque al corazón?

            Hijos, que el cielo os libre da tal contingencia.


Beso y abrazos, salud y alegría. 


Félix

domingo, 9 de febrero de 2014

SENSIBILIDAD EXCESIVA




Querido yayo Félix. A nadie se le escapa que volver a escuchar tus retahílas sería un regalo, pero hoy quiero ser yo quien te diga una vez más al oído lo que pienso y que servirá para aclarar algunos puntos a quien nos lea y no te conozca tanto como los que te conocemos.
Una de tus peores virtudes, que te hizo granjear muchos gritos de los que tanto querías huir, era esa manera de decir depende qué cosas de forma incisiva, casi insolente y cargada de buena intención.
Decías que había que aceptar las críticas, pero después no te gustaba cuando tenías que escuchar las de nosotros. La carta de hoy (y varias de las que quedan por publicar) son prueba de ello. Te molestaba que tus cercanos tuvieran "SENSIBILIDAD EXCESIBA" al escucharte, pero no aceptabas con idéntico agrado escuchar.
Querido Yayo, las canas no siempre tienen razón... Por eso, yo me las tiño por si acaso.
Todo el mundo sabe que puede ocurrir: sin estar premeditado, en algunas ocasiones, ante cualquier situación (la vida está llena de ellas y las cosas sólo ocurren durante la convivencia en el día a día), veías o escuchabas algo que podía no gustarte, pensabas, madurabas tu sabia opinión y sin más lanzabas al viento tus pensamientos y tu sí o sí tener razón, sin darte cuenta que las orejas que tenías frente a la cara sufrían por tu forma de decirlo.
Sufrían porque su lucha por ser perfectos a tus ojos  era tan tremenda, que al oír tu queja perfumada de ironía, no podían por menos de lanzarte con el mismo amor la respuesta. Entonces te sentías incómodo sin entender por qué disgustaba tu consejo. En definitiva, tú y ellos molestos por un rato. ¿Quién no ha vivido algo así?
Tú lo arreglabas con una preciosa carta y ellos guardaban la pataleta para la siguiente ocasión.
Por todo ello te ganaste el galardón de mejor padre, mejor abuelo, mejor bisabuelo, mejor persona…
Dicho lo cual, te diré que eras, y serás, mi gruñoncete preferido. Jamás me atrevería a denominarte “tocacojones”, porque mi exquisita educación y tu refinado oído no lo permitirían.
Hasta en esto eras, eres y serás único y hasta echamos de menos esas “peleíllas” que dan sal y azúcar a la vida.

Te ruego que des a mi querido padre un abrazo tan fuerte como los dos podáis soportar.

Dulces sueños.

SENSIBILIDAD EXCESIVA

         Queridos hijos: No exagero si aseguro que en la familia más allegada, una de cada dos es de ese tipo de personas que se ofende con el roce de una flor.
         Haber ahilos tan excesivamente sensibles que la más leve crítica les levanta ampollas.
         Su orgullo, la opinión demasiado buena porque es frágil como un cristal y con igual facilidad salta hecho añicos.

         ¿Qué tal si hacéis rápido repaso por los diferentes caracteres familiares?
Si este repaso es sincero, legal, seguro que daréis más uno y más de dos y de cuatro hipersensibles que utilizan ese rasgo de su carácter para protegerse contra los demás. Por poner unos simpáticos ejemplos: Pily tiene ganada a pulso fama de elaborar las sopas de ajo que son todo un poema, pero si yo, queriendo ser gracioso, digo que “las mías son el no va mas y que yo en ese terreno soy el rey” su legitimo orgullo súbitamente explota y sintiéndose profundamente ofendida, al menos por un rato me retira, no sólo la amistad, si no el cariño de hija. ¿Verdad o mentira?

         Como quiero evitar a toda costa que la mitad o más de la familia, quiera cortarme en cuadraditos la lengua, sólo diré que mi muy admirado Jorge posee un exceso de sensibilidad muy superior al materno.

         Hijos, reconocer los errores y admitir las críticas nos hace más personas.

