Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

domingo, 24 de noviembre de 2013

CRITICA A "EL MARCAPÁGINAS"



Querido yayo Félix. Parece que fue ayer y hace más de seis años que leíste mi entonces  recién publicada primera novela “El Marcapáginas”.

Recibí ilusionadísima tu crítica porque sabía que sería lo más sincera que podría esperar. Tu opinión siempre fue muy importante para mí, y aunque pudiera o no, estar totalmente de acuerdo con ella, siempre me quedaba con lo más importante que de nuestras conversaciones resultase.

Nunca fuiste dado a regalar el oído; más bien al contrario, gustabas de lanzar darditos irónicos que mal entendidos incluso podrían molestar… Te aseguro que molesta mucho más no poder escuchártelos ahora; aunque te aseguro que si cierro los ojos y pienso muy fuerte en ti, puedo escuchar tu voz, tu risa y tu acento con fino toque al México que adoraste.

La crítica a mi segunda novela “La Madrastra”, la degusté a tu lado y fue tan magnífica como la que nos ocupa en esta tu carta que hoy publico.

Gracias por tus críticas, por tus ironías, por tus enseñanzas y sobre todo por tu enorme cariño. Recíproco, como bien sabes.

No olvides entregar a mi padre el amor que siempre te envío para él.

Dulces sueños mis queridosy añorados viejitos.



Marisa Pérez





CRÍTICA A “EL MARCAPÁGINAS”



Valladolid, 6 de septiembre de 2007



Queridísima Marisa, señora guapa, simpaticona e inteligente:



Oye, que he prestado tus libros a mi santa esposa, y ésta a una amiga, y las dos se muestran encantadas. Dicen que sirven perfectamente para argumento de una novela televisiva de éxito.

Estoy  plenamente de acuerdo, pero ¡ojo! Vamos a ver, aunque tu hija haya visto en mí a un abuelillo majete y tú a un padre “adoptivo” y seáis para mí una nieta y otra hija más, ambas maravillosas y a quienes quiero en sumo grado, bastante más que la trucha al trucho; más, mucho más que el escarabajo a la escarabaja.

¿Estarás contenta, no? Bien, pero no olvides quién soy, un criticón compulsivo incapaz de resistir la tentación de chismorrear sobre tus escritos, por supuesto, por delante el mucho cariño y estimación que me mereces, sumado al sincero deseo de ayudar, y a la evidente advertencia de que soy de Cornón y los cornitos estamos más para recibir que para dar consejos.

         Señora escribidora, pues eso, que yo también estoy enfrascado en la lectura de “El Marcapáginas”, pasándolo bien con el modo y manera con que creas y afrontas relaciones familiares, complicados conflictos existenciales, laberintos mentales y afectivos y todo esa cadena de peripecias y notables coincidencias en que involucras a tus protagonistas. Eres realista y por añadidura se te da de fábula montar diálogos y tus personajes están todo el rato güiri güiri, lero lero, que si timba que si mandinga, esto es, largando cantidad por la boquita; más o menos el ochenta por ciento del libro son diálogos, y aunque bien llevados, a veces pueden agobiar un poco.

         Marisa, corazón; exmillonaria, exgritona, lo fácil para mi es el elogio, los aplausos, pero como digo, la confianza, la muchísima confianza amistosa, -sin que tampoco quiera exceso de confianza-, me autoriza a chincharte un poco con comentarios y sugerencias, planteando, por ejemplo, que quizá ... Bueno, entendámonos, no creo que encuentres mucha sensatez en mi razonamiento, pero como tú vales mucho, muchacha, y sabes poner todo el corazón en poner las cosas bien y superarte, juzgarás si tal vez merezca la pena que en tus próximos libros eches a volar la fantasía, que es los ojos del alma, te metas en la mente de la gente y dejándolos solos con sus pensamientos, como si dijéramos que existe una complicación interior, la de la conciencia, permitas que fluya a sus labios y se desplayen echando fuera sentimientos, reflexiones, emociones...

Más propondría, sembrar los escritos, aquí y allá, de anécdotas, metáforas, historias, frases ingeniosas, razonamientos, etcétera, etcétera.

