NO HAY MEJOR ESPEJO…
Melilla 22 de Mayo de 2001
Querida hija: Voy a que no me lo
crees, pero cuando yo era joven, que también alguna vez fui mozo, no pasaba de
ser un costalito de huesos, entonces, cuando lo que se llevaba era lo gorditín,
"no hay mejor espejo que la carne sobre el hueso", se decía.
Las modas, ya se sabe, son muy
peligrosas, porque en cuanto uno se descuida se pasan y ya no están de moda. Es
exactamente lo que me ha ocurrido a mí, ahora que estoy gordo, lo peor, lo
pésimo, el peor espejo es la carne sobre el hueso, un pecado, porque lo que
priva, la batalla de Covadonga de la modernidad es la esbeltez. La esbeltez que
ha alcanzado la cota máxima.
Se llevan los esqueletos apenas
cubiertos. Lo que se estila, lo snob es, lo diré así, una discreta anorexia, la
esmirriadez se considera la suma elegancia, el no va más del buen gusto, lo que
requiere haber perdido el gusto por la comida. Ahí está el detalle, esa es la
clave: el no comer, tú lo sabes, y también en los países del tercer y cuarto mundo
donde la gente sólo come cuando se presenta una ocasión favorable, algo que no
ocurre cotidianamente.
En el reverso de la medalla
estamos nosotros los países favorecidos, los del consumismo desbocado donde
comer no resulta una extravagancia, cometiendo la sinrazón, el desaguisado, la
tropelía de usar y abusar en exclusiva de lo que es de todos, y justicieramente
somos castigados con la antiestética gordinflonería y la adiposidad.
Y hay algo más, los niños de hoy
son los gordos de mañana, sobrealimentados
por madres que apenas un día el crío come un poco menos se quieren morir
de angustia, sin prestar atención a que están allanando el camino para que en
el futuro su hijo sea un cachigordo.
Realmente la obesidad atormenta a
los españoles y, sobre todo a las españolas, porque ya se sabe que cuando la
española pesa, pesa de verdad.
En casa tenemos buen ejemplo de
ello, y como no todos nos vamos a "gastroplastiar", tendremos que
confiar, ya que no en la dieta, en la suerte y esperar que algún día nos cambien
el dichoso metabolismo, que es una cosa que es la leche, porque veras, tengo
dos amigos, ambos de lo más esmirriao, uno con sobrada razón, puesto que come
como un pajarito, el segundo sin justificación cual ninguna, pues no tiene
fondo, le cabe todo, parece imposible que tan menudo y descarnado enfarde tanto
en su estomaguín, y viéndolo embaular te asalta el temor de que en cualquier
momento explote como un triquitraque y nos ponga perdidos a todos los que
estamos a su alrededor.
Nosotros somos gordos, pero sería
estupendo que al menos guardáramos la línea interior, que es la importante.
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