Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

jueves, 13 de noviembre de 2014

LA MEJOR MAESTRA, LA VIDA



LA MEJOR MAESTRA, LA VIDA
Valladolid 13 de Noviembre de 2001

Queridas hijas pedagogas, maestras de las primeras letras, expertas en el arte de desasnar niños: No cabe ni es posible la duda de que los maestros son absolutamente imprescindibles; pero, por supuesto, no sólo los profesores enseñan, la mejor maestra es la vida, el vivir.
No nacemos sabiendo, venimos al mundo cargando una ignorancia monumental, lo que llamamos inocencia, pero caminando por la vida, al final, si tenemos suerte, si nos hemos aplicado, si hemos preguntado y escuchado, si hemos reflexionado, lo más probable  es que algo aprendamos, al menos lo ignorantes que éramos, lo que es  una enseñanza morrocotuda, puesto que podemos pasar de necios a sabios.
Aunque los jóvenes lo pongáis en duda, o no lo creáis en absoluto, envejecer hace más sabios. Eso es, al menos, el proceso habitual. La mayoría de los humanos experimentan con la edad algo semejante al crecimiento del "taliento en el celebro".
Es como si poco a poco se fuesen colocando en orden  los datos dentro de la cabeza y empezamos a entender mejor el mundo. Con el talento crecido te entiendes mejor a ti mismo, a tus actos y a los de los demás. Envejecer  es un proceso impepinable que no nos hace la mínima gracia, porque nos  va orillando ala frontera del más allá,   y en el camino te obliga a despojarte de innumerables cosas maravillosas: del futuro,  de los seres queridos, de tu pelo, de tus dientes, tu memoria, tu cuerpo firme y sano...Pero por lo menos sabemos más. Las carnes se te caen, pero el conocimiento sube, así como lo experiencia, que es la madre de todas las ciencias. Es la única ventaja que he encontrado al envejecer, pero la tal ventaja no es moco de pavo.
Hijos, vosotros en vuestro ir viviendo tratar en lo posible de soslayar  a los maestros negativos, que no son pocos, es más, el camino estás sembrado de ellos.
Besos y abrazos

miércoles, 12 de noviembre de 2014

MARINA NIETA BENJAMINA



MARINA NIETA BENJAMINA
Valladolid 12 de noviembre de 2008

Queridísima nieta benjamina: hoy por  ser el día que es y todos los maravillosos días que te quedan por vivir deseo seas una niña plenamente feliz a la que se le hagan realidad sus ilusiones y a la que los duendecillos que tejen los sueños te los inspiren felices y emocionantes.

Marina, cariño, te tengo colocada en lugar preferente de mi corazón, verás por qué: cuando yo, el más viejito, te miro como a un ramo de flores por lo joven, agraciada y risueña, mis ojos rejuvenecidos chisporrotean de alegría, y eso significa mucho para mí.

Marinita de mi corazón, cumples tus floridos y fabulosos diez añitos, o sea, que  ya eres una mocita lista, responsable y estudiosa que pronto te tocará, si no estás ya en ello, dar los primeros pasos en asignaturas  de mayor grado de dificultad, por poner un ejemplo: Química, ciencia que estudia la composición de los cuerpos, y estoy imaginando la sorpresa que va a suponer enterarte que ese líquido sin color, sin olor ni sabor que bebemos, lo diré como chiste, que el agua no es agua, es H2O, o lo que es igual, dos volúmenes de hidrógeno y uno de oxígeno, dos gases. Pero eso no es todo, hay más, si lo que se mezcla es un volumen de oxígeno es con tres de nitrógeno, otro gas, lo que resulta es el portentoso aire que respiramos. Si me equivoco corrígeme, pero opino que estudiar es fantástico, que merece la pena, ¿a qué sí?
Señorita Marina, diré que para ejercitar mi caja de pensar me gusta jugar con la imaginación, en este caso, con la idea sumamente atractiva de que por la luz que irradia tu alegría, por tu carisma, jovialidad e inteligencia resulta fundada mi esperanza de que en su momento serás una mujercita absolutamente encantadora, tratando de hacer de tu vida una obra de arte. Y mi fantasía va más lejos, ¡que yo lo vea!
Para contribuir a la alegría de tu fiesta cuenta con 50 euros, 50 abrazos fuertes y otros 50 besos con chasquido de tu abuelo
Félix
P.D. Dicen que no entiendes mis cartas, ¿A qué sí?

