No sabes hasta qué punto me ha conmovido tu carta de hoy. Sabía
que andabas “pachucho” pero no tenía idea de todas esas vicisitudes “cacales y
pisales” que has sufrido tan en silencio como se sufren las “almorranas”.
Ni idea tienes hasta qué punto admiro tu valentía… otro con
menos motivos se habría apurado hasta el punto de pensar que aquello ya era el
fin de sus días.
Una vez más nos das ejemplo de valentía, de coraje, de buena
gente y de cordura más allá de la inteligencia.
Te mando millones de cariñosísimos besos, abrazos y achuchones y
te digo que estoy orgullosísima de ti porque eres el mejor ejemplo a seguir.
UNA VERDAD
DESNUDA 7 DE AGOSTO DE 2012 18:57
Queridos
seres queridos:
Como no
ignoráis, mi dedito malo es la artrosis lumbar, enfermedad degenerativa que
consiste en la degradación del cartílago, y con los huesos chocando entre sí
limitan mucho mi movilidad y camino lento como el caballo del malo, encorvado y
dolorido.
-Si deseas
mejorar la calidad de vida –me aconsejó mi médico –reduce el abultado abdomen,
rebaja la curva de la felicidad.
Tomé en
serio la sugerencia, me puse en marcha y bajé mi peso corporal de 95 a 80 kg.
Fantástico, alcanzada una meta difícil de lograr.
Pero mi gozo
en un pozo, precisamente entonces, sin saber cómo, por dónde ni porqué un
nubarrón de problemas de salud me vino
encima: con el sintrom sin eficacia, la sangre espesa, engorda hasta alcanzar
la densidad poco menos que la morcilla; la tensión arterial tocando suelo
(8-5); las pulsaciones del corazón por
debajo de las 40 por minuto, obligados a la instalación del marcapasos.
Descubro también que soy alérgico a la leche de vaca que me ocasiona serio
trastorno intestinal, agravado con una infección urinaria, en razón de ella,
ajeno a mi voluntad, perdido el sueño y el apetito pierdo peso a un ritmo
asustadizo y paso de 95 a 70 kg. Evito radicalmente el consumo de la leche,
pero la situación no mejora, empeora.
Vamos a ver,
¿qué pasa aquí? Porque la verdad desnuda, la situación es
para dar que pensar. Nada más acongojante y perturbador que no retener ni pis,
ni popó, y de pronto, súbitamente, sin defensa ¡horror! Te lo haces encima y te
quieres morir con los tremendos apurones por los que pasas lavando en la taza
de ducha la ropa excrementada. Y si todo esto, con ser tanto, no fuese
suficiente, lo peor, la consternación de verme rodeado de personas queridas
muriendo de cáncer: un yerno, un cuñado, dos entrañables amigos compañeros de
juego, una muy estimada vecina…
Pues eso,
aunque hay quien me tacha de llorica y plañidero, sin embargo, como no me
agrada caer fácilmente en el desaliento decido afrontar solo el temor a padecer
la maligna enfermedad silenciando a familiares y amigos la situación; si el
diagnóstico es desfavorable ya habrá tiempo para las preocupaciones.
Así que
manteniendo una actitud positiva, restando importancia, con buena cara y buen
humor, -es el caso de las fotos en pañales al igual que mi biznieto- evidente
demostración de que los viejos nos volvemos niños…
Así estaban
las cosas, aliviaba los dolores de las articulaciones con Paracetamol en
comprimidos; buscando mejorar la eficacia del analgésico, se me recetó el mismo
Paracetamol paro ahora efervescente. ¿Quién podía imaginar que algo en
apariencia tan inofensivo pudiera ser la causa de todos mis problemas? Pero,
efectivamente, él era el pérfido enemigo. Costó leer y releer el prospecto
informativo en busca de efectos
adversos. Me dio motivo de sospecha el extraño color anaranjado de las
deposiciones semejante al aditivo granulado que colorea la efervescencia.
Eliminado el
tal Paracetamol efervescente -veneno puro para mí-, fue el más eficaz de los
remedios, pues, queridos seres queridos, escuchad y creerme, con la supresión
de su consumo, como si algo hubiera ocurrido dentro de mí que cambió la vida:
mi peso corporal se estabilizó en 70 kg. -veinticinco menos-. No exagero si
digo que resultó semejante a una inyección de bienestar que me tiene lleno de
optimismo de buena ley y alegría de
vivir, rebosando salud y vigor. Lo digo en voz alta, muy alta y clara, estoy
hecho todo un chaval de noventa abriles.
Besos y abrazos
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