SENTENCIAS CONMOVEDORAS
Valladolid
28 de Noviembre de 2001
Queridos hijos: Muy en el fondo de nosotros mismos todos
somos iguales, es por ello que nos emocionamos, por ejemplo, con la música de
un ruso, el poema chino, la hazaña de un indio... porque debajo de nuestra
envoltura late el mismo corazón, vibra igual el alma, nos acongojan semejantes
penas, nos hieren idénticas aflicciones. Pero en la superficie, los seres
humanos somos diferentes, de una diversidad infinita y maravillosa, cada uno
único, diferente a los demás e irrepetible, y cada cual organiza su vida de
modo diferente.
Hay gente increíble. Por poner un ejemplo de plena
actualidad, ahora que hay tantos administradores de justicia injustos y
arbitrarios, brilla con luz propia y nos devuelve la confianza en el sistema
judicial, el juez de menores que dicta sentencias conmovedoras: el caso del
muchacho analfabeto de 15 años que se detuvo robando en un almacén y le condenó
a aprender a leer y escribir, aquel otro caso de robo, condenado a sacarse el
graduado escolar en tres años. Son historias que parecen de cine, emotivas y
ejemplares, con final regularmente feliz.
Pero, por desgracia, no todos los jueces sentencian
tan justicieramente, la filosofía
imperante en el sistema penitenciario es: ¿la hiciste? Castigo y punto.
Este buen juez cuida mucho a los chicos, los ve, los
vigila, no les cierra nunca las puertas. Padres contentos y agradecidos con las
sentencias le llaman el padrazo. Es el caso de los progenitores satisfechos del
hijo que conducía vehículos con problemas de alcohol y le envío a cuidar tetrapléjicos, el chico se ha hecho voluntario de la Cruz
Roja; el que robó un ordenador y hoy estudia ventajosamente informática. Otro
ratero más, condenado a pena de leer y resumir las rimas y leyendas de Bécquer,
con la obligación de personarse en el juzgado y resumir de viva voz como prueba
de que ha cumplido su pena.
A los que cometen delitos de vida nocturna, las típicas
juergas de botellón les envía a limpiar lo que enguarran, plazas y calles, playas,
paisajes...
Cuente esta historia como quien cuenta cuentos, y esta
orgulloso de ellas, con razón.
Hijos, opino que gente así deberá vivir eternamente, porque
gracias a ellos se mueve el mundo.
Besos
y abrazos
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