La carta de hoy coincide en día con la remitida hace
11 añitos aunque podría haber sido escrita ayer mismo porque sigue siendo
realidad lo que en ella expresas. Suele ocurrir en muchas de ellas, con lo que
me doy la razón cuando digo que tus cartas son enseñanzas de vida. Nunca
pierden su esencia y continúan frescas a lo largo de los años.
Te deseo un feliz fin de semana lleno de todo cuanto
y cuantos deseas.
Que no te falten mis arrumacos apapachantes.
Marisa Pérez Muñoz
LOS OJOS HABLAN
Valladolid, 10 Noviembre de 2001
Queridos hijos: Quizá
porque con más frecuencia de la debida de la verdad se duda y se cree la
mentira, el mundo está lleno de ellas.
Todos entramos alguna
vez el juego de las pequeñas mentiras,
pero los hay que mienten más que parpadean, incluso quienes faltan a la verdad
descarada y diabólicamente, pero se atrapa primero a un mentiroso que a un
cojo, basta mirarle a los ojos, porque los ojos son como la prueba del algodón, no engañan. O sea, que resulta más fácil
conocer a la gente valiéndose más de lo que se ve que de lo que se oye...
Los ojos dicen lo que la
palabra niega, al margen de la voluntad, porque el órgano de la visión se
expresa con sinceridad imposible de ocultar. Busca en la mirada y hallarás le
verdad, toda la verdad.
No faltan quienes opinan
que resulta exagerado confiar tanto en los espejos del alma que el buen Dios
colocó uno junto al otro en el centro de la cara. Puestos a desconfiar de la
palabra, dice, son más fiables los gestos de la boca que los resplandores que
surgen de entre las pestañas. En la boca se refleja la mentira.
Para saber si alguien te
está largando una patraña, seguir de cerca el movimiento de los labios con la
seguridad de que en los rincones de la boca denuncian al mentiroso.
Indiscutible, pero yo encuentro más fiable los ojos, son más reveladores, los
ojos hablan, son la parte del cuerpo más delatores, basta una rápida mirada
para descubrir el amor y la hostilidad.
Besos y abrazos,
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