         Resumiendo: que lo principal, lo mejor, lo interesante no ocurra sólo fuera abriendo mucho la boquita, que también cuenten los monólogos íntimos para dar a la lectura más variedad, amenidad e intríngulis.

         Estupenda amiga Marisa, fervientemente te deseo con todos los tuyos, salud, suerte y felicidad.

viernes, 22 de noviembre de 2013

ALEGRE MANERA DE EMPEZAR EL DÍA



Querido yayo Félix: No puedo estar más de acuerdo contigo, pues aunque soy poco contempladora de amaneceres, sí lo soy de atardeceres y puestas de sol maravillosas como las que podemos disfrutar cada día; mucho más en otoño.

Ningún director de cine, fotógrafo o diseñador, es capaz no ya de igualar, si no de plasmar con verdadero realismo lo que el cielo nos regala cada día con sus antojadas nubes coloreadas por el sol; ni un día igualado a otro.

Ahora tienes la suerte de disfrutar todos los amaneceres desde un lugar privilegiado. Estoy segura que tú eres artífice y diseñador de ese espectáculo maravilloso para que cada día nos acordemos de ti. Gracias, pero no es necesario porque eres inolvidable.

Ahora me despido hasta la próxima enviándote un gran abrazo para que se lo entregues mi padre, y le pidas que te de otro de gran intensidad que yo le envío para ti.

Dulces sueños a los dos yayos más rechulos y guapísimos.


Marisa Pérez


ALEGRE MANERA DE EMPEZAR EL DÍA

 Valladolid, 25 de Noviembre de 2001
Queridos hijos: He hablado con Rocío y ha mencionado al sol y al mar, lo que me ha refrescado la memoria respecto a que siempre he sido un apasionado contemplador de amaneceres sobre el mar.
Aún recuerdo vivamente la primera vez. Era joven y viajaba en tren, de Valencia a Barcelona, con mi madre visitando a mis hermanos.
Al paso por Tarragona yo dormía y la autora de mis días me despertó para que no me perdiera la espectacular y emocionante salida del sol sobre el Mediterráneo. También contemplé espectaculares nacimientos del día viajando en barco hacia México; desde Acapulco en el Pacífico, y más recientemente en Melilla, que me  tiraba de la cama aún oscurecido para contemplar desde  el perfecto mirador de la casa de Rocío  frente al mar la salida del sol.
El espectáculo es, a mi entender,  una de las maneras más alegres  y saludables de empezar una jornada. Ser testigo presencial de cómo tiene lugar el nacimiento de un nuevo día permite contagiarse de esa magia especial que irradian  las primeras horas de la mañana, en las que se van  borrando  las estrellas del cielo, la oscuridad se desvanece para dar, poco a poco, paso a la luz.
         Contemplando el amanecer siente uno como que la vida es más alegre y menos conflictiva. Los primeros rayos de luz  hacen que algo se renueva en el cuerpo por dentro y por fuera. La amplia gama de colores que se despliegan ante tus ojos con la llegada del Astro Rey es -me atrevo a decir- una terapia natural que agradece la piel y la vista.
         Dicen los expertos, y cierto ha de ser, que también ejercen acción beneficiosa sobre las células cerebrales, removiendo las neuronas, produciendo  marcada sensación de bienestar.
         Hijos, ser contemplador del día es comprobar en cierta medida que los milagros existen y son cosa de cada día si se mantienen bien abiertos los ojos para percatarse de ello. Y sobre todo, aún a mí ya mayorcito, me hace ilusionarme y fantasear con la idea de que todavía me quedan días por delante para disfrutarlos.
         Besos y abrazos.                

viernes, 8 de noviembre de 2013

FERNANDO... DURA BATALLA CONTRA EL CÁNCER



Querido yayo Félix. En estos días acaban de cumplirse tres años de la partida de Fernando y entre tus cartas encontré estas dos que en homenaje a él, a Eva, Raquel y Fernando, he querido publicar hoy en recuerdo de sus días felices.
¿Recuerdas cuando las escribiste? ¡¡Cuanta pena!! Reflexionabas en hipótesis lo que pronto comprobarías por ti mismo.
       Sigue doliendo tu no presencia física casi como el primer día…

Duces sueños querido yayo Félix para ti y mi padre y hoy también para Fernando y todos cuantos duermen junto a ti.

