Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

sábado, 8 de diciembre de 2012

QUERIDOS SERES QUERIDOS... ADIOS YAYO FÉLIX



QUERIDO FÉLIX

Querido Félix: Te fuiste y ahora ya sabes lo que hay después. Estoy segura que mi padre salió a recibirte y ahora volveréis a compartir charletas y buenos ratos.

Aunque evidentemente el amor de un padre es único, tú me quisiste como si realmente lo fueras y bromeabas diciendo que eras mi padre adoptivo, así me querías y así te quise. En muchos aspectos fuiste un ejemplo para mí y así te lo hice saber en multitud de ocasiones y aunque te empeñabas en decirme “adorable exagerada”, me hacías sentir importante y me decías que por mi forma de ser  llegaría muy lejos; que nada se me pondría por delante a la hora de defender la verdad, aunque las verdades duelen.

La maldita enfermedad te arrebató de nuestro lado en muy poco tiempo. Cuando dio la cara ya era demasiado tarde para ponerle remedio pero has sido valiente hasta el final; sin quejarte y sin dejar de sonreír.

Has sido ejemplo de amor hacia los tuyos que ya han recibido una herencia no declarada en notaría de incalculable valor. Herencia que me dejaste en exacta medida a la de ellos y que ahora en agradecimiento procuraré disfrutar y revalorizar para que no se pierdan tus ilusiones.

Tu recuerdo me dará fuerzas para defender siempre mis ideales como tú lo hacías y seré la mejor madre y abuela para que continúes estando orgulloso de mí. Seguiré escribiendo lo que pienso y siento le pese a quien le pese, porque así lo aprendí con tu ejemplo y porque así conseguimos y seguiremos consiguiendo lo que pretendimos.

Ahora seré la mano que escriba lo que me dictes. No me temblará el pulso al hacerlo. Publicaré cada día una nueva carta y nuestro proyecto continuará tan vivo como siempre.

Querido Félix, una vez más te digo que te quiero. Te envío muchos abrazos para que se los des de parte mía a mi padre.
Intentaré ser tan buena persona como los dos habéis sido, aunque será difícil de superar la cantidad de amigos que de corazón te lloran. Difícil igualar tu tesón para afrontar la vida y la muerte. Prueba de ello ha sido tu carta de despedida.

Te fuiste callado, rodeado de todos los tuyos: de los que más amaste y te amarán siempre.
Te quedaste dormido sonriendo dulcemente con la paz que da tener la conciencia tranquila; el saber que hiciste en la vida lo mejor que supiste y pudiste.

Tu querida madre te esperaba con los brazos abiertos para acurrucarte en su pecho como tanto ansió y ansiaste. Tu padre te recibió con un fuerte abrazo y un ¡Bien muchacho! ¡Supiste ser un gran hombre!

Tu cuerpo desvalido en los últimos días, ahora será como tú quieres que sea; apariencia joven y robusta de hombre que quiso comerse el mundo y lo consiguió.

Seguirás para siempre siendo ejemplo de cornito; defensor del terruño que te vio nacer. Amante de la vida: hasta el último momento quisiste aprender con el ánimo de enseñar.
Abuelo que mereció un Oscar al mejor de todos, otorgado por tus nietos que hoy no pueden creer que ya no estás.
Para tus hijos has sido el mejor padre y desde hoy la estrella que brilla con más fuerza de todas las que inundan el firmamento limpio e inigualable de Cornón. Tu Cornón.

Serás el guardián del Campo Grande y el charro más apuesto de todo México.
Cada vez que vea amanecer pensaré en ti, en tu franca sonrisa; escucharé tu voz llamándome gritoncita ricachona y te diré mi querido gruñoncete, que aquí te seguimos queriendo y sintiendo que nunca nos abandonarás. Seguirás por siempre vivo en nuestros corazones.