Besos, abrazos, paz, salud y alegría

sábado, 8 de febrero de 2014

PELUQUERA CINCO ESTRELLAS



PELUQUERA CINCO ESTRELLAS

Valladolid 3 Septiembre 2001



Adorada Cristina: Por ser tu fiesta onomástica deseo que hoy y el resto de tus días los pases vibrando y delirando de alegría. Más aún, por ser mi competente y simpatiquísima secretaria he aquí una sugerencia cargada de experiencia y ternura propia de un abuelo: Muéstrate propicia a la felicidad, y lograda transmite a cuantos te rodean, porque recuerda dos cosas; primera, que el cariño autentico a los tuyos es llenar de alegría sus corazones, evitándoles penas y disgustos innecesarios; segundo, que se trata de una felicidad del tipo que nadie podrá arrebatarte.

¿A que no me adivinas lo que voy a hacer ahora? Voy a tirar del fino y sutil hilo que pone en movimiento la prodigiosa maquinaria de la memoria, y como disfrutar gratos recuerdos es como vivirlos de nuevo, te veo como cuando niña con pasmosa felicidad para dormir caminando. Salíamos de paseo y aprovechabas  la caminata para echar una buena siesta yendo y viniendo asida a mi mano. Otro detalle que guardo grabado indeleblemente en la mente es que igual que tu bisabuela de nombre sonoro y armoniosa, Filomena, aprendiste a leer sola. Bueno, me explico: Eras una entusiasta lectora de cuanto anuncio se ponía ante tus ojos, leyéndolo muy simpáticamente, porque a la consonante que no le acompañaba una vocal le añadías una “e” por ejemplo:  las palabras, trébol era para ti terebole, flor felore, tren terene... lógicamente, como carecías de sentido, nada entendías, pero pronto espabilaste. En lo que brillabas con luz propia era montando rompecabezas de infinitas piezas, se te daba genial.

Lo digo con orgullo y lleno de agradecimiento, fuisteis unos nietos tan encantadores que no dudo en calificaros de maravillosos. Fueron muchos los días y los años, alegres y divertidos que pasamos juntos. Durante vuestra infancia y adolescencia siempre marchamos unidos en piña, como clueca con sus polluelos, procurando gozar de la sencilla felicidad que proporciona la relación con las cosas, con los animales, con la naturaleza, llenándome de toda la alegría de vivir que un abuelo puede desear. Nunca un berrinche caprichoso. Cuando por la razón que fuere deseabais algo que en aquel momento no podía satisfaceros, os prometía que “mañana” y angelicalmente lo aceptabais siempre como bueno. Por todo, por tantísimas cosas, por el sin fin de horas llenas de cariño y alegría, gracias, gracias, gracias, gracias.

Sigo recordándoos como los niños encantadores que erais y como cada uno destacaba por sus cualidades y modo y manera de ser: Rebeca siempre fue sumamente juiciosa y ponderada; Raquel la carita más guapa, a la vez la más pato mareado caminando, esperaba que su madre la pusiera de punta en blanco para caer espatarrada en el primer charco de agua cenagosa que encontraba a su paso; Jorge ya era lo que es, un chulete de barrio; A ti, Cristina, Dios te dio una chispa de gracia y buen humor, con ello, y alegre como un cascabel, de continuo nos hacías reír. Goza Cris, de “taliento” en el “celebro” bastante y suficiente para haber cursado una carrera universitaria, pero tu vocación te llevo por otros derroteros, tienes buena mano para el arte peluqueril y apuesto mis dos orejas que con tu ánimo y resolución llegaras a alzarte con el título de peluquera cinco estrellas.

 Como soy tu abuelo y te quiero un montón, con el noble propósito de que rectifique, voy a señalarte un punto negativo en ti que no deja ,a veces, de descorazonarme: los gritos y portazos que en tu casa organizas cuando las cosas no salen según tus deseos. Mira niña, te lo pide tu Yayo, olvídate de camorras y se con los tuyos como las flores cuya misión es adornar, perfumar y proporcionar alegría.

Cristina, maravillosa nieta, por ser el día de tu santo que un coro de ángeles baje del cielo a cantarte al oído las mañanitas.

Besos y abrazos.