martes, 11 de noviembre de 2014

VERANILLO DE SAN MARTÍN



VERANILLO DE SAN MARTÍN

Valladolid 11 de noviembre de 2001

Queridos hijos: Soy más soportador del frío que del calor, pero, por supuesto, la temperatura media es la ideal, y un día hermoso como el que ha amanecido hoy, con 22º, como si la primavera fuera a estallar, resulta un delicioso placer pasear sintiendo el cálido abrazo del sol que levanta el ánimo, mejora el humor, llena de energía, no sólo física, también mental, despertando buenos sentimientos, es decir, que se siente uno más conectado con la vida.
El sol es para nosotros nada menos que todo, por lo que no resulta extraño que en tiempos se le venerase como a un dios, ya que sin él no seria posible la vida en la tierra. Y ¡por supuesto! El astro rey es la vida y la alegría de los abueletes.
En estas fechas cara al invierno en que la falta de luminosidad se junta con el frío y los días se van acortando poco a poco y la vida como que se apaga ligeramente, obligando al personal a refugiarse en locales cerrados iluminados con luz artificial, el veranillo de San Martín luciendo un sol sonriente y cálido, cuyo calorcillo se mete bajo la piel y llega hasta los huesos es una terapia que carga las pilas vitales.
Deambular por las calles alegres, envueltas por airecillo limpio y oxigenante, bajo un cielo de un azul elegante, como esmaltado, no es sólo un gozo para los ojos y el corazón, es motivo también para ver las cosas por el lado bueno y cómico para que así no falten las risas.

Besos y abrazos

lunes, 10 de noviembre de 2014

SER MÁS, SER MEJOR



SER MÁS, SER MEJOR
Valladolid 11 de Noviembre de 2001

Queridos hijos: La tele, a veces, no muchas, hace algo que merece aplausos. Hoy ha presentado al psicólogo Bernabé Tierno haciendo enriquecedoras reflexiones sobre como poner en orden la vida, decidiendo lo mejor en lo posible, esto es, procurando ser más, que equivale a ser mejores, cambiar lo que nos impida sentirnos cada vez mejor con nosotros mismos y con los demás. Ser más es ser optimista y ver las cosas siempre por el lado bueno.
Ser más es también ser fuerte de espíritu para encajar los golpes que a veces da la vida sin derrumbarse. Ser más es ser capaz de dialogar, es decir, hablar menos y escuchar más. Ser más es plantarle cara a todo aquello que conduce al pesimismo y al sentimiento de sentirte víctima. Ser más, siguió diciendo,  el doctor es ser activo, decidido, resuelto y eficaz. Ser más es, sin olvidar el pasado y con fe en el futuro, vivir el ¡ahora! con gozo, plenitud y sencillez, sin necesitar más cosas para ser feliz y hacer felices a los demás.
O sea, que ser más es tener siempre muy presente que la felicidad como estado gozoso y sentimiento de paz, plenitud y armonía es la consecuencia lógica de nuestra forma de pensar, sentir y actuar.
Hijos, ser más es ser lo suficientemente listos para vivir en grata convivencia con todo lo que nos rodea y ¡ojo! en la acogedora compañía de nosotros mismos, porque nadie puede aspirar a ser feliz si no es feliz consigo mismo.

Abrazos y besos

domingo, 9 de noviembre de 2014

DISCUSIONES IMPRODUCTIVAS



DISCUSIONES IMPRODUCTIVAS
Valladolid 9 Noviembre de 2001
Queridos hijos: Muchas veces, cuando las familias se reúnen, las sobremesas dejan un amargo sabor de boca por los enfrentamientos dialécticos que tienen que acabar siempre en vencedores y vencidos.
Si las personas no fuésemos tan dados a discutir improductivamente el mundo sería menos agitado. La discusión es un acto para intercambiar pareceres y puntos de interés sobre determinado asunto con el fin de resolver el problema. Nada de malo tendría, pues, la discusión si no terminase impepinablemente en trifulca acalorada, donde la cuestión concreta no es otra que derrotar al otro. Osea, que no se busca acuerdo ni aclaración, sino estallidos de diferencias y frustraciones.
 En esas desagradables sobremesas se levanta la voz, se pierde el control y asoma de inmediato la violencia, las recriminaciones, la inquina más profunda, aprovechando la ocasión para el desahogo hiriente, como pretexto para la denominación, para atacar y alzar el conflicto al máximo posible por las más insignificantes pendejadas.
El sacar a airear los trapos sucios del pasado más lejano revela inmadurez en el manejo de las emociones. Esa clase de discusiones no ofrecen ningún efecto positivo, sólo alteran los nervios y los ánimos de quienes las sostienen, máximo que no se discuten cuestiones actuales, sino que aluden a hechos supuestamente tuvieron lugar en épocas remotas.
No entiendo que no sea posible que las discusiones no acaben acaloradamente, sino en disculpas, reconciliaciones o, por lo menos en un pacto sensato y no en gritos y camorra.
Hijos, que no se diga que en nuestra sobremesa las injurias son las razones de quienes no tienen razón.
Besos y abrazos