Si pudiera elegir la forma de abandonar este mundo quiero que sea como tú los has hecho… Viejita nonagenaria, con la mente lúcida, sin dolor, sin deudas pendientes  y en mi casa, rodeada  del amor de los míos.

No olvides que te veré junto a mi padre. Ahora a los dos os miraré en forma de estrella cada noche para desearos con todo mi amor:
 Dulces sueños.
 Mis queridos seres queridos
Valladolid, 1º de Noviembre de 2001
Como la gente no dura como las piedras, es decir, porque la vida es flor de cuatro días, un relámpago entre dos eternidades, una delante y otro detrás, en estos días de difuntos me gustaría saber que es la muerte. ¿La muerte es un paso adelante o un paso hacia atrás? Cuando uno se muere ¿qué sucede? ¿Muere uno para renacer con más fuerza en otra dimensión desconocida para supervivir eternamente, o se muere uno de verdad y sanseacabó y sanseterminó, reduciéndose el alma y el cuerpo en el polvo que somos y en el que revertiremos de manera rotunda y definitiva?
Viene esto al caso por el hecho de que en esta fecha de Todos los Santos va la gente carganda de flores hacia los cementerios, algo que no va conmigo en absoluto, porque considero que las flores, en realidad, sirven para muy poco, únicamente benefician a quienes abusivamente negocian con ellas. A los amigos de la Naturaleza las flores nos parecen preciosas, pero en sus tallos, y el muerto, con o sin flores, bien muerto está, y cuanto menos espacio ocupe ya, mejor que mejor; razón por la que me  inclino por la alternativa de la incineración  y esparcir después mis cenizas por los campos de Cornón, con lo que no ocuparé espacio  cual ninguno. Deseo quede claro que prefiero un lugarcito en vuestra memoria que una tumba ancha y cómoda. Estaréis conmigo en que los difuntos donde deben permanecer es en la mente de los vivos, porque ello significará que aun no han muerto del todo.
Como veis estoy empezando a mirar a la muerte cara a cara, y es lógico, viejo ya, aunque florido todavía, pero plenamente consciente de que piso el estribo de la vida, y como la muerte se la pasa acechando a la vida, y al tener más fuerza, cualquier día, ve tú a saber cuándo, pero por supuesto, no lejano acabar  conmigo. Espero, sean cuales sean las insospechadas circunstancias que rodeen mi última hora, sea capaz de comportarme con dignidad y valentía. Me imagino la escena: un día ¡ay! que me pongo malito, más pachucho, peor aún; que me muero, que me muero, que ya estoy muerto.
Antes de que llegue el postrer momento podéis, si lo encontráis razonable, alargar mi vida hibernándome durante el próximo siglo, y a ver qué pasa. En caso contrario tampoco importa demasiado, al fin, como se suele decir, la vida consiste esperar algo distinto de lo que hacemos, y con la muerte podemos confiar que así será. Pero para que más que la puritita verdad, yo no soy ningún valentón inconsciente que digo  no temo a la muerte, porque por mi gusto ¡mangos me muero¡ prefiero seguir felizmente vivo, y de momento lo que cuenta es escapar de ese raro oficio de difunto.
El difunto Félix, qué raro suena. Todos nacemos llorando... y no se muere riendo, y es lógico que así ocurra según está  montada la muerte. Trato de no imaginarme la escena para no sentirme presa de un sentimiento de  tristeza.
Más placentero sería abandonar este mundo un poco tonto donde no deja de bullir la estupidez, si difuntearse  fuese romper de pronto en burbujas aromatizadas que se desvanacieran voluptuosamente en el aire como las esencias, impregnando el ambiente con una fragancia inmarchitable a flores, o bien, que todo nuestro ser se desintegrase desmaterializándose y la energía que contiene transformada en vibraciones eléctricas , difundiéndose en el éter, ese sutil fluido que llena el espacio celeste, y así hasta empotrarse, hasta incrustarse con Dios. De esa manera  morir sería otra cosa.
Pero aún hay algo más. Tocante a Dios no las tengo todas conmigo referido al recibimiento que se me otorgará. Después de vivir sin mirarle, sin mirarnos en Él, sin tenerlo en cuenta, alejado y desinteresado, cuál será mi respuesta si me pregunta:
-¿Qué querías? ¡Si lo tenías todo hecho!  Si te puse en el camino y te impulsé a correr en pos de la felicidad, ¿qué más querías? Y, efectivamente, ¿por qué no corrí y fui todo lo feliz que pude haber sido?
No obstante voy a despreocuparme y no sufrir anticipadamente, esto atendiendo a dos importantes consideraciones: una mala persona no me considero, sencillamente  porque sé perfectamente que serlo es una enorme torpeza, además porque tengo la firme convicción   de que el  Juez Supremo es infinitamente misericordioso.
Ahora bien, lo que me hace sentir atrapado  en un sentimiento de frustración es admitir que, quizás como padre he resultado un fracaso, entre otras cuestiones por gruñón, con prontos belicosos e insultativo. Y resulta  que por eso mismo, no ser mi conducta eficiente, siento que constituye estricta obligación hablaros sentenciosamente entes de partir hacia el Más Allá, aunque quizá, cargados de razón diréis que vale más un ejemplo que cien consejos pero ya no hay tiempo, sin embargo espero atendáis los pocos, sencillos y provechosos que aquí os doy, porque pueden ayudaros  a vivir cabal y correctamente:
1.     Derrochar buen humor, reír mucho, con la boca, con los ojos, con el corazón y con todo el cuerpo. La risa es al hombre lo que el sol a las plantas.
2.    Ser  maniáticos de hacer el bien y de evitar disgustar a los demás.
3.    Mirar siempre a las personas y las cosas con ojos alegres y por su mejor lado.
4.    Procurar abrir poco la boca para decir algo, y hacerlo con un tono moderado de voz. No tiene razón de ser hablar taladrando oídos ajenos.
5.    Creer en Dios ayuda a vivir.
Vaya hacia vosotros mi enorme gratitud y todo el amor de mi corazón por los tantísimos días alegres y felices que he pasado a vuestro lado.

