ERASE UNA VEZ... EN EL PAÍS DE LAS LETRAS
Melilla
19 de
Mayo de 2001
La mi hija muy querida: He asistido toda una mañana a la
clase de Rocío y demás está decir que he quedado fascinado. En la prehistoria
han quedado los bárbaros métodos de “las
letras con sangre entran”, “quien bien te quiere te hará llorar” y “la vara de
avellano”.
En la actualidad las horas de clase son gozosas y divertidas
donde los niños aprenden fácil, natural y alegremente. Sentados los
jovencísimos alumnos en la alfombra al
estilo indio rodean a Rocío que les cuenta una fabulosa aventura con la que les
mantiene cautiva la atención del País de
las Letras: El buen rey “U” vivía feliz con su familia, la reina “A”, el
príncipe “E”... existían gigantes, magos, duendes, hadas; los personajes son
fabulosas letras que hablan y juegan: la señorita “Z”, la señora “M”, las
gemelas “N” y “Ñ”, el peluquero “P”... Ay, pobre señor peluquero “P”, que mal
lo está pasando, ¿le ayudamos? La representación personificada de las letras,
acompañadas de su correspondiente canción
ilusiona a los niños que piden más y escuchan todo ojos y oídos.
Tiene Rocío auténtica vocación para desempeñar la labor que
lleva a cabo, trabajo duro pero gratificante y placentero, un pasatiempo
altamente positivo; lo más, la cumbre de
lo que puede hacer un ser humano: desarrollar y aprovechar al máximo y desde el
primer momento las capacidades de los niños, atención, observación, memoria... Somos,
sin lugar a duda, producto de nuestra niñez.
Lo afirmo, Rocío es una profesora mejor imposible; exigente,
pero cariñosa y alegre, sabe crear en su clase un ambiente de lo más adecuado
para los niños: cálido, acogedor y seguro; Profesora y alumnos se llegan
directamente al corazón, y en razón de ello a los críos se le ve felices y
entusiasmados por aprender cosas nuevas. Lógicamente, con tan numerosa
chiquillería y durante tanto tiempo, de continuo y simultáneamente ocurren
muchas cosillas diferentes, emociones distintas, pero eso, dicho al modo
mexicano, “es lo que le da sabor al mole”.
Hay diversidad de personalidades, cada criatura en un mundo,
así como diferente su ritmo de aprendizaje; que respeta por un lado, por el
otro sabe premiar el esfuerzo.
Entiendo que por ser una labor arrebatadora sea una adicta
al trabajo, porque no sé de donde saca tanta fuerza y tanto entusiasmo.
Entusiasmados besos y abrazos de tu apá
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