MOVER LAS PIERNAS
ES MOVER EL CORAZÓN
Valladolid
Diciembre de 2001
Queridos
hijos: El hecho no admite discusión, no es lo mismo subirte a una bici a
disfrutar de la vida con todos los sentidos paseando con un grupo de divertidos
camaradas por un paisaje alegre y risueño entre flores y arboles amigos,
empapándose de sol y respirando oxígeno puro, que pedalear en una bicicleta
estática, aunque digamos que hasta cierto punto, sólo hasta cierto punto,
también es montar sobre dos ruedas, sin ser, por supuesto, ni tan saludable ni
tan placentero, pero peor es nada.
Si
los médicos recomiendan movilidad, hay que tomarse con verdadero empeño el
mover las piernas, que es mover el corazón, y pese a que ya mis andares son ir rengueando
penosamente, cual correcaminos voy y vengo, incansablemente por los pasillos de
la casa, evitando a toda costa quedar inactivo como pasmarote en plan
sedentario, lo peor que le puede pasar a una persona de edad madura.
Y,
pues eso, que dado que el ciclismo también es un excelente ejercicio físico, le
doy al pedal para fortalecer el sistema respiratorio, tonificar el corazón a
fin de que aumente el riego sanguíneo del cerebro. Por supuesto mejora la
elasticidad de las articulaciones de tobillos y rodillas, entrando en acción
otros muchos músculos.
Viajar
en la estática, pedaleando a secas, sin moverte del lugar, puede resultar
pesado y monótono, pero yo para que me resulte más placentero, imaginativamente
recorro, por ejemplo, el trayecto de Guardo a Villalba, el pueblo de mi madre
que tantas veces llevé a cabo cuando joven.
Mis
jóvenes, hijos, disfrutad de la primavera de la vida, que no es eterna.
Besos y abrazos