Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

jueves, 20 de enero de 2011

MIMAR AL CORAZÓN

20/01/2011
Querida Rebeca y todos los demás seres queridos:
 Mi tocayo es un perfecto hombre de bien, un alma buena por naturaleza, consecuentemente, el apelativo “Félix el Malo” no tiene relación con la conducta, la razón es cuestión de salud, un tubo de plástico le recorre el cuerpo desde el tobillo al corazón en sustitución de una arteria averiada.

Inevitablemente, con el corazón de mi amigo seriamente herido, el mío con una cantidad enorme de latidos a su espalda, a ojo de buen cubero, y si mis cálculos son correctos, próximo a los trescientos millones, que ya son pulsaciones. A esto se ha de sumar que las complicaciones cardiacas son la causa principal de la muerte de la gente, y por añadidura, como nadie está libre de una muerte repentina, son motivos sobrados y suficientes para tomar cartas en el vital asunto para recabar información sobre las causas que ocasionan el problema y como evitarlo en lo posible.

No se puede ignorar que el origen de las mismas proviene de un equivocado ritmo de vida, inadecuada alimentación, estrés, enfados, falta o exceso de ejercicio…De ahí que al primer dolor pectoral surja la temerosa pregunta, ¿Estoy sufriendo un ataque cardiaco?

Vamos a ver, un ataque se produce cuando una arteria coronaria encargada de suministrar sangre al corazón es una autopista de colesterol convertida en una carrera de obstáculos y el dolor que sufre la víscera cardiaca es señal evidente e inmediata del accidente, que de tratarse de un dolor sordo con fuerte opresión en el centro del pecho que irradia hacia el pescuezo y la mandíbula es indicación de que se trata de una angina de pecho, que suele sobrevenir de un esfuerzo intenso y está provocado por un coágulo que bloquea la afluencia de sangre al corazón. Con el reposo suele desaparecer.
Por otra parte, el temido infarto también hace su aparición en forma de intenso dolor, pero se diferencia en que desde el pecho se extiende al brazo izquierdo. Es más grave y deja secuelas por la falta de oxigeno que ha creado.

No cabe vivir guiados por la ignorancia, queda meridianamente claro que al músculo cardiaco hay que llevarlo en palmitas, tratar con mucho miramiento considerando que nos ha de durar toda la vida y que la tal vida no retoña. Pero ojo al dato, mimar al corazón resulta sencillo, consiste en llevar un ritmo de vida gratificante que nos permita disfrutar de las mil pequeñas  cosas cotidianas sin exceso de prisas por nada, seguir una alimentación correcta pobre en grasas  y rica en frutas y verduras. Si estamos bien surtidos de sentido común y queremos que nuestro corazón  funcione como un reloj suizo, hemos de evitar acelerones que obliguen a la válvula cardiaca a latir atropelladamente, alejar de nuestro lado desasosiegos, inquietudes, nerviosismo excesivo y emociones fuertes, porque cierto que de algo hemos de morir, pero como sólo se muere una vez, no hay que dar motivos para que ésta se precipite, que espere un poco todavía, no hay prisa.

Queridos seres queridos, vuestros corazones en estado juvenil con capacidad para arrebatos de entusiasmo y pasión  están lejos de tales problemas, pero no estará mal, nada mal, tomar buena nota de que hay que aprender a ser buenos viejos cuando se es joven.

Abrazos, besos y os quiero ver a todos saludables, en paz y felices.

                                  Félix


martes, 18 de enero de 2011

LOS PUENTES DE MADISON

 Tras cerrar la puerta, cada casa encierra una Franchesca que sin darse cuenta, espera que su amado se convierta en Robert.
No desea cambiarlo por otro porque es el que ella misma eligió enamorada, aunque diste mucho de ser lo que esperaba a cambio de darlo todo... No sólo de pan vive el hombre... ni la mujer

Muchos y grandes besos.

