Querido Yayo Félix: En esta
carta cuentas algo inaudito y que no dudo sea verdad, aunque hay que ser
ignorante para tirar el jamón a la basura; aunque no sea “pata negra”.
¡¡En fin!! Ellos sabrán.
Te mando una montonera de
abrazos.
Marisa Pérez Muñoz
AUTENTICO
PATA NEGRA
Valladolid 13-12-2001
Queridos hijos: Dicen, los que lo dicen, será porque lo saben, que las
suecas están “tan buenas” como el jamón de máxima calidad. Pues mira que bien;
pero, comprobado, a los suecas, al menos a los jugadores de la selección de
fútbol de este país, suecos tenían que ser, gente rara, rara, rara, agarrados,
no les gustas el jamón de Jabugo. Así quedo patente en reciente visita a
nuestra tierra, que deseando agasajarlos por todo lo alto les ofrecieron unos
exquisitos y aristocrática bocatas del mejor ibérico de bellota, todo un lujo.
Pues bien, los miraron con el gesto fruncido y, pasmados, porque hambre si
tenían, porque comieron el pan, pero tuvieron la patética ocurrencia de arrojar
las lonchas a la papelera. ¿admitiréis que es una extraña rareza?. Aclaro que
no lo despreciaron por ser vegetarianos, mahometanos o judíos, ni por se de
naturaleza frugal y comer como pajaritos, tampoco por pertenecer a alguna
asociación protectora de la raza porcina. No, sencillamente porque carecen del
don olfativo y gustativo que permite disfrutar del delicioso olor y exquisito
sabor del manjar único en el mundo que ha alcanzado la categoría de prodigioso
otorgado por los paladares mas refinados.
El
milagro del sabor del jamón-jamón gusta a todos, porque ¿qué gente conocéis
vosotros que no les guste? De los extranjeros que nos visitan, se dice, si es
que dicen la verdad, que en los bufetes de los hoteles se lanzan de cabeza
sobre los tacos y lonchas del refinado manjar, no solo para degustarlo con
delectación, también para ponerse morados, repitiendo una y otra vez hasta
apurar la ultima loncha.
Ósea,
que los futboleros de la península escandinava, fría donde las haya, se
permiten el lujo de torcer el morro ante el irresistible sabor de un autentico
pata negra. Pues ¿qué queréis que os diga?. Ese extraño capricho no se ve todos
los días. Bueno no solo son ellos, tampoco les gusta a un comistrajas que yo
bien conozco: Jorge.
Hijos,
a esos jugadores del balompié del país del frió que desprecian el sublime
deleite de cosa tan riiiiica como el jamón de 24 quilates, no resultaría
extraño que se pirrasen por las sardinas arenques.
Besos
y abrazos
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ResponderEliminarHéctor probo este sábado el jamón ibérico (no se si pata negra o de que color...) y vaya si le gusto, decia: maa... maa.. jiji,otro más a comer jamón!!
ResponderEliminarsolo q el yayo no lo llego a ver :(
Que si Cris, que lo vio estoy segura. Él ahora mira a través de vuestros ojos.
ResponderEliminar¡¡El niño como tontito le gustó el jamón!! ¡¡No hay niño mas rebonito!!