Querido yayo, aquí la cartita de hoy
de una excursión que hiciste a Burgos hace 11 añitos y tan grato recuerdo te
dejó.
Ahora tienes que escribir tus
excursiones por los pasillos, y salas de espera-comedor; hasta que puedas volver
a relatar tus excursiones a Mercadona en busca de la hornera más rebonita.
Que siga la mejoría y te mando
achuchones y algún que otro chillidito de gritoncita.
EXCURSIÓN A BURGOS
3-Agosto-2001
Queridos hijos: En excursión de
vejetes he visitado Burgos. La ciudad del Arlanzón me ha encantado, no a nivel
de Toledo que me fascinó, pero ha sido una visita inolvidable.
Burgos es, ante todo, la catedral,
el prodigio de la catedral, una construcción maravillosa, así, como suena, una
manifestación del más puro arte gótico del mundo entero.
No se ha tratado de una visita
minuciosa; mucho que ver en poco tiempo, apenas una rápida mirada por encima a
la belleza incomparable de sus fachadas; lo más prestigioso es su estilo, llena
de riquezas decorativas.
Las portadas, de las que se dice
ser dignas de dar entrada a la Gloria; galerías, estatuas, balaustradas, altos
ventanales ojivales, encajes en archivoltas… y las elegantes y magníficas
agujas de las torres que lo coronan todo.
Y si el exterior es fastuoso, en
el interior se encuentran las más insignes creaciones del arte en retablos,
imágenes, cuadros, sepulcros… todo un mundo de muertos ilustres, el más
prestigioso: “El Cid” y su esposa.
En la nave principal, en lo más
alto, el famoso Papanatas suelta sus carcajadas cada vez que suena la hora.
Visitar la catedral es como
sumergirse en un baño de arte, de verte rodeado de las obras con las más altas
cualidades artísticas y la verdad, tanta maravillosidad no se explica con
palabras. Hay que verlo.
Pero la catedral, con ser tanto,
no lo es todo; Burgos es una extraordinaria ciudad que ofrece otros muchos
alicientes.
De la corta, pero grata visita
recuerdo haber ido saltando de sorpresa en sorpresa: Rincones, plazas de
singular belleza rodeadas de viejas y típicas calles, iglesias, edificios
notables, soportales, la monumental estatua del Cid, las alamedas que crecen
junto al río, los risueños y bien cuidados jardines de la Isla y el Espolón… A
la izquierda del río se agrupan los barrios modernos, llenos de vida.
Después de relampagueante visita a
la Cartuja de Miraflores y Las Huelgas, decimos adiós a Burgos, que es mucho
Burgos y nos ha dejado gratísima impresión.
Besos y abrazos: Félix
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