         Un hasta siempre de vuestro padre y abuelo:
Félix

viernes, 7 de diciembre de 2012

MI DOCTORA Y YO




Querido yayo Félix. Esta carta escrita en julio de 2001, me da pie a hacer mi comentario y cambiar el título original por el de “Mi doctora y yo”.
Vas mejorcito pero aun no tienes fuerzas para escribir tu carta diaria. Tranquilo que todo se andará.
       
Ya sé que has visitado brevemente el “hospi” y has tenido la suerte de ser atendido por una doctora a la que sólo le faltaban las alas para ser un ángel ¿Estás seguro? ¿Has mirado bien?
        Que un profesional haga a la perfección su trabajo no es mérito, es obligación y si ese profesional es doctor, la obligación debería llegar más allá y casi siempre se queda más acá, por eso cuando además de médico es humano, ya no va más.
        Afortunadamente esta doctora además de profesional, ha sido humana. Te ha tratado con todo el amor del mundo y además ha sabido ponerte el correcto tratamiento que te ayudará a superar el bajón emocional que has sufrido al verte pochito y sin fuerzas y no entender por qué.
        Sé que te agradará que además de haberle dado tú personalmente las gracias por su forma maravillosa de tratarte, desde aquí también se las dé públicamente en nombre de tus hijos –que también se las dieron en persona- por haberte mostrado tanto cariño y haberte levantado el ánimo dando acertadamente en la diana con ese tratamiento que va a curarte más rápidamente. Pili me cuenta que esta doctora te asistió como si estuviera mimando a su propio padre ¡ahí es nada!
        Cierto que ya eres mayor y para la edad no hay medicina; no existen pastillas que quiten años; pero sí para que un hombre valiente y fuerte como tú, tenga ganas de seguir con sus paseos, sus visitas al centro de amiguetes añosos y sus ganas de continuar escribiendo preciosas cartas e incluso recopilar esas riquísimas recetas de cocina que espero degustar junto a ti en casa de Pili; tu hija para la que escribiste la siguiente carta agradecido con tu doctor de cabecera.
Cuando la escribiste quizás lo estabas y durante años lo estuviste, pero claro, sólo necesitabas recetas y eso, si me dan el nombre, hasta yo podría hacerlo, pero este señor no supo estar atento cuando tu cuerpo comenzó a dar señales de que algo no iba bien y en vez de mirar tu anatomía, se fijó en tu edad y decidió que a tus años, todo era normal.
Quizás el proceso de tu problema hubiera sido idéntico, pero si te hubiera puesto tanta atención como lo hizo ayer la doctora, vete a saber si hubieras sufrido mucho menos al ponerte un tratamiento adecuado mucho antes.

