LA PRIMAVERA
Valladolid 16 de Marzo de 2002
Queridos hijos: Hoy
tengo la sensación de que ha amanecido un día especial, con buenas vibraciones
, optimista, la primavera está a punto de caer, dentro de apenas cinco días, y
se nota, es un día espléndido, luciendo un alegre y refulgente sol de oro que
pasea majestuoso por el cristal azul del cielo. Los días se alegran al contar
con más horas, las temperaturas suben, no excesivamente, el mundo empieza a
pintarse de vivos colores, se respiran aromas
diferentes y todo invita a salir
a la calle y entrar en contacto con la gente, a vivir alegremente
disfrutando los pequeños placeres que la vida ofrece. Se tiene la grata
sensación de que las mujeres son más bonitas y que en general, todos somos más
felices , que todo vale si nos emociona, si somos capaces de quitar importancia
a las cosas que no la tienen, si derrochamos buen humor riéndonos de nuestra
propia sombra es el más seguro y placentero curalotodo.
Se dice, la primavera la
sangre altera, y que llega sin saber como ni por qué, pues yo os lo voy a
decir, lo sé porque hace muchos años lo contó quien lo sabía, homero, el gran
poeta griego. Así son las cosas: Hubo un país y un tiempo en que, en
Cuernavaca, permanecía perpetua la
estación primaveral. La benefactora de este paraíso era Démeter, divinidad
griega, personificación de la tierra, cuarta esposa del dios de los dioses,
Zeus. Del matrimonio nació Perséfone, preciosa muchacha que correteaba dichosa
por el delicioso oasis recogiendo flores para tejer diademas y collares. Todo
era satisfacción y regocijo hasta el infausto día que cruzó el florido vergel
Hades, rey de los infiernos y dios de los muertos que vio a la hechicera joven
y enamorado a primera vista de su gracia seductora la raptó para siempre y la
llevó en su carro tirado por fogosos caballos a su reino: El averno. La madre
preocupada por la tardanza de la hija salió en su busca. Encendió dos antorchas
y con una en cada mano recorrió el territorio nueve días y nueve noches, todo
en vano. El sol viendo la angustia de la madre por la pérdida de la hija le
contó la realidad de los hechos. Démeter, reina de la tierra, entró en profunda
depresión y lo abandonó todo. Dedicándose únicamente a recorrer el mundo
intentando olvidar su tristeza. Abandonados los campos ya no florecían, la
sequía asolaba la tierra.
Zeus, viendo la tristeza
de su esposa intentó en vano recuperar a su hija, que por desgracia ya se había
convertido en reina del infierno, lo que le impedía abandonar el mundo de los
muertos para regresar al de los vivos.
Zeus empleando todo su
poderío consiguió que su bella hija pudiera regresar al lado de su madre un
tiempo concreto y limitado a lo largo del año. Este tiempo coincide
precisamente con la primavera, momentos en los que Démeter vuelve a hacer
florecer la tierra, pues recupera la alegría cuando se encuentra por fin al
lado de su hija.
Hijos, ya conocéis la
fantástica y, verídica explicación del como y por qué de la llegada de la
primavera.
Besos y abrazos