FERNANDO-2-11-2010

Querida Rebe: Con Fernando ante la tragedia del fin de su vida, la enfermedad es dolor, la muerte es dolor... misericordiosamente han logrado suprimir el dolor y sus últimas horas son menos angustiosas, pero frente al drama uno se pregunta ¿qué es el hombre? ¿Qué sabemos de nosotros mismos? La realidad pura y dura es que venimos al mundo a cumplir una misión y la de Fernando está cumplida, ¿y ahora qué? Todo se reduce a hundirse en la nada o por el contrario, el cuerpo no es más que la sombra del alma y ésta por ser algo totalmente diferente del cuerpo se encamina hacia otra dimensión, hacia otro destino feliz que sobrepasa las fronteras de esta mísera vida terrestre

¿Tú cómo lo ves?
Chao, besos.
Félix


DURA BATALLA CONTRA EL CÁNCER   -5-11-2010

Raquel, querida nieta: La pérdida del padre es una de las más tristes cosas que nos pueden ocurrir en la vida, en vuestro caso especialmente, que habéis pasado por la tristísima situación de  vivir con él la dura batalla contra el cáncer y hacer frente al dolor de verlo morir día a día. El gran sentimiento de tristeza te ha hecho llorar mucho, pero llorar es bueno, el llanto sirve de válvula de escape liberadora de la angustia
Llorar significa desahogar el corazón, y tu hermano no ha llorado, la tristeza se le ha quedado dentro. Por fortuna no os ha faltado, no te ha faltado el apoyo moral de familiares, pareja y amigos que ayudan a superar la pena. Terminó la dolorosa experiencia, ya Fernando descansa en paz.

 Abrazos y besos.

Félix

domingo, 3 de noviembre de 2013

RECUERDOS DE MI INFANCIA



Querido tío Paulino: Ya desde tiernito infante se te notaba que ibas para religioso ayudador de los más desfavorecidos y aunque no dudo que de jovenzuelo nuestro querido Yayo Félix, debió ser un pillastre de mucho cuidado, bien cierto es que eso os sirvió a los dos para vuestros posteriores caminos en la vida.
También es cierto que la distancia se interpuso entre vosotros durante demasiados años y leer sus cartas nos ayudó a todos a conocer más profundamente a nuestro adorado y añorado “gruñoncete”, que ahora estará dando lecciones de su buen hacer en la vida junto a su querida hermana Evangelina, su querido padre, su adorada madre;  su amigo Antonio (mi querido padre); y todos aquellos a los que amó y por los que fue amado… los mismos por los que tú sigues rezando.
Una abrazo fuerte querido tío Paulino.

Marisa Pérez Muñoz

RECUERDOS DE MI INFANCIA 18-10-2013

Mi querida familia: Aunque ya longevo, trato de recordar y contaros las pequeñas aventuras de mi niñez; yo estoy convencido de que ya desde niño lleva uno las inclinaciones que durante su vida le van a ayudar o dificultar su comportamiento: Félix contó en varias ocasiones que yo era un "atropalotodo", en una ocasión me encontré un parche de un burro, -de aquellos que se ponían para curarles las heridas y que no se les llenara de moscas la llaga- por la parte de afuera era bonito ( o eso me pareció a mí ) pero podéis imaginaros lo feo que estaba por dentro, yo la importancia, en mi sencillez de niño, se la daba a lo bonito; me fui a casa gritando de alegría por mi prodigioso hallazgo, pero al llegar todos me gritaron: “¡Tira eso "cochino"!” Yo lo tiré de inmediato. Mi santo hermano, no se cansaba de recordármelo y yo siempre he reflexionado: ellos miraban la cosa fea y yo sólo miraba la bonita; muchas veces en mi vida me sigue gustando ver el lado bueno de los sucesos.

