GIMNASIA
MENTAL
Valladolid 30 de Noviembre de 2001
Queridos hijos: A los avanzados de edad con goteras en las
recordaderas nos mosquea y nos baja los ánimos el mieditis a la enfermedad
asociada precisamente al paso de los años: el Alzheimer, y no es para menos si
son tales los estragos que producen en
la memoria que deja a la gente en estado vegetativo. Así las cosas, una se
pregunta si existirá alguna solución para soslayar el problema.
Parece ser que en alguna medida la hay tomándoselo en serio y prestando al asunto dedicación y
esfuerzo. La estratagema para frenar el
deterioro se llama "gimnasia mental", y consiste en ejercitar
diariamente el cerebro con lo que se evitará que se eche a perder por desuso. O
sea, que para mantenerlo joven hay que actuar lo mismo, igualito que hace un atleta,
entrenar su cuerpo para que mantenga en forma, porque la capacidad de pensar
tiene su sede en el cerebro, y como todos los órganos se deterioran con el
tiempo. Lo que se impone, por tanto, es practicar, entrenamiento mental, hacer
trabajar duro a las neuronas, no permitir que vivan a la bartola.
Dicen los que lo dicen por que lo saben, que el cerebro puede ser
moldeado, o sea, que el deterioro
mental no es inevitable, se frena con fe y entrenamiento constante. Siguen
diciendo los especialistas que utilizamos
únicamente una parte ínfima parte
de nuestros recursos cerebrales; el resto permanece en estado de somnolencia.
Todo un desperdicio.
Conocido esto, yo trato de
mantener en forma el músculo recordatorio, a más de leer y escribir, uso
un truco. Os paso la fórmula: igual que cuando guiso, cacharreo y escobeteo la
casa y quiero hacerlo bien, fantaseo imaginando que revolotean en mi entorno
los ojos de Dios y los de mis seres
queridos, y para que no me duerma en los laureles, de pronto me cosen a
preguntas: ¿Qué hiciste ayer? ¿Qué comiste anteayer? ¿Quién es el autor del
libro que lees? ¿A quién viste ayer y de qué charloteaistes?...Y así todo en
rato. Es buen invento éste de los buenos ojos vigilantes.
Hijos, mirad, os digo una cosa
que no debéis echar en saco roto, hay que aprender a ser viejo cuando se es
joven.
Besos y abrazos
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