EL ESPECTÁCULO DE LA ALEGRÍA
Melilla
16 de Junio de 2001
Querida hija: Por fin llegó y pasó la magna fiesta, el
espectáculo de la alegría, y sin exagerar mínimamente puedo decir que con un
lleno hasta la bandera. Lógico y natural por otro lado, puesto que si las/los
alumnos son setecientos, suma padres, abuelos, demás familiares y simpatizantes,
toma un lápiz y echa cuentas, que los números no engañan. Y valió la pena,
existieron por todo lo alto organización, respeto, orden y arte, lo que
significó satisfacción general, a todo el mundo le gusta las cosas bien hechas.
El espectáculo “Películas de Hollywood” estuvo protagonizado
exclusivamente por niños y niñas de 0 a 7 años. De o a 1, “los Picapiedras”; de
2, “Cabaret”; de 3, “supercalifragilistico”;
de 4 –Rocío y Mariví- “súper Detective en Hollywood”; de 5, “West Side
History”; de 6, -el grupo de María- “Cantando bajo la Lluvia”.
Después las alumnas de baile del colegio nos deleitaron con
dos bailes: “La Bamba” y “Ay, Mamá”.
Creo que ha de quedar meridianamente claro que hacer bailar –en el caso de Rocío y Mariví,
lo propio hay de decir de todas las demás- a más de cincuenta críos con orden,
con ritmo y gracia resulta sencillamente sensacional. Labor de jóvenes maestras
con mucha vocación, mucho amor a los niños e infinita imaginación. Tal
aspiración a hacer cosas y a hacerlas bien es un excelente ejemplo de cómo
deben ser las maestras.
Rocío, lógicamente, con los nervios como línea de hormigas,
pues además de lo suyo, treinta diminutos policías perfectamente uniformados,
tenía a María interpretando tres bailes con diferente vestuario en cada uno, o
sea, un sinfín de detalles a tener en cuenta.
Por merecimiento propio, todo resultó perfecto, muy
aplaudido. Finalizado el delicioso
espectáculo, ya las profesoras relajadas y satisfechas por el trabajo bien
hecho, dio comienzo la “Verbena fin de curso “con duración “hasta que el cuerpo
aguante”, que aguantó hasta las 2 de la madrugada.
Reflejada en todas las acaras la encarnación de la alegría,
con el humor a 100, y mirando las cosas
por la cara positiva, las maestras hechas piña, se divirtieron a lo
grande.
Por supuesto, con los puestos de la comencia y la bebencia (hamburguesas,
bocadillos, pinchitos, bebidas) de confianza y de precio razonable, a tope.
No necesito asegurar que tu padre se lo pasó grandiosamente.