Otro recuerdo que se ha convertido en el sentido de mi vida es, ayudar: Mi madre era pobre y yo siempre soñaba en trabajar algo para ayudarla.
El 13 de Junio en Guardo había una feria en una gran explanada junto a una Ermita a unos tres Kms.
Después de subir un monte, toda la gente iba en romería a la Misa; los hombres a vender y comprar vacas, las mujeres después de Misa a comprar sus cosas y comadrear; los chavales a correr y jugar sin cansarse…
Entre las cosas que vendían había botijos; yo le pedí a mi madre que me comprara uno y cuando lo tuve en mis manos, ahí me voy volando a llenarle de agua fresquita, pues la única fuente estaba como a 100 metros. Como hacía calor y -sobre todo los hombres-, estaban ocupados, yo iba con mi botijo vendiendo el agua a perra chica el trago.
Aquellos hombres con bastante sed, cada trago bajaba enormemente el nivel del botijo, pero yo feliz que mataran la sed, aunque tuviera a cada poco ratito ir y volver corriendo a la fuente.
En la tarde todos volvíamos felices. Los otros chavales porque habían jugado mucho y yo porque llevaba los bolsos llenos de perras.
Al llegar a casa a gritos le decía "MADREEE" tenga que bien le vendrán".
¿Quién había disfrutado más? todos, cada uno según sus ilusiones.

Os contaré otro, de los muchos que recuerdo: En Guardo, los hombres, por turno cuidaban todas las vacas del pueblo y se pasaban la noche en el monte, en la mañana las traían para ordeñarlas; a los chavales nos tocaba cuidar los terneros o sea los jatos, cerquita del pueblo en un prado común llamado "La Cuesta". En la parte de abajo de La Cuesta pasaba el tren "La Robla-Bilbao” de vía estrecha que eran sólo cajones sin asientos pero en la estación vendían de 1ª 2ª y 3ª clase.
Cuando llegaba a una cuesta, gritaba en interventor: “los de "1ª clase" quédense arriba, los de 2ª suban la cuesta caminando, los de 3ª a empujar el tren”. ¿Chiste?
Pues bien, un día que le tocaba a Félix cuidar los jatos, -los dos nos turnábamos-; me pidió que le reemplazara y me daba un real: para mí una fortuna, pero es que prometer no empobrece, dar es lo que aniquila; pero yo que todo se lo creía me fui feliz. A media tarde pasó el tren repleto de milicianos, yo por darme importancias, levanté el puño y grité: “viva Rusia”
Se armó gran alboroto en el tren y uno hasta me tiró cuatro perrinas, al menos eso es lo que me encontré yo después de mucho buscar entre aquella yerba, pero después cuando se lo dije a Félix me decía que me habían tirado reales y hasta pesetas… (Pobrecitos) ¡¡Como para tirar pesetas, estaban ellos!!
Me decía que me habían tirado como 20 pesetas (ni un avión las valía,) y que como a él le tocaba cuidar los jatos que por derecho le tocaba la mitad, y me quitaba todo.
Cuando había cine mudo, él se las arreglaba para ir al cine y yo "al cine de las "sábanas blancas" claro que ya en la cama primero pensaba en el gordo y el flaco y al ratito a roncar.
No penséis que con estos cuentitos trato de hacerme el bueno, es cierto que mi hermano mayor era un poco bandido, pero tenía sus muchas y buenas cualidades como lo demostró en su vida: Fue un buen Maestro en varios pueblos sin haber asistido a la Universidad. En Saldaña armó una radio que se oía en todo el pueblo: "Radio Saldaña".
En México las tarjetas de Navidad; hasta Ferrándiz decía, que las hacía mejor que en España.
Me ayudó a hacer un Nacimiento de movimiento que se hizo muy famoso; hizo los muebles de su casa; presumía de buen cocinero y al final nos dejó escritas unas cartas con una memoria nada común.
Él en sus cartas siempre insistía que la mayor alegría era hacer felices a los demás. Él lo decía y yo lo he cumplido.

Ojalá en algo disfrutéis las aventuras de vuestro padre y tío. Hasta la próxima.

 Os amo mucho.

 Paulino.