TODO HUELE DE MARAVILLA
Melilla
4 Junio de 2001
Queridos hijos: Hoy todo huele
estupendamente: jabón, champú, desodorante, dentífrico, gel, lociones,
cremas... No hay cosa que no huela bien, a azahar, a flores de mayo, de ángel,
agua de rosas, violeta, nardo, jazmín, heliotropo...
España, Europa, los países
"civilizados" huelen maravillosamente bien; todos salimos a la calle
envueltos en una nube de aromas agradables y encantadores. Hay algo, sin
embargo, un rumor referido a nosotros los españoles, con un tufillo un tanto
ofensivo en el sentido que somos los europeos que menos uso hacemos del
desodorante. Aunque luego también se dice que somos los que más nos duchamos.
Una cosa por otra.
Pero adonde yo quería ir es a que
parece que cuanto peor huele el mundo, cuando exhala un olor infecto a
injusticia, más gastamos en perfumes y afeites, o dicho de otro modo, mucha
fachada perfumada y poco corazón generoso.
Vale preguntarse si no habrá un poco,
o un mucho, de mala conciencia en tanto “perfumamiento” para que todo huela
bien. Pero, ojo, que el resto del mundo también existe, está ahí, y en absoluto
huele bien. De hecho la hediondez cada día es mayor, aunque nos neguemos a
percibir la terrible fetidez a niño muerto porque los padres no tienen nada que
llevarle a la boca.
Realmente todo es un tremendo
despropósito, con lo que se derrocha en el mundo en estar bienolientes y
acicalados se erradicaba de raíz el hambre que asola al globo terráqueo.
Hijos, todo este desmadre padre, sólo
se explica por nuestra condición humana que nos hace ver aquello que no nos
afecta directamente con mirada fría y neutra. Escalofriante, ¿NO?
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