Marisa Pérez

17/01/2011 22:13

Querida Rebeca y todos demás seres queridos:

 Reconozco que tocante a cine soy un tipo raro, raro, raro, será, supongo, por la razón de que abundan las películas basura. Por supuesto, tampoco escasean las estupendas. Por citar una, la que acabo de ver en la tele: “Los puentes de Madison”, un drama romántico, sencillo elegante, emocionantes, magníficamente interpretado por la bien formada pareja, Maryl Steep, (Francesca) y Clint  Eatwood, (Robert).
Vamos a ver, el esposo y los hijos realizan un viaje turístico de fin de semana, la esposa no les acompaña; con tal decisión la tranquilidad y el monótono siempre igual de ella -Francesca- una buena y plácida ama de casa de mediana edad, se ve perturbada con la llegada  ocasional a su granja de un talludo fotógrafo de la revista Nacional Geographic que realiza una serie de fotografías del Puente, con cuya presencia la vida de la granjera cambia; conoce un mundo distinto a la rutina diaria y sensaciones que nunca antes había vivido, ello en razón de  nacer en la nueva pareja un verdadero, apasionado y otoñal amor a primera vista.
Contado a grandes rasgos, Francesca, con el corazón contento y bien dispuesta a la alegría, en la gozosa circunstancia que viven suya es la  iniciativa en todo momento  y suya la invitación  a cenan en su casa.
Maryl, excelente actriz, me encanta, está muy bien como exterioriza su alegría, por poner un ejemplo, eligiendo y estrenando un vestido para la ocasión y mostrándose activa con movimientos de manos nerviosos y simpáticos.
Cuatro días viven los enamorados repletos  de alegría y buen humor, disfrutando de la magia del amor y de todo lo bonito  y emocionante por lo que están pasando, pero llega la hora de la despedida con el regreso de los hijos y el esposo a quien acompaña a la ciudad, y en esos inolvidables momentos finales, ante el semáforo rojo y verde, están las escenas realmente emocionantes, llenas de gestos sin palabras.
Llueve a cántaros, empapado, chorreando agua el hombre íntegro, duro que vive recorriendo el mundo, llora de amor bajo el aguacero. Ella con lágrimas en los ojos y la mano en la manilla del coche resiste la fuerte tentación de dar un paso fundamental en su vida, escapar hacia la libertad, hacia la felicidad, hacia el amor, pero la responsabilidad, o el temor a la sociedad, al futuro, a la seguridad económica, al dolor de romper con el esposo, que aunque ya no existe ni un atisbo de pasión, se basa en  el cariño a los hijos y en esos mil detalles que hacen que las parejas duren, aunque el amor ya se haya agotado.
No me resulta sencillo juzgas si la decisión de Francesca fue acertada y coherente, si actuó valientemente, o se mostró cobarde, o quizá egoísta optando por lo fácil, renunciando a sus sueños para volver a ser la apacible madre incapaz de sacrificar el bienestar de la familia; no aventurarse en una hazañosa andanza que sabía cómo había empezado, pero no como terminaría.
Queridos seres queridos, pues eso, en definitiva una bonita y triste historia de amor que no tiene un final feliz.

                      Abrazos y besos.

                               Félix

viernes, 14 de enero de 2011

RUIDOS PERJUDICIALES


Querido Yayo Félix:
Como tú, estoy muy de acuerdo con la nueva ley antitabaco aunque limando estupideces, rizamientos de rizo o provocaciones, que más parece ensañamiento contra los fumadores en depende qué lugares o entornos; pero como de este tema hay mucho más que hablar…

En toda esa magnífica perorata (no como sermón, monserga, matraca o tabarra; si como alegato, o discurso; que todos esos sinónimos tiene –y alguno más- la palabra “perorata” que utilizo). Bien, pues en toda esa magnífica perorata que has escrito hoy sobre ruidos varios a cual más molestos, has olvidado el de los vecinos de arriba ruidoseando a cualquier hora del día o de la noche y gritando  hasta saltarles las anginas por la ventana.

No mencionas en tu “ruidomolesta” lo que es mucho peor: el inhumano ruido –jamás música- no ya en discotecas, sino en cualquier bar normalucho o bar de copas a los que entras y te dan ganas de ahorcar al responsable.
Es humanamente imposible mantener una conversación mínimamente audible y reconfortante; sales de ahí o como alma que lleva el diablo o con humor de perros, garganta de lija, ojos de diablo y oídos con zumbido de mil panales de rica miel; por no hablar también de los botellones –a los que se sumarán parece ser los “cigarrones”- que además de ruidos, dejan basuras y olores nauseabundos… ¿De veras no se puede parar esto? ¿De veras no es posible que los botelloneros sean menos incívicos?