Publico la carta de hace 11 años largos intuyendo que si tuvieras fuerzas suficientes le habrías escrito a tu doctora palabras hermosas y a ese doctor como mínimo tirones de orejas para que no se aferre a la edad de un paciente y emplee sus conocimientos en algo más que lucir una bata blanca parapetado tras amplia sonrisa… Eso también lo sé hacer yo que no estudié medicina ni gano su sueldo. Por eso a este doctor le diría que si no es competente, deje su puesto para quien sí lo es.
       
        Para nuestros fieles lectores (que son muchos), les envío un fuerte beso y a ti, te mando mi ración diaria de cariño suavecito para no abrumarte, pero intenso y con medicina para que te despachuches rapidito.
        Te quiero guapo.

Marisa Pérez Muñoz




MI MÉDICO Y YO
Valladolid-17- de Julio de 2001
 Querida hija:
Hoy he acudido al médico, simplemente a por medicación, pero como me trata y me mantiene estupendamente de salud, he aprovechado para elogiar con todas la sinceridad del mundo su éxito y su logro, porque tengo bien observado que los médicos también son seres humanos y basta una palabras de gratitud para provocar una reacción de alegría capaz de  aumentar su interés y generosidad como la capacidad para resolver problemas. Y es que, sin duda alguna, la gente cuando está contenta es más lista.

Se dice, con certeza, que en la salud influye decididamente el humor del doctor al margen de sus conocimientos y valía profesional, el médico es mejor médico si es feliz y está contento, pues trata mejor a sus pacientes y los diagnostica más rápida y certeramente. Esto es algo que a poco que uno se fije lo nota muy claramente. Por consiguiente, y en definitiva, lo que importa es que nuestro médico tenga alto y alegre el ánimo. Yo, por ello, trato de ser su amigo, mostrándome agradecido.

El éxito de la relación médico-paciente digamos que tiene mucho de algo así como de arte, pero también es una técnica que se basa en detalles que pueden parecer nimios, pero que no lo son tanto. Yo lo tengo muy en cuenta y así actúo, creo que es lo correcto, solamente es cosa de ponerse a considerar que a veces, no pocas, tienen que tomar decisiones difíciles.                

Besos y abrazos de tu padre

jueves, 6 de diciembre de 2012

QUERIDA HIJA PILI (O QUERIDOS HIJOS TODOS) POR SER EL DIA DE TU SANTO



Querido Yayo:
Pese a no ser tan madrugadora como tú (en absoluto); hoy la salida de tu querido astro rey me ha pillado fuera de los brazos de morfeo y te entiendo. Realmente es bonito ver aparecer el sol desperezándose entre las nebulosas inundando de una preciosa luz el amanecer. Un nuevo día en que me informan que has pasado la noche tranquilo, lo cual podrás imaginar me llena de alegria.

