SÓLO SE VIVE UNA VEZ
Valladolid 25 de Mayo de 2008
Queridísima Rebeca, nieta ingeniera
superior de gestión: Hoy, tu día, y todos los que te resta por vivir, los vivas
con la cara llena de sonrisas iluminadas y de alegría en el corazón. Esto es,
feliz, muy feliz, felicísima.
Pero vamos a ver, muchachita
excelente, todo bondad, simpatía y afecto, que aun no siendo de Cornón eres
lista y sabes que Dios nos ayuda si le ayudamos a que nos ayude. Es decir, si
quieres bienestar y satisfacciones, si quieres que la vida te sepa a gloria, lo
tienes fácil: se optimista, bienhumorada y practica este lema: sí quieres
alegría, da alegría; si quieres que te quieran, quiere; siembra felicidad para
recoger felicidad. Aclaro con orgullo que eres de las personas que se muestran
útiles y necesarias a los demás, de ahí ese permanente, Rebeca esto, Rebeca lo
otro, Rebe, Rebe, Rebe...
Como sólo se vive una vez, los días
pasan veloces unos detrás de otros por lo que la fuente de la juventud me queda
groseramente lejos, pero felizmente aún guardo en la memoria gratos recuerdos
de los tiempos en que sensibles a los encantos de la madre Naturaleza nos
hinchábamos de ella por los ojos, por lo oídos y hasta por los poros del cuerpo
paseando por el Campo Grande, sonrisa y pulmón de Valladolid, en el que tú, muy
niña, conocías todos y cada uno de los rincones, la localización y nombre de
todos sus árboles.
Y qué decir de aquellas excursiones a
la montaña palentina tan animadas y alegres que para nosotros tienen el
valor de haber llenado de recuerdos no sólo la memoria, además de algún modo,
todos los sentidos.
Con los ojos de la imaginación vuelvo
a ver aquel despliegue colorista de no menos de un millar de personas trepando
monte arriba y al alcanzar la cima contemplar un incomparable espectáculo,
porque allí el Supremo Arquitecto del Universo ha manifestado la grandeza
imponente de su fantasía creadora levantando en aquel pedazo de espinazo de la
cordillera Cantábrica rosario tras rosario de encadenadas montañas con picos,
sierras, riscos...a trochemoche. Después de un profundo y melancólico valle con
todas las tonalidades de verde una brava sierra palada, distinguiéndose detrás
otra más alta, y por encima de ésta otras que dominan a todas, y así
sucesivamente hasta perderse en un ambiente brumoso que apenas se perciben
altísimos y lejanísimos picachos, entre ellos los Picos de Europa.
Sé que, como yo, conservas vivas estas
imágenes y que bien entiendes que el mundo está lleno de belleza, sólo es
cuestión de saber verlas y disfrutarlas, como las hemos disfrutado nosotros con
la visita a lugares tan especiales como la ruta de los pantanos, Puente Agudín,
Piedrasluendas... y pueblos tan pintorescos como los Cardaños, de arriba y de abajo,
Vidrieros, al pie del Curavacas, San Salvador de Cantamuda, Cervera...
Bueno, nieta maravillosa, a tomarte la
vida con humor y filosofía que es lo que importa para ser feliz con felicidad sencilla,
sana, perfecta, vamos; que es lo que te desea tu yayo Félix.
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