De acuerdo con prohibido prohibir, aunque nunca prohibido educar desde la cuna al sonido suave y tranquilizador y la palabra en vez del grito… Y ya ves que lo dice alguien a quien tú llamas “gritona” o “gritoncita”; cosa que nunca fue del todo cierta, sólo piensa: éramos dos madres con siete niños correteando por la casa y reclamando constantemente nuestra vigilancia, sin dejarnos respiro ni tiempo para nosotras y de vez en cuando teníamos que dales un “toque de atención”. Ya por entonces Pili y yo decíamos que nuestros hijos serían perfectos si llevaran incorporado un “botón de volumen”.

Nunca me enfadó tu apelativo cariñoso, como tampoco era cierto el de “Ricachona” que me atribuías; a las pruebas me remito. Ojala lo fuera, porque pondría en práctica un proyecto que daría mucho empleo y me haría rica, rica de verdad… Una fábrica de sonotones” y demás aparatos desordecedores, porque al nivel que los jóvenes escuchan su tiempo de ocio, serán el mejor negocio.

En lo que si acertaste siempre es en tu afirmación de que el mío es un “santo marido”.

Besos, tequieros y feliz finde guapo.

Marisa Pérez


 Viernes 14/01/2011
Querida Rebeca y todos los demás seres queridos;

Pese a ser partidario de prohibido prohibir, no así el gobierno que se está mostrando furibundo antitabaquista con la ley que no permite fumar en bares y restoranes, estoy de acuerdo, porque aunque crea una dificultad a los hosteleros, aceptado que el tabaco es magnífico para toser, la medida salvará a enorme número de personas de morir nicotinaza.

Muy bien, pero vamos a ver, dado el afán prohibicionista de las autoridades, tendría sentido prohibir también el ruido ensordecedor que abolla las orejas en cantinas, comedores y todo lugar público donde, como todo el mundo habla y nadie escucha, se chilla más y más, pues con la prescripción eliminaría otro problema de salud de enorme importancia: la sordera. Bien sabido es que no hay nada más perjudicial para el oído que el exceso de ruido y España es uno de los países más ruidosos del mundo y los españoles nos quedamos sordos cada vez en edad más temprana.
Y no sólo perdemos audición con la contaminación acústica, perdemos también los nervios, el sentido del humor y calidad de vida y con ello damos a los extraños la impresión de que cuando hablamos estamos permanentemente discutiendo acaloradamente.
La agresión acústica es un delito contra la salud, y lo más indignante es que las autoridades que deben velar por el descanso y el bienestar de los ciudadanos no respetan sus propias normas  y son quienes más escandaloso ruido con sirenas de policía, ambulancias, bomberos, camiones de basura, grúas, perforadoras y todo tipo de maquinaria municipal. Se ha de sumar a todo esto el exceso de tráfico, claxon de coches y autobuses, las alarmas que se disparan solas, los capullos que con sus  atronadoras motos con el silenciador abierto taladran los tímpanos, los cretinos que llevan la radio a toda pastilla con las ventanillas abiertas, los tarados que hablan a voz en grito a las horas de sueño…
En verdad, la mezcla de sonidos perjudiciales, el estruendo, las estridencias de la ciudad no sólo molestan, afectan a la salud física y mental, siendo causa de cansancio, intranquilidad y cabreamiento.
Queridos seres queridos, tened siempre presente que si la palabra es plata, el silencio es oro.

               Abrazos y besos.

                      Félix

miércoles, 12 de enero de 2011

NO ES FÁCIL SER FELIZ

miércoles 12/01/2011

Querida Rebeca y demás seres queridos:

Para el año que acaba de iniciar su andadura, todos hacemos buenos propósitos, el mío es tener como máxima ilusión ser feliz, que es el verdadero éxito en la vida. Bien, ¿pero es fácil? 
Por supuesto no se trata de coser y cantar, a causa de vivir en una sociedad en la que la felicidad se basa en el bien material y en la que reina la competencia y vivir contento, frecuentemente, implica sacar ventaja, llegar primero, triunfar sobre los demás, es decir, alegrarte del perjuicio del prójimo, muy contrario al lema, “se feliz ayudando a ser felices a los otros”. Por otro lado, ser perdedor, ser derrotado supone frustración, o sea, infelicidad.