 Aquí me tienes con una nueva carta. Está dedicada a Pili en el día de su cumpleaños y como tan sólo fue hace unos días y no tuve ocasión de publicar a tiempo, hoy me parece buena idea que sea esta y no otra, aunque bien podría titularse  Querido hijo Jose; Querida hija Eva, Querida hija MariCruz; Querida hija Rocío; Querida hija Diana o Querida familia, porque en semejantes deseos felicitaste  alguna vez a todos ellos, incluída tu "Indita Huachichila" o a mí.
Te deseo un mágnífico día y como siempre te envío todo mi cariño y apapachos intensos pero flojitos para no estrujarte demasiado.

Te quiero guapísimo.

Marisa Pérez Muñoz

QUERIDA HIJA PILI POR SER EL DIA DE TU SANTO

                                      Valladolid, 30 de Noviembre de 2001

Querida hija: Por ser el día de tu santo que un bando de jilgueros lleguen a tu ventana a trinarte alegremente las mañanitas.
         Por ser el día de tu santo sientas ese temblor interior que es Dios.
         Por ser el día de tu santo hayas dormido seráficamente  y tirado de la cama más feliz que nunca.
         Por ser el día de tu santo seas feliz como las mariposas y las flores.
         Por ser el día de tu santo todas las ilusiones se te hagan realidad.
         Por ser el día de tu santo un coro de ángeles bajen  del cielo a susurrarte al oído " Feliz, feliz en tu día".
         Por ser el día de tu santo que te ocurran fabulosas fantasías y todo te resulte extraooordinariooo.
         Por ser el día de tu santo te sueñes en un cuento de hadas.
         Por ser el día de tu santo  seas feliz como la emperatriz de las mariposas disfrutando de la luz y de las flores.
         Por ser el día de tu santo la luz se rompa y aparezca el arco iris.
         Por ser el día de tu santo tengas el más grande contentamiento dentro de tu cuerpo.
         Por ser el día de tu santo te sientas viva y feliz y envuelta en el frenesí de la vida lo celebres con las dos "ces" de lijo: cava y caviar.
         Por ser el día de tu santo al cielo se le caigan las estrellas a tus pies.
         Por ser el día de tu santo sientas la euforia espiritual de los seres seráficos.
         Por ser el día de tu santo un ángel baje del cielo a besarte en la frente, rascarte la espalda y hacerte la cama.
         Por ser el día de tu santo rías feliz, porque la risa y la alegría son al hombre lo que el sol a las flores.
         Por ser el día de tu santo tu alegría se fundamente en hacer felices a los demás.
         Por ser el día de tu santo se abran de par en par las puertas de tu corazón a los sentimientos y a las emociones.
Por ser el día de tu santo estreches aún más tus relaciones con Dios.
Por ser el día de tu santo haz creer e los demás que son seres maravillosos.
         Por ser el día de tu santo cree en la fuerza del bien.
         Por ser el día de tu santo desbordada de entusiasmo veas el mundo a través de un cristal de color rosa.
         Por ser el día de tu santo alucines en colores y te sientas elevada en una alfombra voladora.
         Por ser el día de tu santo goces la felicidad inefable de sentir acurrucado en tu corazón un ángel.
         Por ser el día de tu santo te convenzas plenamente de que la tónica de la vida es la alegría.
         Por ser el día de tu santo sientas la imperiosa necesidad de ser feliz haciendo dichosos a los demás.
         Por ser el día de tu santo te sonrían las flores.
         Por ser el día de tu santo seas feliz al más alto nivel.
         Por ser el día de tu santo relájate, alégrate, tonifícate, vivifícate y pásalo chiripitiflauticamente.
         Por ser el día de tu santo que veas a Dios en todas las partes.
         Hija, por ser el día de tu santo pide al cielo que este viejo cascarrabias que es tu padre que por algún tiempo aún su corazón palpite lleno de fantasía y emoción.
Querida hija, por ser día de tu santo tu padre te besa y abraza con todo el amor del mundo.