En verdad, no todos los días se levanta uno optimista en razón de que por poco observador y sensible que se sea se percibe que algo indefinido flota en el ambiente que nos envuelve y termina por colársenos dentro, motivando que la gente se sienta frustrada y agresiva. El sistema de vida que llevamos genera enfado, resentimiento, cabreo. Sobran motivos: crisis económica y de valores, falta de creencias, record del paro, temor a que los amigos de lo ajeno abran tu casa, el gobierno sube la edad de jubilación, los impuestos y servicios, baja las pensiones…Resultado, insatisfacción y mala leche.

Afortunadamente el desencanto de la inmensa mayoría se limita a acumular pequeñas dosis de bilis hasta que revienta y proyectamos sobre quienes nos rodean sin mayor efecto, pero de vez en cuando salta aquí y allá algún supercabreado, alguien con la tensión emocional a tan alto nivel, con el cabreo de los cabreos, es el caso del joven asesino norteamericano que armado salió a la calle disparando a mansalva  e indiscriminadamente, queriendo matar a todo el mundo. ¡Tremendo!

Queridos seres queridos, vosotros a la hora del cabreo, de ser posible, usar la risa como bálsamo para suavizar la mala uva, evitando que vuestra felicidad os haga la vida imposible.

              Abrazos y besos.

                       Félix   

martes, 11 de enero de 2011

DIETA MEDITERRÁNEA

10/01/2011

Querida Rebeca y demás seres queridos:

Fin a los atracones después de tantas celebraciones en las que por aquello de que un día es un día y el de hoy es especial, sumado a la voluntad de escasa determinación, se come hasta que duelen las mandíbulas, problema para quienes tendentes a gorditines, es mi caso, después, consecuentemente, damos en refunfuñar irritados contra la báscula en vez evitar ganar peso y perder salud.

Incuestionablemente, la mala alimentación trae consigo enfermedades crónicas en las que destacan las cardiovasculares, hipertensión, diabetes, várices…, y por supuesto, la obesidad.
La comida es el combustible necesario para crear nuevas células, para reponer la fatiga muscular, para mantener nuestra calefacción central a nivel correcto y constante, es decir, para mantenernos vivitos y coleando. Y, vamos a ver, a estas alturas nadie ignora ni discute que la dieta mediterránea constituye un modelo de alimentación que premia con muchos beneficios para  el cuerpo y  la mente.
El arte cocineril mediterráneo está de moda en el mundo porque enseña a los ricos a comer a lo pobre, pero inteligentemente en razón de resolver los problemas de colesterol,  tensión arterial, evita el cáncer de estómago y de colon y otras enfermedades modernas.

Seguir esta dieta rica y equilibrada es tan sencillo como consumir una serie de alimentos básico: verdura y fruta en abundancia, legumbres y cereales, pescado, preferentemente, azul, lácteos desnatados, huevos, más carne de ave que roja, sin olvidar el buen vinillo en cantidades moderadas.

En verdad, el problema de la obesidad nos lo tomamos no tanto a las  consecuencias de salud como desde el punto de vista estético. De ahí la idea actual de que la belleza tienda a la delgadez, y el gran interés por las dietas adelgazantes, pero ¡ojo! de seguir algún régimen enflaquecedor ha de ser guiado por el médico, no por  consejo de las vecinas.

Queridos seres queridos, que os vaya bonito y todo os salga okay, sin faltaros mis abrazos y besos.

                              Félix


viernes, 7 de enero de 2011

AMOR MATERNO

Dichoso tú, que pudiste y supiste apreciar el amor vertido en esas tortillas que aun te hacen relamer de gusto con sólo pensar en ellas.

Besos grandes y gordos.

Marisa Pérez 

Querida Rebeca y demás seres queridos:

El amor materno no es sólo el primero, sino que además  el más desinteresado e incondicional, de ahí la áurea mítica que vemos en nuestras madres, a las que, de verdad, les cuadra el apelativo de santas.

Recuerdo especialmente el día de mi cumpleaños que coincidiendo con la festividad de los Reyes Magos me hacía sentir más querido, mimado y colmado de atenciones y privilegios. Como me chiflan la tortilla de patata, recordando el desayuno con que  me agasajaba ese día,  una tortilla espacial y leche fría,  aún babeo.

La tortilla de patatas de mi progenitora, como la de todas las madres, era la mejor, la mejor, la mejor con diferencia a cuantas he comido en mi vida. Preparar una tortilla parece fácil, y lo es, pero no sé, los ingredientes son los mismos, patatas, huevos, aceite y sal; la receta  igual, pelar, cuajar y freír… pero, vamos a ver, era una tortilla hecha como Dios manda en la que ponía algo más, o a lo mejor algo menos, pero competir contra ella resultaba misión imposible.

Mi esposa llena de cualidades en el arte cocineril las prepara que no están mal, pero no sé, no  llega al toque que las da la autora de mis días y cuando me pregunta: marido, ¿cómo está la tortilla? Puede estar sosa, nadando en sal o incluso quemada; como no se puede cometer el desacierto de ponerle peros,  la pondero con entusiasmo: muy rica, de verdad, riquísima, pero ese riquísimo lo digo con la boca chiquita, porque las tortillas de patata de mi madre eran perfectas, un sueño, inigualables, geniales.

Bien sé que toda comparación es odiosa, pero de ningunísima de las maneras pueden compararse, sencillamente, porque las de la autora de mis días sabían, ni más ni menos que a mi madre, ¿cabe sabor más deleitoso?

Queridos seres queridos, abrazos y besos.

                             Félix

jueves, 6 de enero de 2011

HOY CUMPLO 89 AÑOS


¡¡¡FELICIDADES YAYO FÉLIX!!!

ESTAS SON LAS MAÑANITAS
QUE CANTABA EL REY DAVID
A LOS ABUELOS VALIENTES
TE LAS CANTAMOS  ASÍ.

DESPIERTA FÉLIX DESPIERTA
MIRA QUE YA AMANECIÓ,
YA LOS PAJARITOS CANTAN
LA LUNA YA SE METIÓ.

QUE LINDA ESTÁ LA MAÑANA
EN QUE VENGO A SALUDARTE
VENIMOS TODOS CON GUSTO
Y PLACER A FELICITARTE.

EL DÍA EN QUE TU NACISTE
NACIERON TODAS LAS FLORES
Y EN LA PILA DEL BAUTISMO
CANTARON LOS RUISEÑORES.

YA VIENE AMANECIENDO
YA LA LUZ DEL DÍA NOS DIO
LEVÁNTATE DE MAÑANA
MIRA QUE YA AMANECIÓ.

Imagina que te las hemos cantado los Martín Pérez al completo, Incluida Lucía.


06/01/2011

Querida Rebeca y demás seres queridos:

La vida es una breve cosa y cumplir un año más no es precisamente un acontecimiento para tirar cohetes, máxime si te aproxima a la distancia de un par de cortes de pelo de ser nonagenario, y hoy cumplo 89 años, exactamente los mismos que tenía mi madre cuando dulcemente cerró los ojos y voló al cielo.

Por supuesto, cada quien, porque somos como Dios nos ha hecho, da a la fiesta de su cumpleaños el sentido y la valoración que juzga más adecuada; yo en modo alguno voy a tomar el hecho como grave acaecimiento, más bien lo considero motivo de regocijo, porque, aunque ciertamente no me falta alguna espina clavada en las articulaciones que me ocasiona doloroso malestar, cómo quejarme si con la vida tan cargada de años  aún me funcionan regular, tirando a bien, cabeza, corazón, pulmones, estómago, riñones…Por añadidura cuento con la favorable ocurrencia de practicar meditación que, en verdad, actuando como bálsamo confortador me crea un estado de relajación y bienestar que redunda en mi salud física y mental.

Esto es, recostado cómodamente, dejándome llevar por la música, doy vuelo a la imaginación para que fantaseando a lo grande emprenda, por ejemplo, un viaje de retroceso hacia la época dorada de la infancia donde todo era mejor y más bonito, y con el entusiasmo del crío que fui me sueño envuelto en mágicos rayos de luz cuyos efectos vivificantes y curativos me hacen sentir joven y sano.

Queridos seres queridos, ya lo veis, pese a lo antañón aún estoy en condiciones de lo que sea.

                         Abrazos y besos.

                                  Félix

miércoles, 5 de enero de 2011

FELIZ ATERRIZAJE


 Querido yayo Félix: es de obligado -a la par que placentero- cumplimiento, desearte feliz feliz día y que el rey David te cante sus mañanitas; 89 mañanitas  y otros tantos tirones de orejas te mandamos desde esta casa donde se te quiere  tanto como mereces y un puñadito más.
Para esta ocasión publico tu carta "Feliz aterrizaje"; fechada en 2002, similar, aunque no idéntica a "El día que nací yo", también escrita por tu mismo puño y letra.
La semejanza es lógica puesto que el relato es el acontecido aquel 6 de Enero nevado y frio y el narrador es también el protagonista, junto a Filomena, que tras leer tus cartas referidas a ella, no puedo menos que envidiar su valentía y buen corazón. Digno hijo eres de madre tan magnífica.

Miles y miles de besos, achuchones, parabienes y felicidades... de todo corazón.

Marisa Pérez... Y familia


Feliz aterrizaje


Valladolid 6 de Enero de 2002

Q
ueridos hijos: Justamente un día tal como hoy hace un titipuchal de años, nada más y nada menos que ochenta, aterricé en el globo terráqueo por la tronera del muy noble, leal y humilde pueblo de Cornón de la Peña. Mi llegada no fue cosa de cigüeña llegada de Paris, (fueron los Reyes Magos  quienes a modo de aguinaldo depositaron en casa un regalito especial, un paquete conteniendo nada más y nada menos que a mi humilde persona, un crío precioso a los ojos de mi madre.

        Nací en Cornón por chiripa, en un tris estuvo de no haber ocurrido así, a mi progenitora la idea de que su hijo naciera en un lugarejo tan poca cosa no le seducía en absoluto, su ilusión era que viera la primera luz en Villalba, su lugar de nacimiento, un pueblo rampante, ubicado estratégicamente en una ladera, pero nada que ver con Cornón, más rico, más alegre, abierto al mundo. De mi cornitez tuvo mucho de caprichosa maniobra el meteoro de la nieve. En los últimos días de embarazo, todo dispuesto para emprender viaje hacia su terruña, precisamente el día señalado para la marcha cayó una nevada de las que ya no se dan, nevada de antaño, verdadera nieve y en esas circunstancias emprender un viaje de varias leguas por un páramo y a lomo de un burrote insumiso resultaba misión imposible, y ocurrió lo que la autora de mis días no quería ni a tres tirones que ocurriese, ni como ocurrió, porque en ese preciso momento mi madre no estaba en casa, no es chiste, estaba en la fuente a por agua, menudo trago la hice pasar, pues mi desembarazamiento fue por la vía rápida. Así ocurrieron las cosas: Estaba madre muy quitada de la pena esperando que se llenara el botijo, cuando de pronto sintió el primer calambrazo. Inmediatamente después del primero llegó el segundo, y sin más preámbulos se inició el baile un tira y afloja en serio y definitivo, mi madre empujando todo lo que podía hacia dentro de si misma y yo con todo mi poder por salir al mundo. La lucha iba en serio y tan apurada llegó a verse y tan dolorida que indefensa ya ante lo irremediable que se acurrucó contra el tronco de un árbol dispuesta y resignada a traer al hijo allí mismo. Pero en un momento que las sacudidas dolorosas se amortiguaron, concediéndola un respiro, torpemente, con los dientes apretados y las manos sujetando el vientre corrió hacia casa. Total que deteniéndose en cada esquina, gimiendo ¡ay,ay,ay! Atemorizada de que el crío naciera en plena calle solitaria, en medio de la nieve. Milagrosamente logró llegar a casa, abrir con desesperación la puerta que daba directamente a la cocina y allí mismo se acuclilló y yo caí al suelo de tierra apisonada. No se puede decir que mi aterrizaje en este mundo no fue tan embrollado como emocionante, pues allí estaba yo envuelto en un revoltijo de tripas y chapoteando en un charco de sangre y agua, mordiendo el polvo.

        Con la experiencia que tenía, era su segundo parto, como pudo ató y cortó el cordón umbilical y con el agua caliente que siempre había en la chimenea en un puchero, me aseó lo mejor que pudo. Hecho esto, lo más inmediato, acurrucaditos ambos, se metió en la cama. Cuando llegó mi padre, lleno de sorpresa, nos encontró a los dos dormidos.

        Este anecdótico nacimiento os parecerá de haceros cruces, y no me extraña dado que los tiempos han cambiado una barbaridad. Hoy tener un hijo, aunque la gente no quiera tenerlos, es una gloria, todo se da resuelto y bien resuelto. Nadie dio nada resuelto a mi madre, solos ella y yo, asistidos por la mejor partera, la madre naturaleza.

                            Besos y abrazos